La búsqueda de un estilo de vida más saludable se ha convertido en una prioridad para muchas personas. Desde la alimentación hasta la actividad física, cada aspecto del día a día se analiza y se optimiza en busca de bienestar. Sin embargo, ¿qué hay de los espacios donde vivir, trabajar o realizar actividades de ocio? ¿Se consideran alguna vez cómo estos entornos influyen directamente en la salud y calidad de vida de la población?

Es innegable que las personas pasan la mayoría de su tiempo en su lugar de trabajo y hogar, pero después de la implementación del teletrabajo, cada vez más, ambos sitios coinciden. Consecuentemente, es importante destacar la arquitectura y el diseño de los hogares para garantizar un entorno saludable y seguro.

"Es importante destacar la arquitectura y el diseño de los hogares para garantizar un entorno saludable y seguro"

Cada detalle, desde el color de las paredes o el diseño del mobiliario, puede crear un ambiente estéticamente agradable que ayude a la salud mental, sin embargo, a menudo se pasan por alto factores como la distribución del espacio o los materiales de construcción utilizados, que pueden tener un impacto directo en la salud física.

 

Calidad de aire e iluminación, dos aspectos a valorar

La calidad del aire interior es uno de los aspectos más importantes para tener en cuenta. Los contaminantes presentes pueden afectar a la salud respiratoria y cardiovascular. Es crucial contar con sistemas de ventilación eficientes que garanticen un aire limpio y saludable, pero no se suele tener en cuenta que la elección de materiales de construcción, no tóxicos y respetuosos con el medio ambiente puede ayudar a reducir la exposición a contaminantes y alergenos, mejorando así la calidad la atmósfera interior.

Así mismo, la iluminación natural es otro factor clave. No solo mejora la visión y reduce la fatiga ocular, sino que también regula el ritmo circadiano, afectando al sueño, estado de ánimo y rendimiento cognitivo. Además, puede ser aprovechada para incluir vegetación natural al conjunto de elementos presentes, lo que supone un extra. Por lo tanto, es importante diseñar espacios con abundante luz natural y maximizar el acceso a ella.

Una vivienda que, además de ser funcional y cómoda, propicie por su arquitectura una buena circulación de aire o la entrada de luz natural permite que la atmósfera se renueve con facilidad y que no generen, por ejemplo, zonas con humedades, las cuales facilitan la proliferación de bacterias. Por ello, espacios abiertos y versátiles son fundamentales para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y promover un ambiente de trabajo más productivo.

En este contexto, la construcción y diseño de espacios saludables, equipados para optimizar la calidad del aire y la iluminación, se convierte en prioridad. Tiene el potencial de transformar radicalmente la forma de vivir, trabajar y disfrutar del tiempo libre.

Espacios públicos naturales

Pero, ¿cuánto estaríamos dispuestos a pagar por estos espacios? Considerando los numerosos beneficios que conllevan, la respuesta puede ser variada, pero, sin duda, llena de consideraciones.

Los espacios públicos verdes deben construirse para brindar espacios saludables a la ciudadanía. Unsplash

No todos pueden permitirse remodelar sus hogares o adquirir otros de estas características, así que se debe tener en consideración la posibilidad de hacer uso de los espacios públicos naturales y sostenibles a disposición de la ciudadanía.

Espacios abiertos y versátiles son fundamentales para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y promover un ambiente de trabajo más productivo

 

Aunque el coste inicial de construir o adquirir un espacio saludable pueda parecer más elevado, es importante recordar que esta inversión puede traducirse en ahorros significativos a largo plazo en términos de gastos relacionados con la salud y el bienestar. Su valor va más allá de su precio monetario, ya que se refleja en la salud física y mental, productividad y felicidad general de cada persona.

La importancia de construir espacios saludables para vivir mejor no puede subestimarse. Cada aspecto del entorno construido tiene un impacto en la salud y bienestar de cada individuo. Al invertir en la creación de entornos que promuevan la salud y el bienestar, no solo se mejora la calidad de vida, sino que también las bases para un futuro más saludable y sostenible.