Una apuesta por elevar la esperanza de vida de las personas que padecen cáncer. Este es el eje principal del Plan Oncológico de Euskadi 2018-2023. Según el director de Planificación, Ordenación y Evaluación Sanitarias del Departamento de Salud de Osakidetza, Mikel Sánchez, este proyecto "se centra en disponer de sistemas de información capaces de identificar las necesidades de las personas con esta enfermedad y evaluar los resultados en salud".
Se trata de una aplicación interna destinada a los profesionales de Osakidetza y diseñada para la gestión de los medicamentos oncológicos. "Abarca todo el proceso asistencial desde el diagnóstico a la administración del tratamiento; lo que incluye la definición de los protocolos terapéuticos hasta su posterior validación, preparación y dispensación", añade Sánchez. La experiencia piloto se realizó con pacientes de cáncer de pulmón, pero está previsto extenderla al cáncer de mama y, más adelante, al resto de enfermedades.
De forma paralela, la implantación de este recurso "contribuye a desarrollar un modelo de financiación que facilite la sostenibilidad de una atención oncológica capaz de incorporar las medicaciones que realmente aporten valor al proceso terapéutico", afirma.
El objetivo es un tratamiento personalizado y el despliegue de una estrategia de innovación para implicar a empresas tecnológicas
Uno de los pilares de este plan son los avances en el ámbito de la medicina personalizada de precisión. "Esto nos permite ofrecer a los pacientes tratamientos personalizados con relación a la identificación de biomarcadores tumorales específicos", argumenta el responsable. Gracias a ello, ya es posible seleccionar el tratamiento o la combinación de varios fármacos que mejor se adapte a una persona en función de sus propias circunstancias y de las características moleculares del cáncer que sufre.
datos de alta calidad Aunque pueda parecer una obviedad, hasta la fecha no existía una herramienta similar: los profesionales tomaban las decisiones basándose en ensayos clínicos, lo que implicaba ciertos inconvenientes. "Los ensayos clínicos presentan algunas limitaciones, y es que no siempre contemplan todos los factores y la gran variedad de pacientes con los que nos encontraremos después", señala la coordinadora del Programa Corporativo de Farmacia de la Dirección de Asistencia Sanitaria de Osakidetza, Blanca Segurola. Para hacer de esta idea una realidad, se aunaron los esfuerzos y conocimientos de un grupo de expertos en las especialidades de oncología, hematología oncológica, farmacia y pediatría. "Es lo que llamamos Subcomisión del Paciente Oncológico, que depende de la Comisión Corporativa de Farmacia de Osakidetza", aclara.
Aparte, otro de los aspectos destacables de este plan es su condición de pionero a nivel estatal. "Cuenta con unos estándares y una armonización entre los protocolos. Los datos obtenidos son de alta calidad y están recogidos en un mismo sistema", matiza Segurola. Precisamente, estos datos analizados proceden de la práctica asistencial común, y aparecen recopilados en la plataforma Real World Data o RWD. A partir de esta fuente se generan evidencias (Real World Evidence o RWE) que se añaden a la información facilitada por los ensayos clínicos.
La Subcomisión del Paciente Oncológico depende de la Comisión Corporativa de Farmacia de Osakidetza, y es un plan pionero
gestión integral y colectiva La gran novedad de esta iniciativa es su "dimensión", ya que se está llevando a cabo de forma integral y colectiva con todos los pacientes del sistema sanitario público de Euskadi. Desde su posición, la coordinadora insiste en que Onkobide se asienta sobre un "modelo asistencial", por lo que el foco está puesto en "el factor humano" y en dar respuesta a las necesidades físicas y emocionales de cada individuo.
Asimismo, Segurola admite que los integrantes de la subcomisión tienen puestas altas expectativas en este proyecto. "Estamos creando una metodología y estamos generando conocimiento sobre el grado de efectividad real de los tratamientos en cada persona", concluye.