La ciencia ficción muestra en las películas vehículos que no tocan el suelo, se trasladan por el aire. En la realidad los expertos trabajan en una movilidad urbana del futuro aérea. De hecho, está previsto que, a lo largo de la próxima década, existan vehículos volando en ciudades de todo el mundo, como alternativa al transporte terrestre, tanto para el transporte de carga como de personas. Se estima que en 2035 el negocio del air taxi alcance los 32.000 millones de euros, según un estudio de Porsche Consulting.
El primer prototipo de aerotaxi diseñado en el Estado español fue presentado en 2019 por el centro de investigación y desarrollo tecnológico Tecnalia. Este modelo fue creado para trasladar tanto viajeros como cargas de hasta 150 kilogramos, en un rango de vuelo de 15 minutos y un alcance en el entorno de 15 kilómetros.
Este proyecto comienza ahora una nueva etapa junto a Umiles, el mayor proveedor de servicios de sistemas aéreos no tripulados (UAS) del Estado. Tras la transferencia de patente con el fin de mantener una relación a largo plazo en el sector de Urban Mobility, el aerotaxi entra en fase de industrialización bajo el nombre de Umiles New Concept by Tecnalia.
La altura de vuelo oscila entre los 100 y 300 metros, pudiendo llegar a 800, siempre que se cumplan la legislación vigente y los estándares de seguridad. Está formado por una cabina aerodinámica propulsada por cuatro drones colocados en la parte superior e inferior de la cabina para su desplazamiento. En definitiva, se trata de un nuevo concepto de aeronave, que se podría escalar a más pasajeros en función de la integración demandada en cada ciudad y servicio.
Laboratorio flotante
En su compromiso con las iniciativas que contribuyan a la sostenibilidad, el mar es una de las fuentes clave de energía y otros recursos para las empresas. Desde 2018, las entidades vascas han podido contar con un laboratorio flotante en el que ensayar materiales y soluciones en un entorno offshore real; desarrollado por Tecnalia con el respaldo del Gobierno vasco y del Clúster de Energía del País Vasco.
Se estima que en 2035 el negocio del 'air taxi' alcance los 32.000 millones de euros, según un estudio
A partir de ahí, este HarshLab ha prestado servicio a más de 20 empresas y se han albergado ensayos relacionados con el desarrollo de nuevos materiales y soluciones contra la corrosión o el envejecimiento en el medio marino, entre otros aspectos.
Esta infraestructura offshore, llamada HarshLab y localizada en Biscay Marine Energy Platform o BiMep fue un éxito rotundo. En esta línea, Tecnalia lanza ahora un nuevo laboratorio pionero a nivel europeo, de mayor tamaño y enlazado con mejores prestaciones para afrontar nuevos ensayos y actividades de investigación científica y desarrollo tecnológico. Pretende responder a las demandas de la industria offshore y mejorar así su capacidad competitiva.
Las dimensiones son de 8,5 metros de diámetro por 7 metros de altura, estación meteorológica propia y un Remotely Operated Vehicle (ROV) submarino para las inspecciones en remoto. Y gracias a esta nueva versión, también será posible hacer ensayos de elementos de fondeo, o en el propio fondo marino, hasta 65 metros de profundidad.
En conclusión, este laboratorio servirá para evaluar qué sucede a los materiales, componentes y equipos cuando están sumergidos, en la zona atmosférica (por encima del agua), donde rompe la ola (zona de splash) y en el fondo marino. Así, las empresas podrán hacer previsiones fiables acerca del comportamiento de los distintos sistemas a utilizar en un entorno marino.