La prioridad electoral que ya domina al Gobierno español y a los partidos que lo forman no resulta favorable a consolidar iniciativas estratégicas para la ciudadanía del Arco Atlántico, como la que promueven las regiones europeas implicadas y que lidera como presidente de turno el lehendakari, Iñigo Urkullu. No obstante, el carácter fundamental del reto, que supone activar como área prioritaria europea las medidas que permitirían potenciat medidas equilibradoras en materia de energía, infraestructuras de transporte, desarrollo sostenible o cambio climático, entre otras, no puede supeditarse a la conveniencia del calendario político español. El grado de consenso interterritorial en torno a esta iniciativa volvió a quedar de manifiesto ayer con el pronunciamiento de las 17 Cámaras de Comercio del Arco Atlántico del Estado español –desde Navarra a Galicia–, Portugal y Nueva Aquitania afectadas geográficamente. El diagnóstico coincidente de todas ellas trasciende de nuevo sensibilidades de parte, como ya sucedió con el respaldo ofrecido por los responsables políticos de todo signo que hicieron suya la iniciativa. Ahora, agentes socioeconómicos directamente vinculados a la generación de actividad, riqueza y empleo se suman a la demanda de un compromiso en favor del desarrollo de sus territorios. No se entiende el silencio constante del Gobierno de Pedro Sánchez en esta materia. Tampoco que no figure en las agendas públicas de ninguno de los partidos de ámbito estatal, que se disputan el discurso del bienestar y eluden la protección de los intereses del eje norte frente al desarrollo de los del eje mediterráneo, que favorece especialmente a los intereses de París y Roma. En el Estado español, se impone la ficción de un debate político sobre el pulso territorial, entendido en términos de reforzamiento del centro, que deja en evidencia la ausencia de proyecto para la periferia norte. En consecuencia, es la cooperación horizontal entre estos territorios, el reforzamiento de las estrategias comunes de sus instituciones y la insistente demanda de atención de las europeas la que debe propiciar que no se pierda este tren. En nuestro entorno más cercano, además del desinterés de Sánchez, el silencio clamoroso de los partidos que se postulan como alternativa en la CAV y Navarra, les convierte en cómplices de la desatención.