El 17 de junio y el Estadio Ciutat de València están escritos ya con letras de oro en una de las páginas más legendarias de los más de cien años de vida del Deportivo Alavés. Si hace poco más de un año club, aficionados y jugadores derramaban lágrimas de tristeza tras consumarse el descenso –precisamente en el campo del Levante– rompiendo la estancia más larga en la élite del fútbol estatal –seis temporadas–, los lloros de la madrugada del domingo, con el sexto ascenso a Primera División, fueron de pura alegría. El Glorioso vuelve a estar entre los mejores por méritos propios y vivirá a partir de agosto su decimoctava campaña en la élite, con la intención de quedarse durante muchos años entre los mejores después del hito de haber ascendido a la primera tras su descenso. Y es que, aunque los clubes que bajan parten con ventaja monetaria con respecto al resto de competidores, la historia de Segunda División evidencia que recuperar la categoría por la vía rápida es complicado. El propio Alavés lo sabía de maravilla, pues por primera vez ha conseguido pasar en un solo año de la decepción a la euforia. Y no ha sido fácil; para nada. La igualdad que suele presidir la categoría de plata ha sido más evidente que nunca y, tras desaprovechar en la jornada final liguera en Las Palmas la primera bala, el Alavés ha tenido que superar un durísimo play off para ascender. Luis García Plaza emerge ahora como pieza fundamental en el éxito del ascenso. Sin contar con el equipo más deslumbrante, supo construir muy rápido un bloque tremendamente competitivo que en los primeros meses del curso hizo un laborioso trabajo de hormiga y que, cobijado por la magia de Mendizorroza y con mucho pico y pala, ha sabido capear los momentos más complicados y, tras la oportunidad perdida en Las Palmas, revertir el desánimo para ascender superando a Eibar y Levante. La victoria de Valencia ya forma parte del museo de los grandes triunfos albiazules, que en los últimos años, todo hay que decirlo, son muchos más que los desgraciados que protagonizaron demasiados momentos de su historia. Toca ahora celebrar, pero en la cabeza de Josean Querejeta, máximo triunfador con este ascenso que abre nuevos horizontes para el Grupo Alavés-Baskonia, es hora de comenzar a planificar el regreso a Primera División para confeccionar un proyecto de garantías que ocupe durante muchos años un sillón entre los mejores.