Cruce de caminos: pintura o gastronomía
Eneko Iribar y Leire San Miguel son el perfecto ejemplo de jóvenes emprendedores que mantienen y actualizan una herencia familiar
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Hay gente que tiene el destino personal y profesional ya marcado desde su infancia. Y esto es lo que más o menos le pasaba a Eneko Iribar: o bien podía encaminarse hacia la pintura como su abuelo, el conocido pintor José Luis Zumeta, o bien podía dedicarse al mundo de la cocina y la hostelería como también era tradición familiar.
Al final eligió lo segundo y en este mundo lleva desde su adolescencia ayudando en el restaurante de la familia, donde conoció a su pareja y socia, Leire San Miguel. Él empezó vendiendo postres y helados en este establecimiento y ella era parte del staff de cocina. Ahora, acaban de inaugurar hace pocos meses su propio local de hostelería. Como dice el anuncio, son jóvenes, aunque sobradamente preparados.
Y eso se ha notado en la bella localidad turística de Getaria, donde su propuesta gastronómica está teniendo una fantástica acogida.
Le viene en la sangre
Desde niño, Eneko siempre quiso tener su espacio propio y lo ha logrado con Taxco, una coqueta gastrotaberna justo enfrente de otro de los emblemas culinarios de la localidad, el restaurante Elkano. Hasta el propio Aitor Arregi ha dado buena cuenta de las raciones, pintxos y cazuelitas que salen de la buena mano de Leire en los fogones.
Ella es la que lleva la parte de las recetas, mientras que su pareja y el resto de los camareros (todos son familia) se encargan de la zona de barra y sala de este acogedor rincón en la calle Herrerieta 5.
Sin duda, jóvenes emprendedores como Eneko y Leire que deciden montar un restaurante siguiendo la tradición familiar representan un ejemplo inspirador de cómo el legado cultural y la pasión por la comida pueden fusionarse para crear propuestas culinarias auténticas y modernas.
Para la gente del pueblo
Y es que para ellos no es solo una oportunidad de trabajo, sino también una forma de honrar y preservar sus raíces. La historia detrás de cada receta, los ingredientes utilizados y las técnicas de preparación forman parte de su legado, y transmitir esa historia a los comensales se convierte en una misión personal y profesional.
Además, en el caso de esta localidad tan turística, Eneko y Leire querían hacer sobre todo de su gastrotaberna, un espacio para los vecinos y los que residen aquí todo el año y no solo para los visitantes de fuera.
Eso sí, el desafío de competir en un mercado tan saturado como es el de los bares y la hostelería en la localidad marítima requiere de algunos puntos para marcar la diferente. “En nuestro caso, la historia familiar, las propuestas gastronómicas que hacemos con la base en la comida casera, la decoración del local más desenfadada y actual y la atención personalizada nos permiten estar muy contentos con cómo está marchando todo cuando llevamos tan poco tiempo volando solos como quien dice”, nos explica esta pareja de jóvenes emprendedores que ha contado con el respaldo de la Fundación Gaztenpresa de LABORAL KUTXA para continuar con la herencia y el legado de sus antecesores.
DESCUBRE MÁS SOBRE EL PROYECTO GAZTENPRESA DE LABORAL KUTXA
No solo esta entidad les apoya en este nuevo camino, también toda su familia y amigos. Incluso su abuelo está en cierta manera en Taxco. Quizá Eneko no se decantó por los pinceles, pero los colores y trazos de obras que el primero hizo cuelgan con orgullo de las paredes del negocio de hostelería de su nieto. Al final, el cruce de caminos tiene aquí su punto de encuentro emotivo y especial.