Las circunstancias económicas actuales invitan a las empresas a actuar con prudencia, pero también con determinación. Es lo que se desprende de las distintas estadísticas sobre ampliaciones de capital, que han aumentado en los cinco primeros meses del año en un contexto que presenta más dudas que respuestas para las empresas de Euskadi y Nafarroa. 

La Estadística de Sociedades Mercantiles del INE correspondiente al pasado mes de mayo, la última que ha hecho pública sobre esta materia el organismo, recoge que, hasta el mes de mayo, un total de 546 sociedades mercantiles vascas habían desarrollado ampliaciones de capital por valor total de 652 millones de euros. Son datos muy parecidos a los registrados en el mismo período del año pasado, lo que denota que, pese a las incertidumbres, la expectativa anima las empresas a seguir explorando caminos para continuar su crecimiento.

En los cinco primeros meses del año pasado, se observa que las ampliaciones de capital rondaron un volumen cercano a los 610 millones de euros, frente a los 388 millones del mismo período del año 2023. El número de empresas que optaron en los cinco primeros meses de 2024 por ampliar capital sí fue algo superior (561 frente a 546). En el caso navarro, sí se ha producido un descenso este año en ambos baremos: tanto en el de empresas que amplían capital (136 frente a 153) y en el volumen de esos aumentos (70 millones en los cinco primeros meses del año pasado frente a 45 en el mismo tramo del presente año).

Las ampliaciones permiten a la empresas obtener fondos adicionales para sufragar sus operaciones, como procesos de expansión, reducción de deudas o cualquier otra necesidad de financiación. Constituyen asimismo un reflejo de la confianza empresarial, y demuestran la resiliencia del tejido, aunque ahora está por ver qué efecto concreto tendrán sobre la actividad de las compañías, especialmente las industriales, la activación del arancel general del 15% que Estados Unidos ha pactado con la Unión Europea.

En cualquier caso, existen otros datos que muestran una realidad más compleja, como el del número de sociedades mercantiles disueltas de manera voluntaria por sus socios o accionistas. En los cinco primeros del año, la cifra en Euskadi es de 663 empresas, 40 más que en el mismo período del año pasado. Por contra, en Nafarroa es mucho menor (3 en el tramo de 2025 frente a 2 en 2024).

Las cotizadas cierran un semestre con distinto recorrido

Las compañías vascas y navarras que cotizan en los distintos índices bursátiles han vivido un buen semestre, aunque en sus resultados se perciben los efectos de la falta de certezas en el comercio internacional. Las dos cotizadas en el Ibex atraviesan un gran momento. BBVA consiguió un beneficio neto atribuido récord de 5.447 millones de euros en el primer semestre del año, un 9,1% más frente al mismo periodo de 2024. El precio de la acción está en el entorno de los 14,64 euros por título, su nivel máximo desde mayo de 2008. Por su parte, Iberdrola obtuvo un beneficio de 3.562,2 millones de euros en el primer semestre del año, mientras que la acción está en un precio también en la horquilla de 15 euros,un 7,5% superior a la cotización media del último año.

Fuera del Ibex, en el mercado continuo, la promotora inmobiliaria Neinor Homes -que se ha hecho con la propiedad de su gran rival, Aedas- obtuvo un beneficio de seis millones en el primer semestre, mientras que sus acciones están en los 17,7 euros por título, casi tres euros más que a comienzos de año. Por su parte, CIE Automotive ganó 186 millones (+1%) hasta junio, con las acciones en un valor cercano a los 26 euros. Gestamp ha visto como la revalorización de sus acciones, de un 34%, dejan los títulos en 3,2 euros, después de un semestre en el que alcanzó una cifra de negocio de 5.844 millones de euros. En el sector farmacéutico, la acción de Faes Farma está en los 4,2 euros tras una mejora en lo que va de año del 23% y unos beneficios de 52,3 millones. Por su parte, CAF recoge los frutos de su buen momento en cuanto a pedidos, con una acción en los 53 euros y una revalorización de casi el 40%.

En el sector de la energía eléctrica, Dominion logró un beneficio neto atribuido de cinco millones de euros, mientras que su acción cotiza en el entorno de los 3,2 euros tras mejorar su valor casi un 16% en lo que va de año. Iberpapel, por su parte, ve como sus títulos están en un nivel cercano a los 19,8 euros después de crecer casi un 12% en 2025. En general, las compañías han visto como sus niveles de beneficios se contienen ante una coyuntura que invita a adoptar una actitud de cautela.

En el sector de la tubería, Tubacex cerró el primer semestre con un beneficio de 15,6 millones, un 140,9% más que en los mismos meses de 2024, y la acción en 3,6 euros, casi un 11% más en 2025. Tubos Reunidos, por su parte, registró pérdidas de 28,4 millones hasta junio por el impacto de los aranceles, con los títulos en 0,5 euros (+10,7%). Vidrala ganó un 10% menos hasta junio, con 107,8 millones, y la acción está en 95,2 euros, un 3% más que a cierre de 2024. Por último, las navarras Azkoyen y Viscofan tuvieron unos beneficios de 48,3 y 69,7 millones, con las acciones en los 8,6 y los 60,2 euros, respectivamente.

En general, la perspectiva de las empresas apunta al mantenimiento de las principales variables del negocio, aunque no sin antes transitar una senda que, dependiendo de los sectores, se prevé también sinuosa. El último informe sobre confianza empresarial de Laboral Kutxa, realizado a partir de encuestas a 500 empresas vascas en mayo -antes de la entrada de unos aranceles que, no obstante, se daban ya por seguros- estimaba que, de cara al tercer trimestre del año, el 29% de las compañías consideraban que su facturación mejorará, mientras que el 56% creía que se mantendrá y el 15% que empeorará. Además, el 57,4% sostenía que el número de pedidos iba a ser similar al del segundo trimestre, mientras que el 27,5% creía que va a mejorar y el 15,1% vaticinaba un empeoramiento. Eso sí, a la hora de pronunciarse sobre la rentabilidad prevista, una abrumadora mayoría -83,4%- se inclinaba por unos niveles similares o inferiores, en tanto que apenas el 16,6% confiaba en obtener unos rendimientos empresariales superiores.

La presidenta de Confebask, Tamara Yagüe, ya indicó el pasado mes, tras la celebración del último consejo general de la patronal vasca, que el ritmo de avance de la industria es “débil”, con la construcción y los servicios sosteniendo el crecimiento general de la economía, que la organización empresarial augura en un 2% a final de año, el mismo porcentaje que estimaba a finales de 2024. 

Yagüe admitió su preocupación por los arancelesde Estados Unidos, que ya estaban causando una “ralentización de actividad y menores expectativas de ventas”, lo que, al mismo tiempo, “está obligando a afrontar los primeros expedientes de regulación de empleo, de momento eso sí, la mayoría temporales”. Además, otro dato que condiciona la evolución de las empresas es el estancamiento del crédito. Según el último boletín sobre financiación empresarial de la propia patronal, el stock de crédito al sector privado -que comprende a empresas, autónomos y hogares-, creció en Euskadi en el primer trimestre de 2025 un 1,5% respecto al trimestre anterior. Supone el mayor crecimiento intertrimestral desde mediados de 2022, pero comparado con el primer trimestre de 2024, se redujo en un 0,1% interanual.

En Nafarroa, Laboral Kutxa también calcula, al igual que en la CAV, un crecimiento del PIB del 2% este año, inferior en todo caso al 2,4% estimado para el Estado. En este sentido, recuperar el brío de la actividad industrial se presume como una de las principales tareas para lo que queda de año, en un escenario, además, con otros problemas, como la falta de relevo generacional, la inflación energética y una pérdida de competititividad de todo el sector europeo en general.