Computación cuántica, motor real de transformación
La revolución de la computación cuántica ha llegado. Por primera vez en la historia tenemos un hardware basado en los principios matemáticos de la mecánica cuántica, en la superposición y el entrelazamiento, que nos permite procesar grandes volúmenes de información en un tiempo muy corto.
Los sistemas cuánticos evalúan billones de variables para buscar los escenarios más óptimos en multitud de ámbitos, minimizando al máximo cualquier margen de error. Se obtiene una mejora en la calidad de los resultados, más precisos y sensibles, asegurando que el optimizador ha evaluado todos los posibles escenarios sin duda ninguna, y sin aproximaciones, con lo que la toma de decisiones en cualquier sector será más precisa, rápida y efectiva.
Cuando nos encontramos con problemas complejos, con mucha variabilidad, solo la tecnología cuántica puede dar solución. Lo que con la clásica puede llevar años, con la computación cuántica puede llevar horas.
Las empresas más punteras de todos los sectores tienen ya casos de uso aplicados de soluciones cuánticas en producción. Nosotros mismos, en Ayesa, llevamos desde 2018 investigando, innovando e integrando soluciones de computación cuántica en nuestro ecosistema de clientes, con casos de uso reales en entidades como la ONCE, Iberdrola, Mercedes-Benz, Sener, Incibe o Cesga, por nombrar solo algunas de ellas.
A pesar de que todavía algunos puedan ver las Tecnologías Cuánticas muy lejos, lo cierto es que la tasa compuesta de crecimiento anual del mercado mundial de computación cuántica es ya superior a la de la IA tradicional. Dada la calidad de los resultados ofrecidos y la satisfacción de los clientes, la demanda de proyectos en computación cuántica es cada vez más intensiva y creciente.
La ventaja competitiva de la inteligencia artificial de hace una década ya se ha perdido: hoy es una obligatoriedad en todas las empresas. Lo mismo va a ocurrir con la computación cuántica. En muy pocos años esta tecnología dejará de ser una opción diferenciadora en la competitividad para convertirse en un requisito necesario y base para todas las empresas. Es el momento de aprovechar la ventaja cuántica en los modelos de negocio actuales.
Este año será un punto de inflexión en el que las organizaciones deben decidir si quieren liderar el cambio o quedarse rezagadas. La computación cuántica ha dejado de ser una teoría futurista para convertirse en un motor real de transformación en la industria, la inteligencia artificial y la ingeniería. Quien no lo entienda hoy, mañana estará, con toda probabilidad, fuera de juego.
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