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La confianza en la economía empuja las aportaciones a fondos de inversión

Los hogares aumentan su solicitudes de créditos, pero desciende el endeudamiento privado en relación al PIB

La confianza en la economía empuja las aportaciones a fondos de inversiónFreepik

Las familias españolas están consolidando su demanda de créditos, mientras que al mismo tiempo moderan su endeudamiento en relación con el PIB. Se trata de dos tendencias que denotan confianza en la evolución de la economía, según dos recientes análisis elaborados por los servicios de estudios del Banco de España, que ha destacado también que las entidades financieras han retomado con fuerza el negocio de concesión de créditos, tanto al consumo como hipotecarios.

Las previsiones optimistas que están lanzando el Gobierno central y organismos como el FMI acerca de la evolución de la economía española, destacando que va a ser la excepción al aplanamiento general europeo, están estimulando la actividad económica de los hogares y también la de las empresas. Esto se advierte en el incremento de los activos financieros de los que disponen los hogares. Así, el volumen total de activos se situó en el cuarto trimestre de 2024 en un importe total de 3,132 billones de euros, un 7,5% superior al registrado un año antes. Por otra parte, se percibe un cambio en la cultura financiera y de ahorro con el aumento de activos en fondos de inversión, un producto que las entidades financieras ofrecen cada vez en mayor medida a los clientes. 

Según las Cuentas Financieras de la Economía Española, un análisis periódico del Banco de España, la revalorización de activos “se concentró en gran medida” en las participaciones en el capital y los fondos de inversión. “Las participaciones en fondos de inversión fue el instrumento que más incrementó su peso en los activos financieros de los hogares -un 1,4% más que un año antes-, debido tanto a las inversiones netas como a su revalorización”, destaca el informe. No obstante, el grueso de los activos financieros de los hogares se mantuvo en efectivo y depósitos (35,2% del total), seguido de participaciones en el capital (31%), participaciones en fondos de inversión (16,4%) y seguros y fondos de pensiones (12,2%). 

La caída de tipos de interés impulsa la demanda de préstamos

La caída de los tipos de interés impulsó la demanda de crédito en el primer trimestre, al tiempo que se han aplicado unas condiciones menos duras, según se desprende de la última Encuesta de Préstamos Bancarios del Banco de España.

La demanda aumentó de forma generalizada por cuarto trimestre consecutivo. Entre enero y marzo, los criterios de concesión (las actuaciones realizadas por un banco para decidir si otorga o no un crédito) se mantuvieron sin variaciones en todos los segmentos, ya sea crédito a empresas, hipotecas o consumo. “Las condiciones generales aplicadas a los nuevos créditos se habrían relajado en el segmento de financiación a empresas y en el de créditos a hogares para adquisición de vivienda, mientras que en el de préstamos a familias para consumo y otros fines se habrían mantenido sin cambios”, recoge el documento.

El incremento de solicitudes, que confirma las expectativas que tenían los bancos hace tres meses, fue de carácter moderado en el segmento de financiación a empresas, algo mayor en el de crédito a familias para consumo y otros fines, y “especialmente intenso” en el de préstamos a hogares para adquisición de vivienda, según el Banco de España.

En cuanto a los factores que explican el crecimiento de la demanda, las entidades financieras señalan que el nivel más reducido de los tipos de interés habría favorecido, en todos los segmentos, un aumento de las solicitudes. Además, en la financiación a las empresas, también habrían contribuido las mayores necesidades para financiar inversiones en activos fijos y el menor uso de financiación interna. 

En cuanto a las solicitudes de préstamos de los hogares para adquisición de vivienda, el aumento también se explicaría por las favorables expectativas sobre el mercado de la vivienda y por la mayor confianza de los consumidores. Este último factor también habría contribuido, junto con un mayor gasto en bienes de consumo duradero y un menor uso de los ahorros como vía de financiación, a explicar el incremento de la demanda de préstamos a familias para consumo.

Otro aspecto que denota la buena marcha del sistema financiero es que la ratio de dudosidad de los bancos españoles se situó a cierre del pasado mes de febrero en el 3,30%, ligeramente por debajo del 3,33% que registraba en enero, según los datos publicados por el Banco de España. De esta forma, la tasa de morosidad vuelve a marcar mínimos desde noviembre del año 2008, poco antes de que llegase a España el pleno impacto de la crisis de las hipotecas de EE.UU., cuando se situaba en el 3,21%, después de que en el pasado mes de enero se elevara al 3,33%. Además, se recorta en 30 puntos básicos frente a la ratio de febrero de 2024, cuando se encontraba en el 3,62%.

Los fondos de inversión adquieren cada día más importancia en el segmento de productos financieros de las entidades bancarias y de crédito. De hecho, el patrimonio de los fondos de inversión españoles concluyó el primer trimestre de 2025 con un incremento de un 2,5% respecto al cierre de 2024, equivalente a 9.920 millones de euros, lo que deja el volumen total en 412.295 millones, según datos de la consultora Vdos. No obstante, el panorama de incertidumbre que está dominando la economía mundial desde la toma de poder de Donald Trump como presidente de Estados Unidos está teniendo también efectos negativos en los fondos de inversión, en especial los vinculados a la renta variable y los mercados bursátiles. Así, el primer trimestre se ha visto parcialmente afectado por la evolución del mes de marzo, período en el que se han diluido unos 3.700 millones de euros. De esta manera, los fondos de inversión estatales han interrumpido una racha de 16 meses de alzas patrimoniales, si bien se espera que siga aumentando su relevancia.

De esta forma, la riqueza financiera neta de la que disponen los hogares españoles, que se obtiene deduciendo sus pasivos de sus activos financieros, se situó en 2,374 billones de euros en diciembre de 2024, lo que supone un aumento del 9,6% respecto a un año antes. En porcentaje del PIB, los activos financieros netos representaron un 149,2%, lo que supone un 4,6% más que en diciembre de 2023. 

La buena marcha del mercado laboral, la cautela de los hogares y la estabilidad de un sistema financiero que está optando de nuevo por reactivar el crédito y premiar también al ahorrador tradicional de largo plazo están generando un clima de confianza entre las familias que, a su vez, está favoreciendo que crezcan las solicitudes de crédito, tanto en el plano del consumo como en el segmento hipotecario. En cualquier caso, ese endeudamiento está reduciendo su peso en relación con el PIB. Es decir, que existe un escenario en el que tanto los solicitantes de crédito como las entidades prestatarias creen que devolver el préstamo es muy fiable. En este sentido, la deuda consolidada de las empresas y de los hogares terminó el año 2024 en 1,706 billones de euros, lo que supone un incremento del 1,6% con respecto al 2023 pero que, en relación con el PIB, se traduce en una bajada de 4,9 puntos, al pasar del 112,1% de 2023 al 107,2% de 2024.

En general, salvo la excepción que supuso el año 2020 por el impacto de la pandemia, empresas y hogares están sabiendo controlar el impacto del endeudamiento, aunque en el caso del tejido empresarial la inflación de los años 2022 y 2023 ha complicado bastante ese manejo. Un análisis de Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, para la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) refleja que “en el momento del estallido de la crisis financiera de 2008 las empresas necesitaban el beneficio de más de cinco años para amortizar su deuda, mientras que en la actualidad hacen faltan los beneficios de poco más de tres años”. Para las familias, el esfuerzo de pagar la deuda “es mucho menor que el de las empresas, y la sostenibilidad también ha mejorado mucho en los años analizados”. “Si en 2008 una familia española necesitaba de media la renta bruta disponible de 1,32 años para amortizar su deuda, en 2023 solo necesita la renta de 0,74 años”, se lee en el documento de Funcas.