Las empresas alavesas advierten de una desaceleración del mercado, que sin llegar a ser alarmante sí consideran preocupante.
Así lo refleja el resultado del último Observatorio que ha realizado la patronal alavesa, SEA, realizado entre el final de enero y principios de febrero a partir de una encuesta completada entre empresas del territorio.
Según este estudio, el final de 2024 esbozó un cambio de tendencia que la mayoría de las empresas alavesas detectaron tímidamente y que el cambio de ejercicio ha confirmado con contundencia.
Así, el inicio de 2025 demuestra que la desaceleración del mercado es hoy una realidad preocupante, aunque "gracias a la fortaleza y diversificación del tejido empresarial alavés la situación aún no es alarmante".
Las previsiones para los próximos meses mantienen esta línea negativa, ya que más de la mitad de las empresas consideran que esta evolución se acentuará de aquí al verano.
Exportaciones
Este informe refleja una caída de las ventas tanto en el mercado interno como en las exportaciones: un 33 % de las empresas han experimentado una disminución de las ventas en el mercado nacional, mientras que un 48 % ha registrado una reducción de las exportaciones.
Este enfriamiento de la actividad económica se traduce en un debilitamiento de las carteras de pedidos, de manera que un 50 % de las empresas asegura tener una débil o muy débil, lo que deja entrever que la demanda está estancada y que la reactivación será clave para los próximos meses.
Entre las preocupaciones de las empresas destaca por encima de todas ellas el elevado índice de absentismo, seguido por los costes laborales y la dificultad de contratación de nuevos profesionales.
A pesar de estos obstáculos, las empresas alavesas apuestan por mantener el empleo actual, priorizando la estabilidad de sus plantillas.
Señal clara
Para el SEA, este compromiso con el empleo es una señal clara de que las empresas entienden que el capital humano "es uno de los activos más valiosos a la hora de afrontar los desafíos económicos".
Ante esta situación de incertidumbre y desaceleración, las demandas del empresariado alavés son, en primer lugar, la reducción de la fiscalidad empresarial como una necesidad "urgente" para dar margen de maniobra a las empresas y fomentar la competitividad en un entorno cada vez más complejo.
Asimismo, las empresas reclaman que las instituciones no intervengan en el ámbito de las relaciones laborales y la negociación colectiva, al entender "que un entorno flexible y adecuado a las realidades del mercado es fundamental para que las organizaciones puedan adaptarse rápidamente a las cambiantes circunstancias".
En paralelo, demandan que se genere por parte de todas las instituciones públicas un apoyo decidido con el fin de proteger la industria europea.