Ligado al actual debate sobre la reducción de jornada y el de las medidas que quiere implantar el Gobierno para intensificar el control del registro horario en las empresas resurge la controversia alrededor de las horas extra, en especial las que se hacen y no se pagan. Un reciente informe del gabinete de estudios del sindicato Comisiones Obreras, con estadísticas recogidas en la Encuesta de Población Activa (EPA), ha cuantificado este problema, con la conclusión de que las horas extra no abonadas suponen un coste laboral de 3.254 millones de euros en términos de salarios brutos y cotizaciones.

El Estatuto de los Trabajadores proclama que, más allá de las horas extraordinarias de obligada realización, que son las que vienen exigidas “por la necesidad de prevenir o reparar siniestros u otros daños extraordinarios y urgentes”, el resto serán consideradas “voluntarias”, con el compromiso de que su ejecución “se totalizará en el período fijado para el abono de las retribuciones” y de que el número máximo de horas extraordinarias al año a realizar por un trabajador será de 80. Con objeto de acabar con el fraude en la contabilización de ese tiempo, en el año 2019 se aprobó el decreto-ley mediante el cual se establecían los criterios para el registro horario de los trabajadores. Cinco años después, su balance es de alrededor de 9.000 infracciones, con sanciones que, en conjunto, superan los 15 millones de euros en toda España.

Pero el problema permanece. El informe de CC.OO. recoge las consecuencias de una práctica que ha quedado incrustada en algunos sectores laborales, especialmente en los relacionados con los servicios, como la hostelería y el comercio, pero también las finanzas, el transporte, la educación y la ciencia. En concreto, además de los datos de impacto económico, el documento de la central calcula en 419.000 el número de trabajadores que desarrollan semanalmente horas extra no pagadas, con una media de 6,3 a la semana y un coste laboral de 7.370 euros al año. “En España hay 890.000 trabajadores asalariados que realizan horas extra a la semana, lo que supone el 5% de la población asalariada). De ellos, el 47% -419.000- ha trabajado horas extras en la semana por las que no ha recibido contraprestación en forma de salario o descanso. Es decir, el 2,3% de la población asalariada trabaja semanalmente horas extras no pagadas”, se lee en el estudio del sindicato. Consciente del impacto de esta situación, y más aún por el fuerte vínculo que siempre ha mantenido con los sindicatos, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, subrayó esta semana en el Congreso que gracias a la labor de Inspección de Trabajo, las horas extraordinarias impagadas se han reducido en 48,8 millones desde 2018. 

Euskadi, a la cabeza en tiempo de trabajo sin remunerar

A la hora de evaluar las horas extra que no se abonan, en el estudio de Comisiones Obreras por comunidades destaca el caso de Euskadi, que lidera esta tabla junto con Madrid. Según el informe, el 53% de las horas extra no se pagan.

El desglose de los datos permite ver que, en la CAV, el porcentaje de asalariados que realiza este tiempo de trabajo extraordinario sin el sueldo correspondiente es del 2,78%, un volumen porcentual que solo superan Galicia (2,79%) y Madrid (3,08%). Asimismo, el coste laboral anual en horas extra no pagadas alcanza los 183 millones de euros. Para realizar este estudio, CC.OO. se ha basado en estadísticas de la EPA con datos que se corresponden con la medial anual de los últimos cuatro trimestres, actualizados hasta la conclusión del primer semestre de este año. La Inspección de Trabajo dependiente de la Consejería vasca de Empleo detectó 469 infracciones - de un total de 2.435 actuaciones- vinculadas a abuso o incumplimiento de abono de horas extra entre los años 2019 y 2021, lo que supuso un porcentaje del 19%del total de actuaciones.

En el caso de Navarra, las cifras son más bajas. El porcentaje de horas extra no pagadas es del 27%, con un porcentaje de asalariados con horas no abonadas del 1,81%. Asimismo, el coste laboral anual 31,9 millones.

“Esas horas de trabajo no pagadas, pero de cuyo valor añadido obtenido se apropian íntegramente los empleadores, causan un grave perjuicio tanto a la población asalariada explotada como al conjunto de la sociedad a través de unos menores ingresos públicos a través de cotizaciones, IRPF e impuestos al consumo vinculados a los salarios no pagados”, explica CC.OO.

En otro documento, UGT resalta la importancia del registro horario como un mecanismo esencial para controlar las horas trabajadas en España, especialmente en lo referente a las horas extraordinarias. Aunque en teoría, el registro horario debería garantizar una correcta contabilización de las horas de trabajo para evitar abusos, UGT sostiene que su implementación en la práctica ha resultado “ineficaz”. “A pesar de la normativa vigente, existe una falta de control efectivo, lo que ha generado una situación en la que un volumen considerable de horas extraordinarias trabajadas no es registrada ni remunerada de manera adecuada. Este fallo en el sistema de control permite que las empresas continúen explotando la mano de obra con horas extras que no son debidamente compensadas”, apunta.

De los más de seis millones de horas extraordinarias que se realizan en España, la mitad no se abonan, “lo que supone una cifra anual de 3.250 millones de euros en retribuciones hurtadas a las personas trabajadoras, en ausencia de contribución a la Seguridad Social y en merma a Hacienda”.

El informe elaborado por CC.OO. destaca, asimismo, que los sectores que concentran un mayor volumen de horas extra no pagadas a la semana son, principalmente, la educación, la industria manufacturera, la hostelería, el comercio, el transporte y las actividades científicas y técnicas. Sin embargo, si se atiende a los sectores con mayor porcentaje de asalariados que hace horas extras no remuneradas en relación al resto de trabajadores del mismo sector, se encuentra que son los profesionales de empresas como bancos, aseguradoras, despachos de abogados y consultoras financieras son los que lideran esa tabla, con un 5,4% de empleados que estiran su jornada sin un salario por ese tiempo. A continuación, figuran los trabajadores del sector científico-técnico, con 4,9%. Aunque por lo general se trata de dos sectores cuyos salarios se encuentran entre los más elevados dentro del listado de profesiones, también es cierto que demandan lograr de forma constante resultados, ya sea a nivel de ventas en un caso o en avances de investigación por el otro. 

En las actuales negociaciones para la reducción de jornada desde 40 a 37,5 horas -aunque antes de fin de año debe aprobar que descienda a 38,5 horas-, la CEOE ha propuesto, a cambio de esa dismunución del tiempo de trabajo ordinario, incrementar el tope legal de horas extra voluntarias que puedan realizar los trabajadores, un planteamiento rechazado de plano por los sindicatos UGT y CC.OO. y también por el Ministerio de Trabajo. “Las horas extraordinarias en España constituyen lejos de un remedio, una lacra. Hay un abuso constante de este tipo de trabajo extraordinario, muchas veces. No vemos con especiales buenos ojos el intercambio de reducción de trabajo ordinario a cambio de jornadas extraordinarias realizadas voluntariamente por los trabajadores, entre otras cosas porque mantenemos cierto grado de desconfianza a esa voluntariedad de los trabajadores cuando hacen horas extra”, señaló el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey. De hecho, para el año que viene el Ministerio plantea endurecer toda la regulación vinculada al registro horario, de manera que las sanciones ya no serán por empresa en su conjunto, sino por cada trabajador con jornada irregular. Además, el propósito del Ejecutivo es también es el de incrementar la cuantía económica de las sanciones , cuyo valor máximo ahora es de 7.500 euros.