La economía vasca apunta leves señales de enfriamiento. El Producto Interior Bruto (PIB) de la CAV creció un 0,5% en el segundo trimetre con respecto al primero. Se trata de un incremento idéntico al del último trimestre del pasado año y al inicial de 2023. No obstante, en la evolución interanual, los meses de abril, mayo y junio, en su conjunto, registraron un incremento del 1,6% respecto al mismo período de 2022, mientras que si se toman los primeros trimestres del pasado año y del actual, se observa que el crecimiento interanual en el de 2023 había sido del 2,3%, lo que significa un descenso del 0,7%. Es el duodécimo trimestre consecutivo con tasas intertrimestrales positivas, aunque el 0,5% sea inferior a los porcentajes superiores al 1% que se produjeron en diversos tramos del pasado año.
Se trata de una desaceleración que, aunque evidentemente no supone una buena noticia, se inserta dentro de los ritmos de moderación que se están dando en otras economías. Así, por ejemplo, el PIB de Alemania cayó un 0,5% en tasa interanual en el primer trimestre, confirmando los avisos que alertaban de un importante freno en la principal economía de la Unión Europea. Un país que, por otra parte, es el principal destino de las exportaciones vascas. Un problema allí afecta de forma inevitable a Euskadi. Algo mejor está la situación en Francia, el segundo mercado de las ventas al exterior, con una variación interanual que, de todas maneras, no alcanza el 1% (0,9%).
Por otra parte, las subidas de tipos de interés ordenadas por el BCE están logrando rebajar la inflación –su propósito–, pero están castigando más a las economías de países como España, Italia y Portugal, que partían de niveles inflacionarios más bajos y están viendo como los incrementos en el precio del dinero están dañando –entre otras causas– sus tasas de crecimiento. Asimismo, existen otras incertidumbres que lastran la evolución de la economía mundial, como la guerra de Ucrania, la desaceleración que se está dando en China o el intenso aumento de los volúmenes de deuda y déficit público en los principales países de la Unión Europea.
Sin embargo, pese a la ralentización, el Avance de Cuentas Trimestrales ofrecido ayer por el Eustat también refleja un crecimiento en el segundo trimestre del 0,7% en el empleo en Euskadi, lo que ha permitido rebasar el millón de cotizantes a la Seguridad Social en la CAV. Además, en relación al mismo trimestre del año anterior, las estadísticas estiman un crecimiento en el empleo de un 1,5%. Es, además, el cuarto trimestre consecutivo en el que la ocupación laboral rebasa el millón de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en Euskadi.
La situación de 2023 difiere, de esta manera, de la del pasado año, cuando en el conjunto del año 2022 el incremento del Producto Interior Bruto, según las Cuentas Trimestrales, se estimó en un 4,4%, mientras que el del empleo alcanzó un 3,1%. Incrementos que llegaron a pasar del fuerte ascenso de la inflación. Además, con los más de 30.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo generados durante el año 2022, se superaron los niveles de empleo previos a la pandemia. Por Territorios Históricos, el informe del Eustat del año 2022 informó de un crecimiento anual del PIB del 4,3% en Araba, del 4,5% en Bizkaia y del 4,2% en Gipuzkoa. La ralentización del PIB, no obstante, fue clara a partir del tercer trimestre de 2022, cuando el avance en el conjunto de esos tres meses fue de apenas el 0,1%, un 1% menos que en el trimestre anterior.
El dato conocido ayer se sitúan en línea con las estimaciones que hizo el Gobierno vasco, que en marzo dio a conocer unas nuevas previsiones económicas con un un crecimiento del PIB del 1,5% en 2023 y del 2,1% en 2024. En ambos ejercicios se generarán 10.000 empleos y la tasa de paro será del 8,2% para 2023 y del 8,0% para 2024. “La industria fue uno de los pilares del crecimiento de 2022, con una tasa media anual del 4,6%.
El empeoramiento de las expectativas en Europa que se vivió especialmente desde el verano de 2022 frenó el fuerte empuje del sector, muy abierto a la competencia internacional”, reconocía el Ejecutivo. Se espera que la moderación del consumo privado, que también explica la desaceleración, se mantenga a lo largo del año.