El presidente del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), Tomás Arrieta, ha asegurado que la negociación colectiva ha sabido reaccionar y da muestras de fortaleza, ya que los convenios negociados en Euskadi en abril están un 0,7% por encima de la media, que se sitúa en torno al 5%. Asimismo el porcentaje de trabajadores con su convenio renovado asciende hasta abril al 50% del total, "el mejor dato" de la última década.

Arrieta ha adelantado estos datos en una entrevista a Radio Euskadi, donde se ha congratulado de que la negociación colectiva en Euskadi esté sabiendo reaccionar a "un escenario muy difícil y complicado, caracterizado por un cierto nivel de incertidumbre económica que persiste y, sobre todo, por el fantasma de la inflación, poco a poco parece que se va diluyendo".

Tras calificar de buenos datos, tanto la subida media registrada en los convenios firmados, cuya media, sumados los de ámbito estatal y regional está punto y medio por encima del dato de marzo, ha subrayado que en los de ámbito vasco, la subida media es del 5,7%.

El 50% de los vascos tiene el convenio actualizado

El presidente del CRL ha atribuido estos incrementos a que se han firmado recientemente convenios que afectan a un buen número de trabajadores, como el del Metal de Gipuzkoa, pero, en su conjunto y a su juicio, se corrobora que "ha disminuido la inmovilización que se atribuye a las empresas".

Arrieta ha destacado asimismo que, a día de hoy, el porcentaje de de trabajadores que tienen renovado su convenio se sitúa en el 40%, aunque, si se le suman los acuerdos alcanzados en abril, la cifra alcanza al 50%, lo que ha calificado como "el mejor dato de la última década" y que arroja como resultado que "uno de cada dos trabajadores tiene ya actualizadas sus condiciones salariales y de empleo".

A su juicio estos porcentajes ponen de manifiesto que la radiografía actual es buena, aunque, a continuación, ha pedido "no caer en autocomplacencias" pero que es constatable "la sensación de que los acuerdos se han intensificado además en el último mes".   

Conflictos enquistados

En este sentido, ha salido en defensa de los agentes sociales, a los que, tal y como ha añadido, "a veces, a los sindicatos y a las organizaciones empresariales se les acusa de cierto inmovilismo, de falta de cintura o de flexibilidad y yo creo que, con estas cifras, lo que se está demostrando es, si no todo lo contrario, al menos que la falta de acuerdos está disminuyendo".

Preguntado por a qué atribuye los convenios que siguen sin acuerdo o que se puede afirmar que se encuentran "enquistados", Arrieta ha recordado que se debe tener en cuenta que la negociación colectiva "está viva, que se está negociando y que no se ha cerrado la persiana".

Entre los que tienen, de esos pendientes, una incidencia más significativa en cuanto a empleo, Arrieta ha destacado los convenios del sector de oficinas y despachos de Bizkaia y Gipuzkoa, que tienen "un empleo asociado relevante".

30.000 vascos sin convenios

En todo caso, desde su punto de vista, el segmento del mercado laboral pendiente es de las personas sin convenio, que ha cifrado en alrededor de 30.000 personas, porque lo perdieron con la reforma laboral introducida por el PP, que "expulsó de la cobertura de la negociación colectiva a un número importante de trabajadores porque sus convenios no se renovaron a tiempo", porcentaje que ha cifrado en un 6,5% del total. "El objetivo es reintegrar a todas ellas a la cobertura de un convenio", ha añadido.  

Cultura del acuerdo

Preguntado por las declaraciones del presidente de Adegi que aseguró que Euskadi entraba en una "cultura del acuerdo", el presidente del Consejo de Relaciones Laborales ha asegurado que él es un "firme defensor de esa cultura porque, a su entender, "no hay alternativa en la negociación colectiva a los acuerdos" porque "la alternativa" a ellos "siempre es mala" y son "los conflictos y la huelga".

En este punto, y sondeado por las críticas por parte de representantes de la patronal a la alta conflictividad laboral y sindical en Euskadi, Arrieta ha asegurado, en primer lugar, que "no hay que demonizar las protestas" ya que, desde su punto de vista, "la huelga forma parte del modelo y del entramado básico de la negociación porque es un instrumento reconocido por la ley al más alto nivel constitucional", ha referido.

"A mí no me gustan las huelgas, porque expresan una desavenencia profunda, un conflicto que no somos capaces de resolver" pero, ha añadido, "es evidente que es una herramienta que forma parte del modelo como un complemento necesario de la libertad sindical y medida de presión para los procesos de negociación de condiciones de trabajo de la población trabajadora".

En todo caso, tras esta precisión, Arrieta ha asegurado que, a su juicio, "la huelga debe ser un recurso subsidiario y una medida de presión excepcional porque, evidentemente, prefiere los acuerdos a las huelgas" ha concluido.