Las cambiantes condiciones del planeta en las cuestiones económicas y energéticas están suponiendo un acelerón en el cuidado y protección del medio ambiente. La planta vitoriana de Michelin no escapa a estos planteamientos y en breve anunciará revolucionarios avances.

Entre tanta incertidumbre y cambio del escenario económico, ¿qué previsiones y planes maneja Michelin para inversiones en esta planta de Vitoria?

Un ejercicio duro fue 2020 por los cierres derivados del covid. En el presente año la dureza se está concentrando en la última parte. Seguimos adelante con todas las inversiones lanzadas en el primero, segundo y tercer trimestre. Va a concluir este 2022 como un año con un volumen de inversiones importante cifrado en 70 millones de euros, solo para este año. De cara a 2023 estamos luchando con los catálogos de inversiones con grandes proyectos de transformación.

¿Por dónde se dirigen esos cambios?

Hay dos grandes partidas. La primera de ellas se centra en transformar la fábrica, y lo estamos consiguiendo, hacia una planta de neumáticos de alta gama de 18, 19 y 20 pulgadas. Ese es nuestro sueño porque cada vez hay mas demanda en ese nicho. Tenemos productos dónde Michelin es líder tecnológico y somos capaces de mostrar nuestras diferencias, así como darle más margen al grupo. Estamos transformando nuestras líneas de producción para poder montar esos neumáticos. Además en la fabrica de neumáticos de turismo somos líderes en industrialización a nivel mundial. Esto quiere decir que estamos haciendo los prototipos de los neumáticos del futuro y también lo estamos consiguiendo.

¿También llegan esos cambios hasta la unidad de ingeniería civil y minería?

Estamos transformando los procesos, porque no somos líderes a nivel de industrialización. Somos la fábrica líder tecnológica a nivel mundial. Como suelo decir estamos inventando el futuro de Michelin aquí en Vitoria. Lo que sucede es que no lo decimos y no nos sentimos suficientemente orgullosos. De una multinacional francesa, en España somos el país donde más se fabrica, más que en Francia. De los cuatro centros de producción estatales, la planta de Michelin Vitoria tiene un peso del 50% de toda la marca en España. Se podría decir que está entre las tres primeras plantas de la marca en el mundo, dependiendo de los años, y en muchas ocasiones somos los primeros.

¿Hay también inversiones de productividad?

Son inversiones de automatización, como carretillas sin conductor, robots, visión artificial, inteligencia artificial o digitalización. Estas inversiones y las anteriores son dos ejes de transformación importantes.

Hay un tercer e importante punto como es el centro de mezclas.

Es donde tenemos el secreto mejor guardado, como suelo decir, y de por qué nuestros neumáticos son como son. También está la fábrica de cable, que también la llamo con cariño, la fuerza del neumático. Allí se hace una extrusión de cable, que hacemos nosotros mismos y no compramos fuera, para tener así los conocimientos propios y poner unos cables especiales.

Los 56 años que llevan operativas las instalaciones de 43 hectáreas de la Avenida del Cantábrico harán también precisa una modernización.

Hay que rejuvenecerla con ese medio siglo pasado de vida que tiene y estamos mejorando locales sociales, muchos entornos de comunicación. Estamos invirtiendo también en mejoras de seguridad de las máquinas.

¿El medio ambiente tampoco escapa a esas inversiones con un viraje hacia una producción más sostenible y menos contaminante?

Ahora estamos dando un salto cualitativo en esa faceta. Nuestro presidente ha dicho que Michelin en 2050 tiene que ser sostenible o no existirá. Para esa fecha debe ser cien por cien sostenible y además en Europa ser en 2040 cero emisiones. Pero es más, en Vitoria en lugar de ser en ese año tenemos que serlo en 2030. Para llegar a ese cero emisiones, en una fábrica que consume vapor y que para hacerlo tenemos que quemar gas y se genera CO2, tenemos que intentar evitarlo. En lugar de hacer esa cocción de los neumáticos con vapor, la vamos a hacer con energía verde, con electricidad. Con este proyecto vamos a ser líderes en transformar toda nuestra vulcanización de prensas en vez de vapor, con electricidad. Eso va a costar mucho dinero, pero vamos a hacerlo, al tiempo que transformamos la fábrica para los neumáticos de 19 y 20 pulgadas. Hay también inversiones para reducir el consumo de agua o ir a desechos cero. Hay todo un eje para conseguir que Michelin Vitoria sea una fábrica cero emisiones, más pronto que tarde. Ese es mi sueño, pero es una tarea de años.

En esa lucha contra el CO2 el transporte marítimo es un gran generador y Michelin ha innovado en ese aspecto.

Ha inventado algo totalmente rompedor como son unas velas gigantes para los barcos, de tal manera que somos capaces de reducir un 20% el consumo de combustible. Es una vela tridimensional especial, similar en diseño a la de las alas de un avión, que por diferencias de presión permite avanzar el barco. En el centro de Araia estamos montando esa primera vela, que se va a colocar en un barco mercante en Bilbao que hace la ruta hacia el Reino Unido para testarlo.