- El sindicato LAB se va a replantear su participación institucional en organismos sociolaborales que abandonó por decisión propia como el Consejo Económico y Social (CES) vasco o el instituto Osalan a partir de su X Congreso, que celebrará en Baiona/Miarritze el 16 y 17 de junio. La secretaria general de LAB, Garbiñe Aranburu, que presentó ayer en Bilbao la cita congresual, opta a seguir dirigiendo el sindicato, pero en bicefalia con el actual secretario general adjunto de la central abertzale, Igor Arroyo, ambos candidatos a coordinadores generales. En el nuevo modelo de dirección “más horizontal” del que se prevé dotar LAB, desaparece la figura del secretario general, sustituida por dos coordinadores generales, al menos uno de ellos mujer.
LAB llega a la cita con “fuerza”, según explicó Aranburu y Arroyo en el acto informativo, tras incrementar su afiliación en un 12% en los últimos cinco años hasta alcanzar 46.000 afiliaciones, y contar con una representación sindical del 19,8% en la CAV y 17,3% en Nafarroa. La central celebrará un congreso “de continuidad”, en el que se reafirmará en su estrategia de los últimos tiempos, aunque también habrá novedades, entre ellas, la de asumir “la responsabilidad” de ser “referencia sindical nacional del independentismo de izquierdas” desde la constatación de que el intento de alianza en términos estratégicos “de la mayoría sindical” con ELA “ha fracasado”.
Según Aranburu, el sindicalismo “no puede quedarse en la reivindicación de un Estado vasco”, sino que “tiene que aportar e impulsar el proyecto soberanista” a favor de una república vasca. “Trabajamos aquí, vivimos aquí y aquí tenemos que decidir”, defiende LAB, que considera que su apuesta por un marco propio de relaciones laborales y seguridad social implica no quedarse “a la espera” o como “observador” de las reformas “de los Estados” para luego “limitarse” a criticarlas o entorpecer su aplicación, sostuvo la dirigente sindical.
Para la construcción del marco vasco de relaciones laborales al que aspira, el sindicato propone medidas como establecer un Código Laboral y de Seguridad Social propio, así como una nueva estrategia “para reforzar su interpelación institucional”, según indica en la ponencia congresual, que ayer entraba en fase de debate antes de ser votada por los 500 militantes que participarán en el cónclave.
Para ello, el Comité Nacional de LAB “definirá un plan de intervención de cara a los diferentes espacios de participación institucional”, según señala el texto. En Euskadi, LAB sólo participa en el Consejo de Relaciones Laborales tras abandonar hace años por decisión propia otros organismos como el CES, el instituto vasco de seguridad y salud laborales Osalan y el servicio de empleo Lanbide, al ser crítico con sus actuaciones.
Aranburu puntualizó que LAB seguirá sin participar en el marco del diálogo social en Euskadi por considerarlo “subsidiario del marco estatal y no concebido” para lograr mejoras laborales, pero indicó que en los órganos de participación institucional van “a darle una pensada porque no se puede dar por amortizado el hecho de que una mayoría sindical no participe”.
A su juicio, dichos órganos deben servir para “llevar propuestas” y “desmontar” la “simbiosis”, a su juicio, existente entre las instituciones y la patronal. Aranburu también destacó que en la nueva etapa LAB apuesta por ser un “sindicato antirracista” más allá de proclamarse como tal a través de la creación de una Secretaría Antirracista y una oferta sindical para los trabajadores inmigrantes. El sindicato también pondrá el foco en la defensa de la salud laboral y la lucha contra las situaciones de precariedad.
En su ponencia, LAB considera que “el sindicalismo de contrapoder es el camino” en defensa de los intereses de los trabajadores y aboga por una estrategia de confrontación y por “debilitar” a la patronal.