En la calle la Esperanza de Vitoria hay una tienda llamada Slavianka, regentada por ucranianos que huyeron del Donbass en 2014. Estos días la puerta está siempre abierta por el ir y venir de personas que van a aportar su granito de arena con la poca ayuda que puedan aportar.

Al frente de este faro de solidaridad improvisado está Iryna Branets, la portavoz de la Asociación Socio Cultural y de Cooperación al Desarrollo Ucrania-Euskadi, que opera en las tres capitales vascas. Ella es la portavoz en Vitoria-Gasteiz.

¿Qué hace exactamente la asociación?

Originalmente el objetivo era favorecer el intercambio de culturas entre los pueblos vasco y ucraniano, pero ahora nos concentramos en enviar camiones de ayuda humanitaria a nuestro hogar. Nos estamos centrando en recursos que son esenciales, pero no nos damos cuenta hasta que nos los quitan: Ropa térmica para aguantar el frío, pilas, vendas… No es hasta que estás en un refugio subterráneo que te das cuenta de lo útil que es una linterna pequeña con cuatro pilas de recambio. Lo que más nos preocupa ahora mismo son medicamentos de difícil acceso como antifibrinolíticos para reducir el sangrado, antisépticos para evitar infecciones…

¿Cómo recogéis esta ayuda?

Las cinco tiendas Slavianka distribuidas por Vitoria, en la calle Esperanza 2, Irun (Gipuzkoa) y Santander, la calle Georgia 1 en Bilbao y la calle Jaizquibel número 6 del barrio donostiarra de Trintxerpe son ahora mismo nuestros centros de recogida. La que tenemos en Vitoria la llamamos “La Tienda Rusa” porque es más fácil de recordar, pero los dueños son ucranianos y sus productos vienen de toda parte de Europa del este: Polonia, Bielorrusia, Ucrania, Rusia… Desde que empezó la guerra ha cambiado completamente y el problema que tenemos es que sigue siendo una tienda pequeña formada por gente de a pie. Nos cuesta manejar tanto volumen de recursos. Aquí [en la tienda] trabaja nuestra paisana Tetiana y sabe muy bien lo que es vivir en una situación como esta porque es refugiada del Donbass, de Donetsk más concretamente. Si alguien tiene dudas sobre qué puede aportar, que visite nuestra página de Facebook o pregunte en el establecimiento.

¿Cree que la propuesta de convertir a Ucrania en estado miembro de la UE es buena idea?

Me parece bien que entre en la UE, pero creo que será imposible. Nos habría gustado tener todos los deberes hechos, pero hay que ser consciente de cuál es la situación y qué se puede hacer. Teniendo un vecino como Rusia, no se puede esperar a que pase algo para actuar. Ya nos pasó lo mismo en 2014 cuando el por aquel entonces presidente, Petró Poroshenko, se opuso a las exigencias de Rusia y Putin se metió en el este de Ucrania. Por aquel entonces no peleaban mineros y camioneros de manera improvisada, eran entrenados y suministrados de armas por Rusia. Rusia siempre promovió el separatismo y lo planteó como una batalla entre ucranianos. Las políticas salen de Rusia, pero se niega a reconocer su implicación.

¿Y qué le parece la actuación del actual presidente Zelensky?

No le voté en su momento [a Zelensky] porque por muy buen cómico y actor que sea, no tenía experiencia política y estaba respaldado por gente “de muchos recursos”, los opositores del anterior presidente. Llegó a las urnas con promesas muy bonitas de que zanjaría los problemas con Rusia y las cosas, evidentemente, son muy distintas. He de reconocer que desde hace unas semanas me ha sorprendido. Respeto su posición. Defiende el fuerte y da la cara, transmite un mensaje de esperanza y de victoria porque si no, no saldremos de esta.

¿Qué le parecen las sanciones a intelectuales y deportistas rusos? Hay quien dice que, como no afectan a Putin ni a su complejo militar, no conseguirán nada más que crear rusofobia

Las olas de indignación, las protestas al grito de “no a la guerra” o “somos hermanos” como las de Moscú por desgracia no están dando frutos. Los soldados siguen avanzando y los muertos se acumulan. Se dice que los ciudadanos rusos no tienen la culpa de que haya comenzado la guerra y es cierto, ellos no han dado la orden, pero no puedo evitar pensar que hasta cierto punto tienen algo de responsabilidad. Las tropas se empezaron a movilizar alrededor de Ucrania hace meses. Las tropas no han aparecido de un día a otro ¿No reaccionan? ¿Nadie se pregunta qué está haciendo su ejército? Hay que presionar a Rusia por todas las partes para que la ciudadanía se levante y eche a su presidente. Está fuera de sí y como siga así la cosa irá a peor. Hay que hacer todo lo posible para evitar que mueran más personas y espero que estas sanciones ayuden a que esto ocurra, cuanto antes mejor. No quiero imaginar cómo tratarían a los civiles si Rusia llega a tomar el país, especialmente teniendo en cuenta la resistencia que están dando… Ahora estoy llena de rabia. No quiero empezar a odiar porque hay mucha gente rusa buena, pero este conflicto nos consume de tal manera…

¿No cree que la propaganda rusa puede dificultar este movimiento popular anti guerra?

Te pongo un ejemplo: En mi escalera trabaja una chica que es colombiana y siempre nos pregunta qué tal estamos por todo esto, si nuestros familiares están bien… Su compañera es rusa. Hablando sobre la situación y el desgarro humano que está produciendo en Ucrania, la rusa tan tranquilamente le dice a ella: “No te preocupes que no atacan a los civiles, solo atacan lugares estratégicos. En dos días se acaba esto”. La propaganda rusa les había convencido de que el ejército tomaría un par de ciudades y nos rendiríamos. Ahora ya no sabe qué pensar.

¿Y cree que las sanciones económicas surtirán efecto o simplemente empeorarán la calidad de vida de los rusos?

Espero que estas sanciones den resultado y bueno, no les bombardeamos ni matamos a su gente, así que si de repente tienen problemas pues que sepan que la primavera se acerca y que se puede comer hierba, raíces de árboles, se pueden preparar muchos tipos de sopa… Ucrania sabe mucho de este tema porque ya lo vivió en los años 30. Y si quieren vivir bien sin pasar por estos problemas, pues que echen a su presidente y paren esto.

¿Qué es lo que más le ha sorprendido de la actitud de los vascos en este conflicto?

Nos hemos encontrado con gente maravillosa que nos apoya y es ese abrazo anónimo, ese “estamos con vosotros” lo que nos da algo de paz. Es lo que tratamos de transmitir a nuestra tierra. No están solos. Buscamos caminos para ayudar a los refugiados, a los niños que vienen de Chernóbil… Hay fuertes vínculos y personas que están dispuestas a mover cielo y tierra para ayudar de la manera que sea. La unión hace la fuerza y gracias a estos esfuerzos podemos comprar esos medicamentos especiales, equipamiento que una persona sola nunca podría conseguir… La puerta de la tienda no se cierra, siempre hay alguien que viene a ayudar.