- El elevado nivel de inflación actual en la zona euro puede ser menos transitorio de lo que se había previsto anteriormente, según reconoció ayer el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, para quien es fundamental evitar efectos de segunda ronda vinculados a salarios y pensiones, en un contexto marcado por la incertidumbre sobre la evolución de los precios de la energía. “Quizás la inflación no sea tan transitoria como se pronosticó hace solo unos meses”, reconoció el exministro español de Economía del PP durante su intervención en un coloquio organizado por el banco suizo UBS.
De este modo, a pesar de que la resolución de los problemas de oferta relacionados con los cuellos de botella puede llevar más tiempo del esperado y la incertidumbre sobre la evolución de los precios de la energía, Guindos defendió las últimas proyecciones del BCE, que apuntan a que las presiones inflacionarias se empezarán a moderar este año, situando la tasa de inflación por debajo de la meta del 2% para 2023 y 2024.
“La inflación será más alta durante más tiempo, pero acabará bajando”, asumió el vicepresidente del BCE, advirtiendo de la necesidad de evitar efectos de segunda ronda que transformarán las subidas en un fenómeno más persistente. “En mi opinión el mayor riesgo para la perspectiva de inflación son los efectos de segunda ronda”, subrayó, añadiendo que, de momento existe una evolución moderada de los salarios, mientras que matizó que, en relación con el impacto de la transición verde, “los beneficios en el medio plazo claramente superan los costes a corto plazo”.
Asimismo, De Guindos defendió que la evolución de la inflación dependerá en gran medida de los precios de la energía, que han vuelto a repuntar en las últimas semanas y que en algunos aspectos responden a cuestiones geopolíticas más allá del control de los gobiernos, mientras que confía en que los problemas de oferta se resolverán antes o después.
En cualquier caso, Guindos se mostró confiado en que la recuperación económicas continuará en 2022, aunque reconociendo que existe un elevado grado de incertidumbre, en parte vinculado a la evolución de la pandemia, con la aparición de nuevas variantes como ómicron que, en su opinión, no será capaz de hacer descarrilar la recuperación, por lo que es importante que la retirada de medidas de los gobiernos se lleve a cabo de manera prudente y gradual.
Por otra parte, el BCE confía que los problemas de oferta provocados por las interrupciones de la cadena de suministro o cuellos de botella se alivien de manera gradual en la segunda mitad de 2022, aunque advierte de que no pueden descartarse más problemas en el caso de una intensificación de la pandemia.
En este sentido, sostiene que un impulso significativo a la producción de semiconductores requiere de una gran cantidad de inversión para aumentar la capacidad y, dado el tiempo que esto requiere, solo se pueden esperar mejoras sustanciales más adelante en 2022 o en 2023, mientras que cualquier alivio en la escasez de mano de obra en los próximos meses dependerá de la evolución de las medidas de apoyo públicas, así como de las restricciones por de la pandemia y del número de nuevas infecciones.
Ligero descenso. El precio de la electricidad en el mercado mayorista (‘pool’) descenderá hoy, viernes, un 5,6%, para situarse en 202,95 euros/megavatio hora (MWh), según los datos del Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE). El precio mayorista de la luz volverá a bajar después de su ascenso de ayer, aunque seguirá situándose por encima de la barrera de los 200 euros/MWh, un valor que se ha alcanzado en más de la mitad de los días de enero.