- “Lo peor ya ha pasado”. Así de contundente se mostró ayer el presidente de Confebask, Eduardo Zubiaurre. Y es que los empresarios vascos estiman que para el próximo año la economía crecerá un 5,9%, “suficiente para recuperar el nivel del PIB prepandemia”.

En cuanto al empleo, la patronal vasca habla de un “máximo histórico”, con una estimación de 25.000 nuevos puestos de trabajo, lo que reduciría la tasa de paro al entorno del 8%, inferior al que había antes de la crisis sanitaria. “De cumplirse esta previsión, estaríamos ante un nuevo máximo histórico del empleo en Euskadi con más de un millón de cotizantes”, sostuvo.

Zubiaurre presentó ayer, junto al director general de Confebask, Eduardo Aretxaga, y el responsable de economía, Pablo Martín, el informe Coyuntura económica elaborado por la patronal vasca, unas previsiones que, según apuntó el presidente, vienen condicionadas “por una altísima incertidumbre”. De cara al cierre de 2021, los empresarios vascos estiman que Euskadi cerrará con un crecimiento de su economía del 5,7%, una “cifra elevada”, pero “en la banda baja” de lo previsto hace un año debido a los problemas de suministro, el aumento de los costes de las materias primas, energía, así como el surgimiento de nuevas olas pandémicas.

También han influido unas “restricciones más prolongadas de lo estimado”, así como por una contribución inferior a la inicialmente pensada de los fondos europeos, cuya llegada ha sido “marginal”, aunque los responsables de la patronal confían en que en 2022 cogerán “velocidad de crucero”. Zubiaurre indicó que, por sectores, destaca el crecimiento de la industria, “la que más ha tirado de la economía este año”, a la que le siguen el sector servicios y la construcción, que es “la que menos crece, en parte porque fue también la que menos cayó el año pasado”. Por su parte, las exportaciones han mejorado “con claridad”, pero sin llegar al nivel prepandemia, lo mismo que el consumo privado y la inversión. Por otra parte, subrayó que 2021 también ha sido “un año de recuperación del mercado laboral” y Euskadi cerrará con unos 18.000 afiliados más a la Seguridad Social, alcanzando una cifra total superior ya a la existente antes de la pandemia, mientras que la tasa de paro rondará el 9% (2,1 puntos menos que a finales de 2020)

De cara a 2022, el informe de Confebask indica que todos los sectores seguirán recuperándose en 2022. Y tras un 2021 en el que la industria ha sido el principal motor de la economía, en esta ocasión el crecimiento será más perceptible en el sector servicios, fruto de una esperada normalización del turismo y el ocio. La construcción también crecerá en mayor medida que en este 2021.

La patronal vasca espera, asimismo, una primera parte del año “bastante compleja”, en la que continuarán presentes los factores que “constriñen” la actividad económica, pero confían en que la segunda parte del año se vayan “aliviando” esos factores y se presente un “panorama económico más despejado”.

Tras señalar que en 2022 España estará en el “grupo de cabeza” de Europa por crecimiento, aunque no creen que vuelva hasta 2023 a un nivel de actividad precovid, los responsables de la patronal han manifestado que se está en una situación económica “sana” y prevén que el próximo año la economía vasca crezca un 5,9%, a un ritmo similar al de este año, con lo que, según apuntó Zubiaurre, previsiblemente, se recuperará ya el nivel que había previo a la pandemia. “Esto implicaría crecer a una media similar al del Estado, y superior al de la economía europea”, agregó.

No obstante, el presidente de Confebask insistió en que esta previsión sigue sujeta a “importantes incertidumbres”, por lo que, en función de cómo vayan resolviéndose las diferentes variables, la horquilla de crecimiento en Euskadi podría moverse entre el 4% y el 7%.

“Aun así, y salvo nueva catástrofe, se trataría de un crecimiento vigoroso que coincide con lo que nos dicen nuestras empresas asociadas, a través de las encuestas que periódicamente realizan nuestras asociaciones miembro, Adegi, Cebek y SEA”, manifestó Zubiaurre.

En concreto, ha destacado que nueve de cada diez empresas ven su mercado estable o en reactivación y las perspectivas de empleo a seis meses mejoran, ya que siete de cada diez prevé mantener su nivel de plantilla, y dos de cada diez incluso aumentarlo. Ello, según subrayó, a pesar de que crece de manera importante su preocupación por el “fuerte” incremento de los costes, la “creciente dificultad” para encontrar personal cualificado, el elevado absentismo laboral o el descenso de la rentabilidad de las ventas.

Los altos precios de la energía, el desabastecimiento de materias primas y el atasco en el suministro de productos clave para la economía vaca están generando problemas “muy serios” al tejido productivo vasco. “Y, por si fuera poco, la inflación alcanza unas cotas no previstas”, explicó Zubiaurre.

Por lo tanto, cree que la negociación en la empresa se presenta como un reto para “frenar esa deriva”, tratando de buscar pactos, “cada uno en función de sus posibilidades, y desde luego, basados en el equilibrio entre quienes ven cómo la cesta de la compra se encarece mes a mes, y quienes, además de sufrir esa carestía en primera persona, también buscan asegurar el futuro de la empresa”. Por ello, apuntó que la apelación a un diálogo social “sereno y equilibrado” cobra “hoy mayor protagonismo que nunca”.