- Puntual. Metódica. Con dotes divulgativas. La consejera Arantxa Tapia conoce como pocos las capacidades y los problemas de la economía vasca, y eso, cuando se la interroga al respecto, equivale a un discurso enriquecido con detalles, nacidos para facilitar la comprensión de su interlocutor y para incidir en unas tesis concisas y claras.

Estamos inmersos en una situación convulsa en lo social, en lo sanitario y en lo económico. ¿Cuál es la radiografía que hace la consejera de la industria alavesa?

-Más que una situación convulsa, estamos en una situación de incertidumbre. Sin embargo, sí estamos viendo, y se observa en otros países que van un poco más adelantados en el proceso de vacunación, que cuando ese proceso avanza, la situación económica y el ánimo de las personas van mejorando y la situación se va recuperando. Podemos decir que en este primer semestre se está recuperando poco a poco.

Y, sin embargo, hay comarcas y sectores con un panorama bastante sombrío.

-Es cierto que hay sectores complejos que están ubicados en Ayala y otros asociados al sector aeronáutico. Es inevitable abordar esa situación. No hemos volado prácticamente nada en este tiempo de pandemia y, por eso, la situación del sector aeronáutico se ha visto muy dañada. Se han dado ERE de extinción, que conllevan situaciones traumáticas. Sin embargo, creo que en la medida en que nos vayamos recuperando, también ese sector se irá recuperando, y además va a tener opción de ir abriendo caminos distintos.

¿En qué sentido?

-Se ha aprobado la Ley de Cambio Climático en Europa, se ha aprobado la del Estado... Eso significa que va a haber una serie de cambios y que habrá que modificar esos sectores. Hay que hacer cosas diferentes y van a tener oportunidades de crecimiento.

Dadas las circunstancias, ¿hay que confiar en que una eventual normalidad postcovid conlleve la recuperación del sector?

-En cuanto volvamos a una situación casi normal, continuaremos viajando por trabajo o por ocio. Eso significa que el sector aeronáutico va a continuar teniendo un futuro. Y, al mismo tiempo, va a tener que transformarse desde el punto de vista de la electrificación del transporte. En cuanto a las aeroestructuras, quizás tengan que investigar otro tipo de materiales, automatizar y digitalizar esas plantas y hacerlas muy eficientes. Habrá que ver qué porcentaje de vuelos va a haber más de largo recorrido, y qué papel relevante van a tener también las aerolíneas regionales y cómo se va a trabajar ese aspecto respecto al TAV... Todo eso va a a ser el futuro de la aviación y, desde luego, nuestras empresas tienen que estar presentes.

Entiendo que esa transformación ha de llegar también a la industria de Ayala.

-En el Valle de Ayala sí nos preocupa toda la industria de tubos que están en el mundo oil&gas, circunstancia que también está asociada a la Ley de Cambio Climático. En ella se habla de que las emisiones de gases de efecto invernadero y la utilización de combustibles fósiles tienen que ir reduciéndose poco a poco y evidentemente, afecta a este sector. Pero también es cierto que existían proyectos que estaban un poco aparcados que se están empezando a recuperar porque todavía el gas va a ser un combustible que vamos a seguir utilizando como energía de transición. Y esas empresas se van a ir recuperando poco a poco. El hidrógeno también puede ser un elemento que permita recuperar ese sector. No hay duda de que también tiene que darse una segmentación.

¿Hay al respecto un plan global para la recuperación económica del valle?

-En Ayala, además de estas empresas, que son emblemáticas, hay otras importantes, como Vidrala, o Gometegui, que tiene nuevas inversiones. Pero es cierto que el sector de tubos en estos momentos necesita una diversificación de la mano de otras posibles actuaciones. Y, en segundo lugar, hay que señalar que está aprobado el Plan de zonas de actuación prioritaria, donde el Valle de Ayala tiene una consideración específica, y donde se van a trabajar diferentes proyectos. También hay una ponencia en el Parlamento Vasco. Hay diversos caminos abiertos, pero la solución no va a llegar de la noche a la mañana.

Sin salir del ámbito industrial, entiendo que los referentes de la automoción en Álava seguirán también marcando el camino.

-Tenemos un sector relevante asociado a la automoción, con Mercedes y Michelin, dos grandes multinacionales. A pesar de ser multinacionales y tomar las decisiones en otros lugares, han confiado en el territorio y siguen confiando. Eso significa que en Araba se hacen las cosas bien, que hay proveedores interesantes. Todo lo que está asociado al vehículo eléctrico, autónomo, conectado, a las nuevas baterías, o los nuevos motores eléctricos, creo que tiene un recorrido importante. Estamos viviendo ese momento de transición que iba a llegar aunque no tuviéramos pandemia y que la pandemia ha acelerado. Vamos a considerarlo como una oportunidad y vamos a tratar de aprovecharla al máximo.

En esas oportunidades, desde luego, está la iniciativa Basque Volt.

-Tanto los actuales vehículos eléctricos, como los actuales híbridos enchufables o los vehículos de futuro van a necesitar muchísimas baterías, que serán necesarias no solo en la electrificación de la automoción, sino también en el almacenamiento de energía. Si somos capaces de tener mucha energía renovable, necesitamos también capacidad de almacenamiento. Tenemos la suerte de que en Araba tenemos el centro de investigación CIC energiGUNE, que ha trabajo mucho las baterías de cuartas generación, que son las de estado sólido. Por eso creo que Basque Volt en Miñano tiene muchísimas posibilidades de éxito. La tecnología de celdas está ubicada aquí gracias a CIC energiGUNE. Es el elemento diferencial. No es lo mismo que las celdas se produzcan en China y aquí se produzcan la batería en base a otra tecnología. Hay interés privado, hay una posibilidad de desarrollarlo de manera público-privada y desde luego no podemos de dejar pasar esa ocasión.

A raíz de este proyecto ha surgido la necesidad de disponer de suelo industrial en Miñano apto y preparado ya para acoger inversiones.

-Efectivamente. Yo creo que una factoría de estas características, con una dimensión importante, no puede ser ubicada en cualquier lugar diferente a un parque tecnológico como el que tenemos en Álava. Hay que tener ese terreno preparado para ese proyecto y para algún otro que pueda llegar.

En este punto, llama la atención el debate político surgido al respecto.

-Se trata más de un posicionamiento político que otra cosa. Pero hay que ser conscientes de que proyectos de estas características necesitan tener preparado el suelo con la suficiente antelación. Si ahora llega un proyecto a Miñano que necesita unas dimensiones importantes no tenemos capacidad de ofrecérselas, porque a pesar de que como parque tenemos adquirido el suelo no está urbanísticamente preparado. Tenemos que estar preparados.

Precisamente este jueves el Parlamento Vasco aprobaba pedir esa ampliación de suelo para el parque de Miñano. EH Bildu ha cambiado su posición. Hasta ahora defendía lo contrario. ¿Qué le parece?

-Estamos ante una buena noticia porque, aunque esta ampliación debería haber estado ya en marcha, se evidencia un cambio de criterio que abre oportunidades al desarrollo en línea con la apuesta que estamos trabajando desde las instituciones. En todo caso, y quizá ese sea un aspecto que a veces cueste entender a quienes no tienen responsabilidad de gobierno, el orden de las decisiones debe ser a la inversa. La estrategia de disponibilidad de suelo debe anticiparse a los proyectos concretos, porque podría suceder que para cuando una iniciativa se concreta, sea la Gigafactoría Basque Volt u otros con interés en el territorio, la no disponibilidad de suelo ponga en riesgo la atracción del proyecto. Nos alegramos de que los grupos políticos se unan en esta apuesta que será buena para Gasteiz, Araba y para el conjunto de Euskadi.

En cualquier caso, parece clave la colaboración público-privada en el éxito de nuevas inversiones.

-Sí, rotundamente sí. Yo creo en la forma de hacer de la colaboración público-privada. Es importante para nosotros, para Álava y Vitoria que Mercedes o Michelin tengan proyectos para desarrollar aquí con proveedores locales. Es una apuesta que se está haciendo, especialmente desde Mercedes, y que tenemos que ayudar desde la parte pública. Pero la implicación de la empresa es esencial.

Electrificación, energía renovable, hidrógeno... Los fondos Next están llamados a empujar al sector productivo a otra dimensión.

-Lo que me ha parecido relevante en los proyectos Next que tenemos en este momento, tanto públicos como privados, es que están perfectamente alineados con las prioridades del país y a nuestras áreas de especialización. Si nos ceñimos a Álava, sí están la automoción y la aeronáutica, que son fabricación avanzada. Desde el punto de vista de las acerías, donde pueden aparecer Tubacex y Tubos Reunidos, existe un proyecto importante de eficiencia energética, de lucha contra el cambio climático y de reducción de emisiones de dióxido de carbono. A mí me gusta mucho que los proyectos que se están presentando utilizan las transiciones y además se focalizan en las áreas más fuertes, incluso en temas biosanitarios, en farmacia, donde también existen en Miñano unas capacidades que empezaron a desarrollarse de la mano de la UPV, que pretenden ampliarse. Si nos fijamos en el sector de la alimentación, qué decir de las bodegas de Rioja Alavesa y los proyectos que aparecen ahí.

También se apuesta por la generación renovable.

-Tenemos que hacer un esfuerzo importante por intentar aumentar y ahí, Álava puede ser pionera, puede ser la punta de lanza que nos ayude a desarrollar todos esos proyectos.

Sin embargo, la localización en Álava de todos los proyectos eólicos en los que participa el EVE han levantado muchas suspicacias.

-Por partes. Hemos empezado en Araba, de la manos de la propia Diputación, poniendo en marcha en ocasiones proyectos más pequeños con los municipios. Empezamos ya la pasada legislatura con pequeñas estructuras fotovoltaicas o biomasa, englobadas en Ekiola, que nos ayudan a ir poco a poco integrando las energías renovables. Pero solo con esas actuaciones pequeñas no podemos avanzar y dimos un paso más. Y fuimos a dos parques fotovoltaicos -Ekian y Ekienea-. Y ahora nos toca trabajar parques eólicos en paralelo. Sí es cierto que estamos valorando según el PTS (Plan Territorial Sectorial) vigente qué pasos podemos dar. Los cuatro primeros permisos se han solicitado en Araba. Eso no significa que no vaya a haber en otros territorios.

¿Y las ubicaciones?

Son aquellas donde hay recursos, que tienen que ser de unas determinadas características, y que pueden estar ubicadas en zonas que hay que proteger, conservar y cuidar. Alguno de los parques está más cercano a zonas protegidas, pero precisamente, el mecanismo de protección y de conservación de esas zonas es garantista para que las instalaciones que se vayan a ubicar protejan y conserven especies que se hayan considerado importantes. Todo el proceso de alegaciones, de consultas a todas las instituciones, hace que los proyectos mejoren y que al final, se haga el mejor proyecto si es posible y si no es posible, se desista de hacer ese proyecto. No vamos a establecer parques eólicos por encima de nadie ni a cualquier precio.

¿Cómo se encuentra el proceso administrativo ligado a los parques proyectados?

-Todavía estamos en un estado muy incipiente. Se han presentado cuatro proyectos -Iturrieta, Arkamo, Labraza y Azazeta-. Estamos en ese proceso de exposición pública y alegaciones. Nos queda un camino largo. No menos de un año, año y medio, que tenemos que recorrer y que queremos recorrer, porque ese procedimiento ambiental garantiza a la ciudadanía que vamos a hacerlo bien. No a cualquier precio, pero tampoco podemos estar parados esperando no sabemos a qué, porque todos estos procedimientos requieren mucho tiempo. Vamos a llegar al año 2030, en el que por cierto, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, aprobada la semana pasada en el Senado, dice que la producción de energía eléctrica debe ser un 74% renovable y Euskadi está aún en un escaso 8%. Estamos muy lejos. Pero si no hacemos nada, desde luego, no llegaremos nunca.

Llama la atención la dimensión de las dos propuestas fotovoltaicas en el entorno de Arasur. ¿Llegarán más de esas características?

-De esa dimensión va a ser difícil. No obstante vamos a seguir analizando posibilidades. Todo va ayudando y tenemos que ir confluyendo con diferentes proyectos, con planes de biomasa, biotermia...

Otras de las capacidades productivas señeras de Álava está ligada al viñedo, que produce alguno de los mejores vinos del mundo. Este sector parece que también se encuentra en un punto de inflexión.

-Llevamos tiempo diciendo que tenemos que diferenciar el vino que se hace en Rioja Alavesa porque la tierra sobre la que se produce es diferente, la forma de producirlo es diferente y la calidad que se consigue es diferente. La calidad al final hay que posicionarla bien en el mercado para poder vender al precio que tiene esa ubicación. La DOC Rioja es conocida, pero el posicionamiento en precio no es precisamente el más adecuado internacionalmente. Al respecto, siempre hemos hablado del modelo de Burdeos, aunque en este momento no es posible ponerlo en funcionamiento en el Estado, pero sería el modelo más sencillo de establecer, con la marca Rioja, y dentro de ella, diferentes áreas. Con ello, Rioja Alavesa sería una Denominación de Origen propia dentro del Rioja.

También hay agricultores y bodegueros que aspiran a una denominación propia.

-Hay otros productores que nos han solicitado una denominación propia fuera de Rioja, que también tramitamos. El Gobierno Vasco lo que ha hecho, hace y seguirá haciendo es defender a todos y cada uno de los productores de vino de Rioja Alavesa tomen las decisión que tomen, porque es su decisión y su negocio lo que se arriesga.

Ha citado el origen de Viñedos de Álava. ¿Cómo va a ser el proceso administrativo al respecto?

-Me da la impresión de que no va a ser sencillo. Nosotros lo que hemos hecho ha sido recoger el expediente, analizarlo, tratar de que sea lo más adecuado posible a las exigencias europeas, contestar a todas las alegaciones que se han hecho en tiempo y forma, remitirlo al Estado y el Estado lo reenvía a Bruselas. A partir de ahí, Bruselas será la que tome la decisión definitiva o vuelva a pedir información adicional. Sencillo no ha sido y nos ha costado bastante poner en marcha ese procedimiento. Nosotros vamos a defenderlos a todos y vamos a seguir trabajando por Rioja Alavesa como los primeros.

"Si ahora llega un proyecto a Miñano que necesita unas dimensiones importantes no tenemos capacidad de ofrecérselas"

"No vamos a establecer en Álava ningún proyecto de parque eólico por encima de nadie ni a cualquier precio"

"Tenemos que diferenciar el vino de Rioja Alavesa porque la tierra sobre la que se produce es diferente y la forma de producirlo es diferente"