- El impacto en la economía de la pandemia ha frenado en seco las expectativas de las empresas vascas, que de forma mayoritaria y en una dinámica que crece mes a mes estiman que la actividad no recuperará el pulso normal hasta 2022. Sin embargo y aunque pueda parecer contradictorio, perciben cada vez en mayor porcentaje que la recuperación será rápida cuando se supere la crisis sanitaria del covid.
Son datos que se desprenden de la encuesta que elabora las cámaras de comercio vascas para hacer seguimiento del impacto del virus en la actividad empresarial y que en la edición de diciembre refleja un aumento de la incertidumbre, que alcanza una nota de 8,2 en una escala con un máximo de diez puntos.
Lo cierto es que se trata de un sondeo realizado entre el 18 y el 30 de noviembre, antes de que Europa acelerara la vacunación y tras el cierre de la hostelería y el endurecimiento de las restricciones.
De modo que dentro de los resultados destacan cuestiones como el avance hasta el 55,9% de las empresas que consideran que la crisis durará al menos dos años. El porcentaje era del 44,3% en junio.
Las cámaras vascas explican que estas tasas indican que el rebrote de la segunda oleada de la pandemia y la aplicación de medidas restrictivas han podido originar “un cambio en las opiniones más optimistas de hace seis meses”, y hacia una posición “más realista” al término de este año. El presidente de Eusko Ganberak, José Ángel Corres, destaca en el análisis de la encuesta la preocupación de las empresas, pero subraya que “la incertidumbre debe transformarse en oportunidad, en un revulsivo para acelerar cambios en los modelos de negocio, desarrollar productos y servicios competitivos que nos garanticen un futuro, hoy por hoy, marcado por la recesión”.
Es un camino que ya están recorriendo muchas empresas y el frenazo de las expectativas no afecta a la percepción de que los ritmos de crecimiento se acelerarán en el momento en que se ponga fin a la pandemia. Al contrario, cuando las empresas analizan su situación y la de su sector, el diagnóstico es cada vez más favorable.
Partiendo de la base de que la situación generada por el confinamiento y las restricciones posteriores es inédita, con caídas en algunos casos de las ventas a cero, cada vez más empresas confían en volver al momento previo a la crisis sanitaria con relativa facilidad.
Así, aunque la mayoría de los negocios en la CAV continúan considerando que la recuperación no será rápida, el indicador de velocidad de recuperación de la economía vasca se sitúa en diciembre en 4,6 puntos sobre un total de diez mejorando en 0,5 puntos el valor de junio. El avance es gradual y lo más probable es que el inicio de la vacunación acelere esa tendencia los próximos meses. La industria es la actividad productiva más optimista en ese sentido, mientras que la hostelería es la que en estos momentos ve más lejana la recuperación.
De hecho y, pese a que todavía no se ha logrado alcanzar el normal desarrollo de la actividad en todos los sectores económicos, el acercamiento a la normalidad origina que la valoración de disminución de los ingresos en diciembre se haya moderado.
De este modo, si en junio un 71,6% de las empresas pronosticaba una bajada de ingresos por encima del 20%, en diciembre el porcentaje se ha reducido hasta el 63,7%. Se incrementa también el número de establecimientos que mejoran sus ingresos (5,6% frente a 3,4%), pero también los que prevén un cese de actividad (2,8% frente a 1,1%).
33%
Las previsiones del negocio para 2020 y 2021 tienen un sesgo negativo, aunque se sitúan cerca de la estabilidad. Para 2020 la mitad de las compañías habla de perspectivas malas o muy malas, un 16,7% tiene una visión positiva y un 33,2% apuesta por la estabilidad.
Mejoría el próximo año. Y de cara al próximo año 2021 aumenta la percepción de estabilidad que pasa a ser la opinión mayoritaria e incluso sube en tres puntos el nivel de “buenas perspectivas” situándose en un 17%. Son claves que coinciden con la percepción de una recuperación rápida.