- La encuesta de empleo del primer trimestre deja otras pinceladas interesantes acerca de cómo está afectando el Covid-19 al mercado de trabajo. Algunas se veían venir pero hay otros datos que eran más difíciles de intuir como es el hecho de que, al menos en la última quincena de marzo, no son los jóvenes los más perjudicados por los despidos.
Según la encuesta del Eustat, el empleo juvenil mantuvo una tendencia al alza durante todo el primer trimestre de 2020 para cerrar marzo con algo más de 39.000 ocupados menores de 25 años, unos 5.000 más que a cierre del año pasado. Es cierto que al tratarse de una encuesta dentro de un grupo poblacional relativamente pequeño el balance no es exacto, pero sí una aproximación que indica que, por lo menos en las primeras semanas de pandemia, el empleo juvenil no fue el que se llevó la peor parte a pesar de la elevada temporalidad que afecta a este colectivo. En este sentido los datos de Eustat no dejan dudas y confirman que prácticamente la totalidad del empleo perdido en marzo es temporal.
Aun así la destrucción se concentra en esos primeros compases de crisis sanitaria sobre todo entre quienes tienen entre 25 y 44 años, mientras que el grupo de mayores de 45 sufre en proporción mucho menos con apenas 2.000 trabajadores menos. Así, parece que la caída del empleo, que está conectada a una demanda de cualificación más baja, perjudica en general a todos los grupos de edad con la excepción de los más jóvenes.
El primer impacto del coronavirus está bien repartido también entre hombres y mujeres. Aunque estas soportan en general mayores tasas de precariedad, el hecho de que las ramas sociosanitarias y de cuidados hayan requerido mayor volumen de personal para hacer frente a la pandemia suaviza en gran medida la destrucción de empleo femenino. Ese factor sigue jugando un papel en el mes de abril, en el que la pérdida de afiliación a la Seguridad Social en Euskadi perjudica en mayor medida a los hombres, aunque el número de mujeres trabajadoras también se resiente. Al cierre de abril cotizaban en la CAV un total de 454.060 mujeres por 494.909 hombres.
El total de afiliados cae de nuevo por debajo de los 950.000 tras haberse situado en el tramo final del pasado año muy cerca del récord histórico alcanzado en el verano de 2008 con 983.000 vascos cotizando a la Seguridad Social. El coronavirus va a impedir que Euskadi pueda regresar a esos valores récord de empleo por un tiempo, al menos tres años, según el lehendakari, Iñigo Urkullu.
De cómo evolucione la actividad y de la capacidad de resistir de pequeñas empresas y negocios dependerá la magnitud de la caída y el tiempo necesario para la recuperación, aunque a estas alturas todo apunta a que la economía vasca se prepara para una crisis larga con consecuencias sociales y niveles de desempleo desconocidos.