- El encontronazo imprevisto y violento de la pandemia con la economía borra cualquier atisbo de optimismo en el discurso del consejero de Hacienda del Gobierno Vasco. Sin embargo, no ha enterrado su confianza en la capacidad del tejido productivo vasco y, por ello, Azpiazu augura una salida del pozo rápida y "potente" tanto del PIB como del empleo.
La economía pisa terreno movedizo de la noche a la mañana, nadie preveía esta situación y hay quien afirma que este bache puede ser peor que el de la crisis financiera.
-La situación es preocupante y se va a producir una caída económica importante. Pero no hay que caer en el dramatismo. Parecen tener más razón los que dicen que la caída va a ser mayor, que esto no sucedió ni en la Gran Recesión y se remontan a la epidemia de 1918. Todavía no sabemos la repercusión económica que tendrá. Va a ser importante, pero en este momento de incertidumbre y gran volatilidad hacer unas estimaciones certeras es muy complicado.
La nueva previsión del Gobierno Vasco para el PIB es alarmante.
-Hemos hecho un análisis económico serio teniendo en cuenta cuánto puede durar esta parálisis económica y cuándo puede producirse la vuelta paulatina a la normalidad y estimamos que la caída de la economía será de entorno al 3,6%, solo dos décimas menos de bajada que en 2009. Es una caída muy importante, porque si pensábamos crecer un 1,9%, el gap es del 5,5%. Creemos que va a tener menos impacto en el empleo porque con la aplicación de ERTE los puestos de trabajo van a estar de alguna manera protegidos, al contrario que en 2009. Estimamos que la caída puede rondar los 17.000 empleos, lo que nos daría una tasa de paro de 11,4%, dos puntos más respecto al momento actual.
Con todo, la crisis será corta.
-El año que viene la economía crecerá un 2,6%, se crearán 15.000 empleos y la tasa de paro bajará al 9,6%, que, siendo alta, supondrá una mejora. La economía estaba creciendo y habíamos recuperado en 2016 el PIB de 2008. Habíamos encadenado tres años de fuerte crecimiento y entrábamos en un ciclo de crecimiento de en torno al 2%, pero ese ciclo de expansión se ha truncado.
Y ha obligado a cambiar el paso a la Administración.
-Vamos a ver si se cumple la previsión y nos iremos adaptando a los escenarios, porque de ahí se derivan muchas cuestiones. La caída del PIB y del empleo tiene impacto en la recaudación, lo que afecta al margen del gasto público. En el ámbito social y sobre todo en Salud el gasto de las administraciones crecerá de forma considerable. Vamos a tener que replantearnos la actividad de las administraciones públicas. Nos ha pillado, nadie había tenido antes coronavirus y veremos cómo afecta. Estamos con nuestro observatorio económico permanentemente abierto, con nuestros analistas trabajando, porque es importante atinar con el diagnóstico de situación ya que el resto de administraciones tienen que basarse en este diagnóstico para acertar con las medidas que tomen sobre el gasto público y su actividad en general.
Las prioridades del sector público han cambiado.
-Tras años de crecimiento del 3%, por encima del potencial de crecimiento de la economía vasca, que es del 2%, ahora estábamos en ese umbral potencial, creciendo más que Europa, ganando posiciones y acercándonos a la media de la UE. Mantenernos durante un tiempo en tasas del 2% nos habría permitido gestionar bien la economía. Ahora nos toca gestionar este problema y a ver cómo salimos. Al principio se decía que en V, ahora se habla de que en U... Creo que vamos a salir de una forma potente y que recuperaremos en 2021 gran parte de lo perdido en este año.
¿Y será posible recuperar pronto la velocidad de crucero del 2%?
-Si es casi imposible hacer previsiones para 2021, como para hacer estimaciones para 2022. Hacer una proyección a tres o cuatro años requiere de un escenario de estabilidad y ahora es todo caótico. Lo lógico es pensar que el coronavirus sea pasajero. Si el coronavirus deja de ser un problema de salud y económico, la economía se va a ir recuperando en todo el mundo. Y esa recuperación internacional y europea nos va a permitir recuperarnos a nosotros, que somos una economía muy abierta.
El lehendakari le ha pedido a Pedro Sánchez trabajar en un plan de reactivación, ¿ve cerca ese momento?
-Da la sensación que desde el punto de vista de la epidemia hay datos esperanzadores. Con todas las cautelas, mejora el problema sanitario. El lehendakari está enormemente preocupado e implicado en la solución de la pandemia, pero ya está pensando en la vuelta a la normalidad. En eso estamos trabajando todos los consejeros y consejeras intensamente. Algunos países ya nos han dado pistas y estamos elaborando una estrategia.
Como ha comentado, la recaudación caerá. Muy pocas empresas van a tener beneficios este año y Sociedades se resentirá. Hay otros impuestos que están más ligados al gasto de los hogares, ¿va a incentivar el Gobierno Vasco el consumo?
-Tenemos que incentivar el consumo entre todos, porque el consumo es una variable fundamental de la demanda y, por tanto, del PIB. Va a haber más desempleo, menos rentas salariales y, por ello, menos capacidad de gasto. Caerá el consumo y serán necesarios sistemas de incentivación. Pero el Gobierno también va a ver mermados sus recursos. Eso nos obligará a replantearnos muchas cosas. A través de políticas sociales y de cara a ayudar a los colectivos más afectados, se están poniendo en marcha planes y esto permitirá mantener el gasto de las familias que lo van a pasar peor. Eso son políticas de impulso de consumo, al igual que incentivar la creación de empleo.
¿No habrá fondos para los planes 'renove' que reclama la patronal?
-No lo sé, vamos a ver. Habrá que ver cuánto cae la recaudación y qué es lo que implica. La recaudación cae por unas decisiones que han tomado las diputaciones para aliviar la carga en este momento a muchas empresas y autónomos afectados para que no tengan problemas de liquidez. Y además está la caída de la economía, que afectará a la recaudación y habrá una parte que no se podrá recuperar.
Las administraciones vascas tienen unas cuentas saneadas, ¿les pilla esta crisis con los deberes hechos?
-Hemos hecho los deberes. A partir del año 17 este Gobierno ha venido haciendo los deberes. Sabíamos que nuestra deuda era razonable en términos de PIB, pero los últimos tres años hemos tenido resultados positivos y los hemos utilizado precisamente para reducir la deuda y ganar margen de actuación a futuro. Esta crisis nos ha pillado mal a todos, pero a nosotros nos ha pillado un poco mejor porque habíamos hecho ese esfuerzo anterior y por lo tanto tenemos por delante una capacidad de endeudamiento adicional sin romper nada.
Hay margen para hacerlo.
-Tenemos un colchón, eso siempre es positivo, pero no sabemos hasta dónde nos va a llevar esto. Sabemos que supondrá un incremento del endeudamiento previsto, pero no sabemos en qué cuantía. Para tener liquidez emitimos el bono sostenible de 500 millones a finales de marzo, también vamos a solicitar un préstamo de 140 millones al Banco Europeo de Inversiones este mismo mes de abril, y luego, para llegar el límite de endeudamiento, vamos a pedir también un préstamo adicional. Pero queremos hacerlo cuanto antes para contar con liquidez de cara a hacer frente a la bajada de recaudación sobre todo en abril y mayo, que serán meses complicados. Nos preocupa la situación de tesorería y, si no es este mes será el próximo, pero vamos a agotar ya el limite de deuda de este año.
¿Cuál es el colchón de deuda?
-Nuestra deuda está 1.000 millones por debajo del límite. A lo largo de la legislatura nos han criticado algunos grupos porque no alcanzáramos el límite y ha sido una decisión estratégica para ganar margen de libertad. Ha venido esta desgracia sanitaria con repercusiones en el ámbito económico y la estrategia nos ha venido bien. Además, Europa está relajando las reglas de déficit y de gasto.
¿Entonces el 'sobreendeudamiento' superará los 1.000 millones?
-Habrá más deuda de la prevista. No la podemos cuantificar todavía.
"El Gobierno Vasco está pensando ya en la vuelta a la normalidad y todos estamos trabajando en la elaboración de una estrategia"
"Ya veremos si hay planes 'renove', pero ayudar a los que lo están pasando peor e incentivar el empleo también es impulsar el consumo"