GAsteiz - La huelga general bajo el lema Trabajos, vidas y pensiones dignas; soberanía para el cambio social convocada para hoy en País Vasco y Navarra por la Carta Social de Euskal Herria, liderada por ELA y LAB, solo cuenta con el apoyo político de EH Bildu y ha divido al movimiento de pensionistas. El paro ha recibido el rechazo frontal del Gobierno Vasco y de las patronales, que lo consideran político y electoralista, y tampoco es respaldado por CCOO y UGT. El origen de la huelga está en el emplazamiento que la Carta Social de Euskal Herria realizó a los sindicatos para llevar a cabo una movilización en demanda de unas pensiones dignas, con reclamaciones como la de vincular las pensiones al IPC o pensiones mínimas de 1.080 euros. Tras este emplazamiento, la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria, donde se integran sindicatos como ELA, LAB, ESK, Steilas, Ehne, Etxalde e Hiru, además de distintos colectivos sociales, decidieron aceptar esa petición y convocaron esta huelga general, pero sumaron otra serie de reivindicaciones a las planteadas por los pensionistas.
Los convocantes defienden que es preciso dar un “salto cualitativo en la lucha en favor de los derechos sociales y unas condiciones de trabajo, unas pensiones y una vida dignas”. En este sentido, la huelga reclama reivindicaciones concretas, como la derogación de la reforma laboral, edad máxima de jubilación a los 65 años, jornada de 35 horas semanales, la revalorización de las pensiones acordes al IPC anual, una pensión mínima de 1.080 euros y un salario mínimo no inferior a 1.200 euros.
Esta movilización ha provocado otro enfrentamiento más entre ELA y el lehendakari, Iñigo Urkullu, que se ha negado a recibir a los convocantes, que le acusan de estar de parte de la patronal. ELA también ha criticado duramente a Podemos Euskadi por pactar los presupuestos del Gobierno Vasco y no secundar el paro, que el partido morado no ve “oportuno” al haber pasado solo dos semanas desde formación del Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, aunque comparta muchas de las reivindicaciones.
Además del escaso apoyo político recibido -únicamente el de EH Bildu-, la huelga ha fracturado al movimiento de pensionistas aunque recoge todas sus principales reclamaciones, como la pensión mínima de 1.080 euros, el blindaje por ley de su subida al menos igual al IPC, o la eliminación de las reformas que retrasan la edad de jubilación e instauran el factor de sostenibilidad. Al tratarse de un movimiento heterogéneo en lo político, sólo unido por la defensa de las pensiones, la división era inevitable al ser una convocatoria liderada por los sindicatos abertzales sin el apoyo de las centrales estatales ni del resto de partidos de izquierdas.
El movimiento de pensionistas de Bizkaia respalda, en su mayor parte, el paro general de hoy, mientras que asociaciones como Nagusiak, AJPD, Coespe, Agijupens, Aspalgi, Bat-Etorri, Fevaas, Gepe, Helduak, Asi, Nagusilan, Red de Pensionistas Tologorri, y miembros de las coordinadoras de Bilbao, Donostia, Gasteiz, Barakaldo, Eibar, Hondarribia, y Lasarte-Oria, entre otras, se han descolgado de la convocatoria.Con motivo de la huelga, también se han convocado 101 movilizaciones, entre las que sobresalen las manifestaciones que se celebrarán en las cuatro capitales, tanto al mediodía como por la tarde.
El Gobierno Vasco ha decretado unos servicios mínimos similares a los de paros anteriores, lo que significa que circularán al menos el 30% de los transportes públicos, que en los hospitales se trabajará como un festivo y en los centros de atención primaria como un sábado, las escuelas abrirán con al menos dos profesionales y en las residencias trabajará al menos la mitad de la plantilla. Como en casos anteriores, los servicios mínimos han sido considerados abusivos y contrarios al derecho a la huelga por los convocantes.
Los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, insistieron ayer en que la huelga general de hoy es “poco congruente” y “no es razonable”. Álvarez declaró que esta medida “es poco congruente cuando hay un Gobierno recién constituido”, mientras Sordo coincidió en este análisis y añadió que esta convocatoria “tiene más que ver con la política vasca, con la fragmentación del movimiento por las pensiones en el País Vasco y la caja de la Seguridad Social”. - Efe/E.P.