Alto Tamega (Portugal) - La compañía eléctrica vasca Iberdrola ha dado un paso importante en la construcción de uno de los mayores complejos hidroeléctricos de la península ibérica, el del Támega, en el norte de Portugal. Esta instalación, según recordó ayer el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, en presencia del primer ministro portugués Antonio Costa "es uno de los mayores aprovechamientos hidroeléctricos puestos en marcha en Europa en los últimos 25 años pues incluye la construcción de tres presas y tres centrales hidroeléctricas, Gouvaes, Daivoes y Alto Tamega, con una inversión de 1.500 millones de euros". En el proyecto participan diversas empresas vascas como la vizcaína Tamoin o la guipuzcoana Jaso.
Galán aprovecho la ocasión para resaltar que por primera vez en España hay un plan de transición energética a largo plazo, "ambicioso, solido y ejecutable" pero solicitó un marco estable y predecible para "realizar las cuantiosas inversiones necesarias".
El proyecto portugués de Iberdrola que entrará en operación entre 2021 y 2023 tiene una capacidad conjunta de generación eléctrica de 1.158 MW e incluye un elemento clave en los tiempos que corren de apuesta por la electrificación de la sociedad y es una central de bombeo que permite reutilizar el agua y usarla como sistema de almacenamiento energético en lo que constituye un sistema más eficiente que el de las baterías.
De hecho, el complejo hidroeléctrico Támega, -en el que participan compañías vascas como Tamoin que se encarga del montaje de los equipos o Jaso, de Itsasondo, que ha suministrado las 9 grúas puente-, aportará casi 900 MW de capacidad de bombeo al sistema eléctrico portugués, lo que implicará un incremento del 40% respecto a los megavatios de bombeo de los que dispone a día de hoy el territorio luso. Gracias a dicha potencia, Iberdrola superará los 4 gigavatios (GW) de bombeo en toda la península ibérica -3.192 MW en el Estado español y 880 MW en Portugal-, que se va a convertir de este modo, según Galán, en la gran batería de almacenamiento eléctrico del Viejo Continente.
Este sistema permite generar electricidad por la caída del agua desde una presa a otra inferior. En el caso de esta nueva instalación portuguesa de Iberdrola hay 650 metros de altura en desnivel entre Gouvaes y Daivoes. Pero este agua se puede embalsar y reimpulsar otra vez hacia arriba, por ejemplo mediante, la energía solar o eólica, para volver a dejarla caer cuando se precisa generar más energía eléctrica y no hay viento o sol. Para hacerse una idea de la capacidad de almacenamiento energético de estas centrales de bombeo de Iberdrola equivale a la de 400.000 baterías de coche.
el gigante valenciano En el Estado español, Iberdrola cuenta con la mayor instalación de estas características de Europa: La Muela II, en el embalse de Cortes de Pallás, (Valencia) en el río Júcar. Su producción anual ronda los 800 gigavatios hora (GWh), suficiente para atender el consumo eléctrico de casi 200.000 hogares. Esa central levantina tiene cuatro grupos de turbinas reversibles dentro de una caverna que permiten aprovechar el desnivel de 500 metros existente entre el depósito artificial de La Muela y el embalse de Cortes de Pallás para producir energía eléctrica.
El almacenamiento que proporciona la tecnología hidroeléctrica de bombeo es clave para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico ante la intermitencia de otras fuentes de energía renovables, como la eólica o la solar fotovoltaica, que están llamadas a desempeñar un papel clave en la transición energética que propiciará la descarbonización de la economía.
Iberdrola prevé alcanzar los 90 GWh de capacidad de almacenamiento en 2022, lo que supondrá un aumento respecto a 2018 de casi un 30%: +20 GWh, equivalentes a 400.000 baterías de coches eléctricos o a 1,4 millones de baterías para uso residencial.
En referencia al complejo hidroeléctrico de Alto Tamega, Iberdrola prevé que estas nuevas plantas, que se construyen desde 2014 en el río Támega, un afluente del Duero, se pongan en marcha entre los años 2021 y 2023. Cuando esté plenamente operativo, el complejo será capaz de suministrar energía limpia a unos 440.000 hogares portugueses, evitando la emisión a la atmósfera de 1,2 millones de toneladas CO2 y la importación de 160.000 toneladas de petróleo al año.
Iberdrola es a día de hoy la tercera compañía eléctrica en el mercado portugués por cuota de mercado con medio millón de contratos de suministro energético. Además los 1.158 Mw hidráulicos del Támega se sumarán a los 92 Mw eólicos ya operativos y los 149 Mw fotovoltaicos en desarrollo.