Vitoria - Cumplida la primera semana de trabajo tras el parón vacacional de Navidad -la planta de Ali Gobeo cerró entre el 20 de diciembre y el pasado 7 de enero-, la actividad industrial en Mercedes se encuentra ya a pleno rendimiento y con las miras puestas en el cumplimiento de los objetivos fijados por la multinacional alemana para este curso. Un escenario cargado de optimismo a juzgar por las grandes cifras firmadas el pasado año en la factoría alavesa pero no exento de máxima cautela y moderación al encontrarse el sector, especialmente el vinculado al diésel -el 85% de todas las unidades que se ensamblan en Vitoria encajan en esta especificidad- en una situación de inseguridad como consecuencia de no pocos factores externos.

A saber: el dieselgate, la amenaza de una recesión en Europa (Alemania ya ha comenzado a mostrar signos de debilidad industrial), la caída de las ventas o la inseguridad jurídica a la que se están viendo sometidas las empresas automovilísticas. Por no citar el temor que la clase empresarial ya ha mostrado ante el anuncio del nuevo Gobierno de coalición formado por PSOE y Unidas Podemos de replantear la última reforma laboral... Factores incómodos con los que Emilio Titos, director general de la planta alavesa, tendrá que lidiar en los próximos meses, donde también deberá supervisar el proceso negociador iniciado con el comité de empresa a la hora de acordar un nuevo convenio colectivo.

buen punto de partida Así y todo, como se decía, el punto de partida es realmente bueno dadas las circunstancias que rodean al sector, aseguran varias fuentes sindicales consultadas por este diario. De las líneas de montaje de Ali Gobeo salieron el año pasado nada menos que 145.000 unidades y para este curso la previsión es aumentar el programa de producción hasta las 152.000 furgonetas a partir de los actuales tres turnos de producción, lo que da una idea del potencial tecnológico y humano (son cerca de 5.000 los trabajadores que actualmente conforman la plantilla) que presenta la fábrica vitoriana dentro del consorcio alemán. De este grueso, por cierto, el 5%, es decir, unas 7.600 unidades "dependiendo de las medidas que implemente el Gobierno", según advirtió el pasado jueves Roland Schell, presidente del consejo de administración de Mercedes-Benz España, pertenecerán al modelo Clave V eléctrico, una de las grandes apuestas de la empresa alemana.

políticas confusas Pero es que en la vertiente financiera, los resultados registrados en Vitoria el pasado ejercicio también rezuman optimismo de cara a 2020. Y es que más de la mitad de la facturación registrada por Daimler en el Estado está previsto que provenga de la planta alavesa. Tal y como informó Schell, las operaciones de Daimler en España rozarán los 7.000 millones de euros en facturación, correspondiendo casi 2.000 millones al área de venta de turismos -vendió 53.719 coches en su gama premium, superando por primera vez desde hace 26 años a Audi-, y 3.700 millones a las furgonetas ensambladas en Vitoria. Cifras que el ejecutivo confía en volver a repetir e incluso incrementar "ligeramente" este año siempre y cuando la política, "que en el caso del diésel ha confundido al cliente", lo acabe permitiendo.