Vitoria - Hace ya meses que la desconfianza se ha instalado en la relación entre la dirección de Mercedes y su comité de empresa. Ninguno se fía del otro y los avances brillan por su ausencia. En este contexto, la delicada situación del grupo Mercedes se ha dejado notar también en la planta de Ali Gobeo, sumida en la incertidumbre con continuas revisiones, a la baja, de su programa de producción y sometida a continuos cambios en turnos y calendarios como consecuencia del “bache coyuntural” que atraviesa, según la empresa.
En este punto, ambas partes se reunieron sin acuerdo el pasado día 8. Mercedes solicitaba un aumento de la bolsa de flexibilidad de 26 horas hasta 2020 para reducir las posibilidades de tener que aplicar algún tipo de medida traumática como un ERE y los sindicatos se negaron en rotundo ante la falta de información clara y las nulas garantías existentes para con la producción o los puestos de trabajo. Así y todo, con la pelota en el tejado de Mercedes ahora, el mensaje que ayer volvió a mandar el núcleo duro del comité -no lo respaldaron ni Ekintza ni PIM- es el mismo que ya escenificó tras el fracaso de la reunión del martes. “Estamos dispuestos a negociar, pero con información real y sin que el perjuicio de las medidas a tomar nuevamente recaigan sobre los trabajadores de producción”. - A. G.