Vitoria - 24 años después de alumbrar el neumático más grande del mundo, la planta alavesa de Michelin, una de las más importantes que la multinacional tiene repartidas en el mundo, continúa ostentando tan extraordinario récord, avalado con luz y taquígrafos con ese notario llamado Guinness. El neumático en cuestión se forjó entre los hornos y cadenas de montaje de la planta de Portal de Gamarra para ofrecer al mercado una rueda (el modelo fue el 55/80R57 XMINED2) que pesó 5.782 kilos y tenía un diámetro de 3,72 metros. Luego de semejante proceso, la especialización de Michelin en el ámbito de los neumáticos gigantes para vehículos de obra civil fue una consecuencia inevitable. Y los primeros clientes no tardaron en llegar. Aquella primera remesa ensamblada en Vitoria equipó a un dumper -vehículo todoterreno que tienen un volquete de chasis rígido diseñado para trabajos en industrias muy pesadas- de la marca Caterpillar para el transporte de mineral en minas de cielo abierto. Aquel modelo 797, que avanzaba gracias a los seis neumáticos gigantes de Michelin, tenía un peso de unas 300 toneladas y una capacidad de carga de otras 300 toneladas.
20 minutos para hincharla Cada una de su media docena de ruedas tuvo, y siguen teniendo hoy, un proceso de fabricación de unas 16 horas a las que hay añadir otras 20 horas más de cocción a fuego lento y los 20 minutos que tarda en hincharse cada una, que suele tener un precio en el mercado de unos 30.000 euros. Números de vértigo, en definitiva, para clientes procedentes de estados como Canadá, Chile, Australia o Rusia, países donde la planta alavesa sigue enviando por mar y en contenedores especiales sin techo -conocidos como Open Top- cada una de sus obras de arte.