Vitoria - El anuncio de los rectores de la planta automovilística de Mercedes Benz en Gasteiz, que explicó hace dos días que la factoría rebajaba en otros 4.000 vehículos el plan de fabricación para 2019 debido al recorte de la demanda y, por ende, de las ventas, debido a la crisis del diésel, no ha dejado indiferente a casi nadie en el entorno. Sin ir más lejos, ayer mismo, el diputado general de Álava, el jeltzale Ramiro González, quiso fijar criterio al respecto, sobre todo, para solicitar cautela y prudencia en las declaraciones y en las políticas públicas sobre los motores de combustión y, en especial, sobre los propulsados por diésel habida cuenta del daño que se está haciendo a las ventas del sector de la automoción, que es principal en el sector industrial alavés. Al mismo tiempo, el jefe del ejecutivo foral lanzó un mensaje de confianza en el futuro de la empresa en el territorio histórico al destacar que la compañía alemana será “líder” en la transición al vehículo eléctrico y destacó la “importancia” que tiene para Álava Mercedes y la industria del automóvil.
La intervención del diputado general llegó apenas unas horas después de conocerse un comunicado interno de la dirección del recinto fabril de Ali Gobeo. En él, los rectores de la planta automovilística fijaban en 148.000 el número de unidades previstas en el plan de fabricación para este año, 4.000 menos de las contempladas el pasado mes de febrero. Aparte, en el citado comunicado, al que tuvo acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, se informaba a la plantilla de la cancelación de las contrataciones de eventuales en los meses de verano y se modificaban las condiciones de las vacaciones de los trabajadores en época estival.
Dadas las condiciones, González solicitó a los responsables políticos y sociales en el transcurso de la habitual rueda de prenda posterior al Consejo de Gobierno de la Diputación que eviten demonizar los vehículos propulsados por motores diésel, sobre todo, porque estos han evolucionado hasta colocarse en el mismo rango de desarrollo y de condiciones que sus homólogos de gasolina. En la misma línea, el diputado general consideró que es necesaria la mesura a la hora de anunciar e impulsar las políticas para implantar una transición al vehículo eléctrico.
Según recoge Europa Press, González subrayó que “para Álava es muy importante Mercedes y la industria del automóvil”. En este sentido, destacó que el vehículo que se produce en la planta vitoriana es de “alta gama, con una calidad excepcional y un altísimo nivel de ventas”, lo que ha permitido a la planta “ir incrementando la producción”.
Sin embargo, destacó que “desde hace unos meses se ha producido una situación de incertidumbre relacionada con declaraciones o intenciones con el diésel, no solo en el Estado español sino en el conjunto de Europa (...). Me parece que tenemos que ser especialmente prudentes en esta materia”, defendió.
El diputado general indicó que esa “transición” hacia los motores eléctricos es necesario “hacerla con las empresas, no de espaldas a ellas”. Además, consideró que “pretender imponer unos ritmos que las empresas tienen dificultades para seguir, lo único que puede abocar es a que nuestras empresas sufran consecuencias de esas declaraciones”. Por ello, pidió “prudencia en las declaraciones, sin demonizar un combustible que ha mejorado mucho”; y también “en las políticas, para hacer una transición con las empresas”.
Responsabilidad institucional “La apuesta de Mercedes en Vitoria no deja lugar a dudas”, indicó para recordar a continuación los planes de la multinacional alemana para ampliar la fábrica. Por todo ello, desde su “responsabilidad institucional” e insistió en que el gobierno foral “está con Mercedes”.
En otro orden de cosas, según indica la Agencia Efe, el sindicato ELA acusó a Mercedes Benz de pretender actuar de “lobby para cambiar las decisiones políticas de las administraciones respecto del sector automovilístico” utilizando como “moneda de cambio” los derechos de sus trabajadores, a los que toma como “rehenes”.
En un comunicado, ELA, que preside el comité de empresa de la planta gasteiztarra, que emplea a alrededor de 5.400 trabajadores, afirmó que la “verdadera cara” de la multinacional es la del “fraude en la contratación masiva de eventuales, la de las modificaciones unilaterales de calendarios, la del despido libre de todo aquel que no la idolatre aún en la esfera privada y la de los acuerdos en los chiringuitos a espaldas de la voluntad de la mayoría de la plantilla y del comité de empresa”.
Ante esta situación, según esta central, la administración le pone “la alfombra roja” y facilita a esta empresa “hacer y deshacer a su antojo con la clara intención de que la opinión pública interiorice que es una empresa modelo, olvidando que de lo que es ejemplo es de malas prácticas empresariales y mala fe”.