Gasteiz - Euskadi empieza a recomponer su marco laboral, descosido durante la crisis a base de reformas. El primer paso fue el acuerdo interprofesional de hace dos años, un punto de encuentro histórico que tenía por máxima salvar la capacidad negociadora de la patronal y los sindicatos vascos. Sin avances a lo largo de 2017, el año pasado marcó un cambio de tendencia en la negociación colectiva. La recuperación de varios convenios sectoriales de peso elevó el porcentaje de trabajadores con sus condiciones negociadas en la CAV al 67%, un punto más que al cierre de 2017. Es un pequeño repunte que sirve para cambiar la tendencia y pone freno de momento al avance de la regulación estatal.
La cuestión de dónde se negocian las condiciones de los trabajadores vascos, más allá de ser causa habitual de enfrentamiento entre sindicatos, incide directamente en parámetros básicos como los salarios o el tiempo de trabajo. De hecho, el parón de la negociación colectiva vasca ha sido una de las causas del estancamiento de los sueldos estos últimos años. Ahora que parece que algunos sectores han salido del bloqueo, la media salarial empieza a mirar hacia arriba.
La pregunta es si el movimiento negociador de 2018 es puntual o llega para quedarse. En principio los números del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) de enero y febrero apuntan a esto último, aunque es pronto para valorar cómo puede desarrollarse el ejercicio. Por territorios el cambio de signo más significativo se ha producido en Bizkaia, que el año pasado repescó dos convenios decaídos importantes como son el de limpieza de edificios y el del comercio del metal, que suman más de 20.000 trabajadores. Además, se renovó la construcción, la hostelería o las residencias.
Araba mantiene el habitual dinamismo por la mayor representatividad de CCOO y UGT mientras la situación de mayor bloqueo continúa en Gipuzkoa. La evolución de la negociación colectiva vasca dependerá en gran medida de lo que ocurra en este último territorio y sobre todo de lo que pase con los dos metales, el guipuzcoano y el vizcaino, a día de hoy paralizados.
ELA seguirá teniendo la llave en muchas mesas, y hay que remarcar que el año pasado supuso un punto de inflexión también para el primer sindicato vasco. ELA estuvo en 12 de los 21 convenios sectoriales firmados el año pasado, y la propia central reconoce que en 2018 ha habido un cambio “hacia la reanimación” de la negociación “con las condiciones que reivindica ELA”. Una lectura que a priori insufla optimismo y hace pensar que la negociación colectiva podría seguir ganando ritmo en los próximos meses.
El hecho es que aún queda mucho terreno por recuperar. Los convenios vascos siempre han convivido con acuerdos estatales, sobre todo del ámbito de la gran empresa, pero a raíz de la reforma de Rajoy el alcance del marco estatal ha dado un salto adelante. Hasta la reforma el porcentaje de trabajadores vascos con un convenio renovado en Euskadi rondaba el 80%, más de 450.000 asalariados, una tasa que se desplomó cuando en 2013 comenzó a hacerse efectivo el límite de un año de ultraactividad.
El alcance de los convenios vascos renovados se ha mantenido en los últimos años en el umbral de los 300.000 trabajadores, para subir a cierre de 2018 a los 330.000. Un acelerón que permite ganar terreno respecto a los convenios estatales, que esta vez apenas mejoran sus números. Del total de vascos con sus condiciones actualizadas, un 67,3% están regulados por un acuerdo suscrito en Euskadi, un punto más en relación al mínimo de 2017. “Es un avance poco significativo en términos absolutos pero que apunta a una tendencia positiva hacia la recuperación de nuestros ámbitos propios de negociación”, constata el CRL.
Anclados los cimientos a través del acuerdo interprofesional de enero de 2017, empresarios y sindicatos empiezan a poner los primeros ladrillos del edificio. Todavía quedan muchos convenios por recuperar, pero hay una coincidencia general en que en 2018 se ha dado un paso importante.
se mantiene el dinamismo El CRL apunta además que en este inicio de año se mantiene ese dinamismo, con cuatro convenios de sector en el ámbito de la CAV entre enero y febrero. Se trata del sector de ayuda a domicilio de Araba y, en Bizkaia, el de conservas, el de transporte de mercancías y el de fabricación de licores. El propio CRL señala en este último análisis que “se fortalece el ámbito vasco de negociación”, una lectura muy alejada de la realidad que vivía el marco laboral vasco hace solo un par de años.
convenio renovado. En 2018 terminaron el año con un convenio renovado y firmado en Euskadi algo más de 330.000 trabajadores vascos, lo que supone un avance respecto a los 300.000 de años anteriores.
convenio estatal. La cifra de trabajadores vascos con un convenio estatal apenas varía en 2018, lo que permite al marco vasco ganar terreno en términos porcentuales.
convenio decaído. Todavía quedan, a pesar de que en 2018 se repescaron un par de sectores, muchos trabajadores vascos con su convenio decaído. Este colectivo apareció en 2013 a raíz de la aplicación efectiva del límite de un año de ultraactividad incluido en la reforma de 2012.