gasteiz - El Gobierno Vasco anunció ayer la creación de un consorcio en el que participarán los centros tecnológicos vascos, las diputaciones forales y el propio Ejecutivo. Todos estos agentes se agruparán en una empresa con mayoría de capital público que coordinará los esfuerzos necesarios para hacer frente a los “retos de tecnológicos e industriales” de la economía vasca.
Alemania cuenta con una sociedad de estas características, que es a su vez la marca internacional de la innovación del país. Con un esquema similar pero adaptado a Euskadi, nace Basque Research and Tecnology Alliance (BRTA), que quedará enmarcado en la Agencia Vasca de Desarrollo Empresarial (Spri) precisamente por su vocación de convertirse en un agente activo en el impulso de la economía.
La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, informó ayer al término del Consejo de Gobierno de la nueva sociedad, de la que todavía se desconoce su estructura jurídica.
La compañía arrancará en este primer trimestre con un capital de 1 millón de euros, de los que el Gobierno vasco aportará la mitad. Spri participará con 100.000 euros y los centros tecnológicos, los 400.000 euros restantes. BRTA tendrá su sede en Gipuzkoa, en concreto, en el polígono industrial Kurutz-Gain de Mendaro. La mayoría de los centros tecnológicos tienen su sede en el territorio guipuzcoano, de modo que se da continuidad a ese protagonismo.
La alianza liderada por el Gobierno Vasco supone un paso más en el reagrupamiento de los centros tecnológicos vascos, divididos en estos momentos en dos grandes bloques, Tecnalia Corporación e IK4. A partir de ahora, la alianza vasca por la innovación liderada por Spri englobará a Azterlan, CEIT, Cidetec, Gaiker, Ideko, Ikerlan, Lortek, Tecnalia, Tekniker, Vicomtech, Azti, Neiker, CICbioGune, CICbiomaGune, CICenergiGune, CICnanoGune, así como a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Las diputaciones podrían entra en el capital de la sociedad pública a lo largo del año.
El objetivo es evitar duplicidades y al mismo tiempo reforzar las actuaciones ya en marcha y analizar de forma conjunta nuevas líneas de desarrollo tecnológico e industrial. Más allá de la coordinación de los agentes tecnológicos vascos, el consorcio también se centrará en engrasar los mecanismos para la transmisión del conocimiento a las empresas y, de forma paralela, proyectar internacionalmente la nueva marca vasca de desarrollo tecnológico.
Los órganos de gobierno del consorcio se compondrán de una asamblea general, una presidencia y una vicepresidencia y en el plazo máximo de dos años se creará un comité asesor de expertos internacionales formado por expertos de reconocido prestigio.
La consejera Tapia precisó que la alianza “no pretende ni la fusión de todos los centros ni sustituir a nadie”, sino que “simplemente es un órgano de coordinación que respeta la autonomía de cada uno de los centros y potencia sus capacidades en el ámbito internacional”.