BILBAO - El descenso en las ventas del comercio minorista en el conjunto del Estado español, del 0,4% en julio, es un avance de la desaceleración del crecimiento económico español que se está registrando este verano, en el que el repunte de la inflación, por encima del 2% y por encima de los incrementos salariales pactados en convenios, está empezando a restar poder adquisitivo a los ciudadanos. Algo que se empieza a notar en la citada ralentización de los principales indicadores económicos, como el PIB, la llegadas de turistas (más baja por la recuperación de otros destinos del Mediterráneo), la afiliación a la Seguridad Social o las exportaciones.
El resultado es que el ritmo de crecimiento de la economía española seguirá mostrando una ligera desaceleración en el conjunto de los meses de verano, cuando crecerá un 0,6%, una décima menos respecto a la previsto anteriormente por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).
También supone un recorte de una décima en relación al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del país registrado en el último trimestre de 2017 y de los primeros tres meses de este año, momento en el que la economía creció un 0,7%.
No obstante, de acuerdo a los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a finales del pasado mes de julio, la economía ya comenzó a ralentizarse en el segundo trimestre del presente ejercicio, cuando avanzó un 0,6%.
Según la nueva estimación realizada el pasado 23 de agosto por la Airef, a partir de los indicadores actualizados hasta el momento, en los que basa su predicción para estimar la evolución del PIB en tiempo real, la economía crecerá otro 0,6% durante el tercer trimestre y otro 0,6% durante los meses de octubre y diciembre.
Por debajo de previsiones De cumplirse las predicciones realizadas por este organismo, la economía española acabaría el año con un crecimiento del 2,6%, una décima menos de lo estimado por el Gobierno español en la última actualización del cuadro macroeconómico. Respecto al año pasado, este dato supondría una desaceleración de medio punto, después de que el PIB avanzara un 3,1% en el conjunto del año. Además, sería la primera vez desde el año 2015 que la economía registra un crecimiento por debajo del 3%.
Por el momento, se trata de un dato provisional que continuará actualizándose a medida que los indicadores en los que se basa la medición se vayan conociendo. - E. P.