El cierre de la pesquería de bonito el próximo sábado 18 de agosto abre las puertas a un escenario inusual durante la temporada estival. Y es que el agotamiento de la cuota de esta especie obligará a los arrantzales a suspender su actividad pesquera dos meses antes de lo habitual, dejará a la industria conservera sin materia prima fresca para su elaboración y arrebatará al consumidor uno de los productos estrella de la gastronomía vasca durante el verano.

La prohibición de pescar atún blanco-bonito del norte a partir del próximo sábado no ha pillado de sorpresa a los arrantzales vascos, habida cuenta del espectacular ritmo de capturas registrado desde finales del mes de junio, con una media diaria superior a las 250 tn. “Nunca se ha pescado tanto bonito en tan poco tiempo como este año. Desde finales del mes de junio las capturas han sido muy importante y se veía venir el cierre de la pesquería” asegura Iñaki Zabaleta, presidente de la Federación de cofradías de bajura de Bizkaia. “Resulta duro para los arrantzales tener que amarrar en puerto cuando hay tanto pescado en la mar pero una vez agotada la cuota no existen posibilidades de seguir faenando” añade, al tiempo que apunta hacia un incremento del TAC (Total Admisible de Capturas) por parte de ICCAT. “Si hay tanto bonito en la mar será porque el recurso goza de buena salud y habría que plantearse incrementar las posibilidades de pesca”, concluye Zabaleta.

en puerto hasta marzo Algunas embarcaciones se verán obligadas a amarrar en puerto seis meses, hasta el inicio en marzo de la campaña de verdel. “El grueso de la flota se pertrechará para faenar con red de cerco. Otros barcos faenarán con artes menores, palangre o redes para la pesca de rape. No obstante, existe un grupo de barcos que tendrá que amarrar hasta el año que viene ante la imposibilidad de dedicarse a otras pesquerías”, señalan fuentes del sector. El amarre forzoso de la flota de bajura del Cantábrico no dejará tranquilo al bonito ya que los buques pelágicos de Francia e Irlanda seguirán pescando.

“Lo que hacen esos barcos no tiene nombre. Matan tres bonitos y sólo aprovechan uno porque el resto están reventados. Europa reclama descarte cero pero no mete mano a los pelágicos que descartan ingentes cantidades de bonito”, denuncia desde el puerto de Gijón el patrón de un bonitero bermeano.

El sector conservero vasco se quedará sin materia prima fresca para su elaboración. “Nosotros trabajamos el bonito en fresco pero tenemos una capacidad de elaboración limitada que se ve superada por la entrada de tanto pescado en tan poco tiempo. Nos hubiera gustado que la costera se hubiera alargado hasta final de octubre para trabajar con pescado fresco durante más de tres meses”, explica una empresa conservera de Bermeo. El bonito llega al Cantábrico para alimentarse y es en septiembre y octubre cuando reúne las condiciones óptimas para su elaboración y consumo.

En el txoko Doniene de Bermeo ya han decidido variar el menú del día del Arrantzale y en el tradicional marmitako, rape y gambas sustituirán al titular bonito.