Bilbao - Unos 160.000 trabajadores vascos pueden verse afectados por el acuerdo salarial alcanzado ayer entre las patronales CEOE y Cepyme y CCOO y UGT. El avance de la negociación colectiva estatal ha hecho crecer la repercusión que tiene en Euskadi el diálogo de los agentes sociales españoles, una dinámica negativa en líneas generales pero que en esta ocasión puede aportar mejoras a los colectivos más precarios. Es el caso de los asalariados con convenio estatal que ganen por debajo de 14.000 euros al año, que alcanzarán ese umbral en 2020. En cuanto al resto de trabajadores vascos bajo el marco estatal, la subida “en torno” al 2% más una parte variable ligada a los resultados de la empresa está en línea con el incremento medio pactado en la CAV.

Ayer por la tarde, los máximos responsables de las patronales CEOE y Cepyme y de los sindicatos CCOO y UGT cerraron tras meses de negociaciones un nuevo Acuerdo de Empleo y Negociación Colectiva (AENC), entendimiento que no fue posible el año pasado y que, casualidad o no, se materializa apenas unos días después de la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa. Entre los puntos clave destaca la subida salarial mínima del 2%, aunque el texto recoge la fórmula “en torno” al 2%, más una parte variable que dependerá de los beneficios, la productividad o el absentismo y que podría situar el alza en el 3% en el mejor de los casos.

El pacto se firma para tres años, con lo que un convenio suscrito para el periodo 2018-2020 podría recoger un incremento total de nueve puntos, un avance que rompería la dinámica austera que ha impregnado la negociación colectiva en los últimos años. Dependiendo de ese incremento variable, la subida podría ser algo más baja. En cualquier caso, los sindicatos logran desterrar la fórmula defendida hasta ahora por la patronal de incluir subidas “de hasta el 2%”, lo que en la práctica suponía mantener la puerta abierta a la congelación.

Las cifras acordadas en el AENC están en los niveles que se están manejando en las mesas de negociación de Euskadi. Según datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), los convenios firmados este año por patronal y sindicatos vascos incluyen un subida media del 2,27%, es decir, dentro de la horquilla que plantea al acuerdo estatal. En ese sentido, los primeros meses del año han sido bastante más fructíferos para la negociación sectorial vasca que en ejercicios anteriores, entre otras razones por ese mayor margen que ha concedido la patronal para subir los salarios.

A la espera de conocer si el acelerón de los convenios vascos tiene continuidad, en Euskadi hay algo más de 160.000 asalariados cuyas condiciones están recogidas en un convenio estatal. A 31 de mayo, 93.000 de ellos tenían sus condiciones actualizadas y otros 67.000 están a la espera de ver renovado su convenio. En principio este segundo grupo será el que se vea beneficiado por las recomendaciones del AENC de manera inmediata, mientras que el resto irá asumiendo esas condiciones a medida que se actualice su convenio.

Como remarcan desde el CRL, hay sectores como la industria química o las agencias de viajes que han sido regulados tradicionalmente desde Madrid, pero el parón que sufre la negociación vasca en los últimos años ha disparado el volumen de trabajadores vascos que están en el marco estatal.

El acuerdo cerrado ayer por CEOE, Cepyme, CCOO y UGT, que ahora deberá ser ratificado a nivel interno por cada una de las cuatro partes firmantes, incluye además un punto novedoso como es el compromiso de ir mejorando las tablas salariales para situar el mínimo en 2020 en 14.000 euros anuales, es decir, 1.000 euros al mes más dos pagas extras de esa misma cantidad. Ese sí puede ser un elemento que realmente mejore a corto plazo la situación de los trabajadores con sueldos más bajos.

La entrada de los convenios estatales en muchos sectores del sector servicios es un hecho. Es difícil calcular el volumen de trabajadores vascos que no llegan a mileuristas, pero incluso los organismos oficiales asumen que es un número importante. Aunque en Euskadi hay una demanda social, encabezada por la mayoría sindical, que reclama un sueldo mínimo de 1.200 euros, el suelo recogido en el AENC puede ser un avance para muchos colectivos. En ese sentido, patronal y sindicatos españoles recogen que ese umbral de 1.000 euros al mes se irá alcanzando de forma gradual según el convenio, aunque se fija el límite para lograrlo en 2020.

Además, el acuerdo incluye varios puntos relativos a la necesidad de alcanzar acuerdos, aunque con pocas concreciones. En lo relativo a la revisión salarial no hay referencia al IPC, sino que la actualización se deja en manos de los negociadores. Sobre ultraactividad también se deja la puerta abierta a pactar una ampliación más allá del año que fija la reforma de 2012, lo que en realidad ya era posible hasta ahora.

Por último, hay un apartado de recomendaciones para el diálogo tripartito con el Gobierno en el que se plantea cambiar la ley sobre externalización de servicios y subcontratación y fomentar las medidas de flexibilidad como la reducción de jornada para evitar despidos.

1.000

Euros al mes. Entre las medidas acordadas ayer se incluye mejorar las tablas de los convenios estatales para situar el sueldo mínimo en 14.000 euros al año, es decir, 1.000 euros al mes más dos pagas extra.

Subida del 2%. Se acuerdan subidas de “en torno” al 2%, más un 1% que dependerá de los parámetros que fije cada mesa negociadora. Estos podrán ser la productividad, los beneficios o el absentismo.

Revisión salarial. No hay garantía de subida mínima del IPC, sino que la revisión se deja en manos de los negociadores del convenio.

Ultraactividad. Se plantea favorecer la negociación, pero no se rompe la limitación de un año de reforma de 2012. Las partes podrán fijar una prórroga mayor mientras negocian, igual que hasta ahora. Se mantiene la posibilidad de recurrir al arbitraje.

Externalización. Se propone al Gobierno cambiar el artículo 42 del Estatuto del Trabajador para regular mejor la contratación de servicios.

Flexibilidad. Se pide priorizar la reducción de jornada y otros mecanismo para evitar despidos.