La empresa vasca Batz, fabricante, entre otros productos, de sistemas para el sector de automoción, ve la globalización económica como una oportunidad para crecer si se gestiona bien y se tiene la mejor tecnología. Y para obtenerla e innovar no duda en colaborar, entre otros, con los centros tecnológicos vascos, como Ikerlan-IK4. Así, ha conseguido desarrollar un nuevo sistema de pedales de acelerador de coche electrónicos, algo que el director de innovación del grupo, Jatsu Intxaurbe considera que permitirá a la cooperativa vizcaína “reforzar su posición en el mercado internacional de la automoción como proveedor de pedaleras y de sistemas mecatrónicos complejos”.

Batz es un grupo industrial, indica Intxaurbe, que factura 260 millones de euros con 1.750 personas en plantilla pero en fase de crecimiento. “Nuestras previsiones en el horizonte de 2020 son las de alcanzar unas cifras de 330 millones de euros con unas 2.000 personas”.

En relación a la realidad de Batz hoy en día, en automoción tiene dos negocios muy diferenciados: troqueles y sistemas. Y la presencia de la compañía en los diferentes mercados internacionales difiere, según del negocio que se trate. Intxaurbe señala que “el ámbito tooling para Batz es europeo, el 90% de nuestro mercado es Europa” y en el área de sistemas “estaremos al 50% en los mercados europeos y el resto fuera”. “En Euskadi entre las plantas de Igorre y Zamudio hacemos unos 110 millones de los más de 200 que hacemos en sistemas pero además tenemos tres plantas en China, y otras tres en México, Brasil y Chequia”. Para el representante de la cooperativa industrial, la apuesta de futuro es la de “aumentar nuestra presencia en el mercado de EEUU”.

Batz, dentro del grupo Mondragon, está especializada, según recuerda Intxaurbe, “en el diseño y fabricación de troqueles y sistemas de automoción” y es plenamente consciente “de la importancia de la innovación” para poder competir en un mercado mundial globalizado. Por ello, allá donde la empresa no llega en su conocimiento interno busca la colaboración. En este caso concreto, del centro tecnológico Ikerlan-IK4. Este trabajo conjunto ha permitido, según indican Jatsu Intxaurbe y Nerea Uriarte, de Ikerlan, el desarrollo de un pedal electrónico para vehículos, “dotado de sensores que transmiten de forma concreta y precisa la demanda de aceleración que hace el conductor”.

Según Jatsu Intxaurbe, este desarrollo se enmarca en la denominada cuarta revolución de la industria de la automoción; un proceso de innovación y digitalización integral en la fabricación de automóviles y en el diseño de los propios vehículos que se centra en la aplicación de las tecnologías digitales. Para el director de desarrollo de Batz la cada vez mayor digitalización y automatización de los vehículos “conlleva la sustitución de elementos mecánicos por otros electrónicos”.

Según Intxaurbe, estos cambios obligan a la empresa a adaptarse constantemente a las demandas del mercado y de los clientes pero esto no es un problema para una compañía que mantiene una trayectoria de éxito gracias a esa capacidad de adaptación “Así, si tradicionalmente los pedales de aceleración de los coches respondían a lógicas mecánicas sencillas, en el contexto tecnológico actual se demanda que los componentes que actúan sobre estos sean de la misma naturaleza”.

Como es imposible tener dentro de una misma empresa todo el conocimiento especializado, Batz ha buscado la colaboración de Ikerlan, un centro tecnológico, según Nerea Uriarte, bien posicionado, por ejemplo, en temas de sensórica. “Dentro de esta colaboración, Ikerlan es el encargado de diseñar e implementar el sistema de sensores sin contacto, que informará en todo momento de la posición en la que se encuentra el pedal para que los sistemas de control de vehículo puedan dar una respuesta adecuada”

En opinión de Intxaurbe, el proyecto, que ya tiene desarrollados varios prototipos, ha afrontado un reto importante. Y es que se trata de un elemento de seguridad en un automóvil. No solo ha de cumplir con las normativas del sector, con condicionantes ambientales, electromagnéticos y de seguridad muy exigentes, sino que además el dispositivo debe tener la robustez necesaria como para absorber la variabilidad del proceso de fabricación y envejecimiento del propio pedal.

En este sentido, Nerea Uriarte, recuerda que Ikerlan ya acumula una gran experiencia en el desarrollo de sistemas seguros en maquinaria, equipos ferroviarios o en el propio sector de automoción. En la actualidad, los prototipos desarrollados con diferentes configuraciones de pedal y sistemas de sensores están homologados para afrontar las duras condiciones que soporta un coche y así están sometidos a ensayos de temperatura, compatibilidad electromagnética, etc bajo requisitos de los fabricantes más exigentes.

En este sentido, no hay que olvidar que Ikerlan, según Uriarte, está invirtiendo en equipamiento para tener capacidad de realizar en sus propios locales los ensayos EMC (Ensayos de Compatibilidad Electromagnética) propios del sector de la automoción, en una clara apuesta por impulsar esta línea de trabajo a a futuro. “En automoción trabajamos en incorporar la electrónica a productos convencionales”, destaca Uriarte.

El proyecto de colaboración entre Batz e Ikerlan-IK4 supone una suma de sinergias que permiten a ambas entidades dar un salto cualitativo en el sector de la automoción. El desarrollo permitirá a Batz disponer de su propio diseño de pedal acelerador y posicionarse así en el mercado como un referente mundial capaz de ofrecer a fabricantes el conjunto del mecanismo del pedal en su totalidad, incluyendo la parte mecánica y la electrónica, todo ello “made in Euskadi”, resalta Intxaurbe.

Innovación Batz realiza desde su constitución un esfuerzo constante en innovación. Según Intxaurbe las inversiones en I+D+i alcanzan el 3% de la facturación. Dentro de esta innovación, Batz destaca el trabajo que se realiza en el grupo para aligerar los productos. “La necesidad de reducir el consumo de los automóviles implica soluciones más ligeras, una tendencia que se acentuará de cara al futuro en el caso de los vehículos eléctricos dado el mayor peso de las baterías”. En todos estos conceptos, profundizar en nuevos desarrollos tecnológicos es clave, reconocen en Batz. “Nosotros trabajamos en innovación abierta en colaboración. Aquí Ikerlan nos da la solución técnica a un reto que previamente ya habíamos acotado en colaboración con AIC, Automotive Intelligence Center, de Boroa-Amorebieta”.

Diseño. La empresa cooperativa Batz colabora con Ikerlan en el diseño de un pedal de acelerador electrónico.

330

millones de euros es el objetivo de un grupo que este pasado año cerró en 260 millones.