BILBAO - “La economía vasca es más rica, más competitiva y más orientada a la exportación” que la española. Esta es una de las razones que esgrime la agencia de calificación de riesgos internacional Standard & Poors (S&P) para elevar el rating de la CAV hasta la calificación de notable alto A+, o lo que es lo mismo, considera que el País Vasco es, entre otras cosas, más solvente que el propio Reino de España para hacer frente a sus compromisos de pago de la deuda pública.
Misma historia para Nafarroa a la que S&P ha subido de A a A+ valorando la “alta autonomía fiscal de Navarra y su sólida gestión financiera”. La agencia reconoce también que el rating navarro se situaría tres escalones por encima del Estado, pero la normativa establece que la calificación de una región no puede ser más de dos escalones superior. Como se recordará, España pasó de BBB+ a A-.
Tras conocer la mejora de la calificación del riesgo a Euskadi, fuentes del Departamento de Hacienda del Gobierno Vasco que encabeza Pedro Azpiazu resaltaron que la agencia ha valorado que la autonomía fiscal de la CAV y la “sólida gestión financiera” hacen que Euskadi sea más resiliente que España ante un hipotético escenario de estrés económico, por lo que le otorgan una calificación dos niveles más alta que la que del Estado.
La posición del Reino de España provoca que el País Vasco obtenga una calificación de A+ cuando su perfil de crédito considerado de forma aislada es superior y alcanza la calificación AA- (sobresaliente bajo). Dicho de otra manera, por bien que tenga sus cuentas, Euskadi no puede tener una calificación de solvencia más de dos escalones por encima de la que tiene el Estado del que forma parte.
Además, en esta última calificación, la agencia ha valorado de manera positiva los últimos acuerdos alcanzados por la CAV con el Estado en materia económica y financiera, en referencia a las negociaciones del Cupo, pues mejoran la posición de liquidez del Gobierno Vasco, cuya gestión financiera S&P no duda en calificar de “profesional y con una fuerte cultura del crédito”. Tanto el Gobierno Vasco como las diputaciones forales, en la parte que les toca como responsables de las haciendas, tienen una visión apropiada de la situación económica y de los eventuales riesgos. De hecho, la agencia sostiene que la economía vasca “identifica claramente los principales riesgos externos de la región”.
Euskadi cumple Por ello, S&P pone en valor el compromiso del Ejecutivo vasco que lidera el lehendakari Iñigo Urkullu con el cumplimiento de los objetivos de déficit público y entiende que los niveles de las amortizaciones anuales de su deuda han alcanzado ya su máximo y que se beneficia de unas favorables condiciones en los mercados que permiten financiarse a bajo coste.
Por otra parte, la agencia Moody’s sitúa al País Vasco entre las comunidades que alcanzaron un crecimiento por encima del 3%, con un alto nivel de renta per cápita y con superávit en el ejercicio de 2017. Asimismo, opina que la reducción del déficit es positiva en un contexto en el que la recuperación económica impulsa la recaudación fiscal.
Esas buenas calificaciones de rating facilitan hacer frente a los pagos de una deuda que con la crisis ha crecido de forma notable en la CAV, pues de los 301 millones de euros de 2007 se pasó a 6.088 millones al final de 2012, fin de la legislatura de Patxi López, y a los 9.082 millones al cierre de 2017.
Calificaciones. AAA: la más alta calificación de un país o compañía, fiable y estable. AA: de gran calidad, muy estables y de bajo riesgo. A: la situación económica podría afectar a la financiación. BBB: adecuada capacidad de pago, pero sujeto a cambios económicos adversos.
Por debajo de la media están BB: muy propensas a los cambios económicos; B: la situación financiera sufre variaciones notables; CCC: vulnerable en el momento y muy dependiente de la situación económica; CC: muy vulnerable, alto nivel especulativo; C: extremadamente vulnerable con riesgo económicos; y D: de imposible cobro.