bilbao - La situación de Edesa Industrial, la antigua Fagor Electrodomésticos, ha llegado a un punto crítico. El tiempo para encontrar un inversor dispuesto a reflotar el proyecto se agota y, mientras tanto, surgen compradores extranjeros interesados en hacerse con la maquinaria para reforzar sus propios negocios. El grupo CNA, propietario de Edesa, confirmó ayer a este diario que hay sobre la mesa varias ofertas por las máquinas de las plantas vascas, aunque remarcó que cualquier operación se ajustará al procedimiento concursal sin descartar aun que pueda mantenerse parte del empleo. El comité cree que CNA está obstaculizando la llegada de un inversor con un proyecto industrial para poder vender las máquinas y centrarse así en Euskadi en la venta de electrodomésticos.
Los trabajadores comparecieron ayer en Arrasate, sede histórica de la compañía, para lanzar un mensaje claro a CNA. Consideran que la empresa que dirige Jorge Parladé “no tiene voluntad” de relanzar el negocio industrial en Euskadi, por lo que piden a los directivos catalanes que se echen a un lado y dejen paso a un inversor que sí esté dispuesto a ello. El comité afirma que varias empresas han tocado a la puerta para pedir información sobre la compañía, sin que desde CNA se haya facilitado una buena comunicación para consolidar la operación de compra.
Es más, la plantilla cree que la dirección de CNA y de Edesa Industrial, y en especial el propio Jorge Parladé, se han convertido en un obstáculo que aleja a posibles inversores de corte industrial. “Nos han dicho que con Parladé no quieren sentarse a negociar”, indicaba ayer el presidente del comité de Edesa, Ricardo Pérez. En un movimiento muy poco habitual en este tipo de procesos, la parte social reclama que se entre cuanto antes en fase de liquidación para que estos inversores puedan hacer ofertas para mantener la actividad en aquellas líneas que consideren rentables. Y apuntan a Confort, Línea Blanca y Ollas como los segmentos que han despertado interés en el sector, lo que confirma que la fábrica de Basauri, dedicada a la producción de termos eléctricos y calentadores, ha dejado números en los últimos años que respaldan su continuidad. La propuesta de abrir un proceso de venta por partes en la liquidación encaja con el planteamiento lanzado desde algunas administraciones locales para tratar de salvar a Basauri del cierre definitivo de Edesa Industrial.
“El único plan de CNA es salir del concurso, mediante una propuesta comercial sin empleo, haciendo caso omiso a aquellos inversores que se han acercado a interesarse y que no ven más que trabas por parte de la empresa. Todo ello con la connivencia del administrador Alfonso Gómez”, denunció el comité.
Sin duda el papel de la administración concursal es crucial. Mañana concluye el periodo de consultas del ERE para despedir a la plantilla que queda tras el último ajuste, unas 150 personas, con lo que en unos días todos los trabajadores estarán en el paro. Además, en la primera mitad de marzo el administrador deberá presentar al juez concursal su radiografía de situación para que este tome una decisión, que si nada lo remedia será efectivamente la liquidación para saldar las deudas con los acreedores. El problema es que para entonces quedará muy poco margen para reactivar proyectos industriales. CNA no confirmó que su intención sea deshacerse de la maquinaria, pero sí reconoció que hay varias empresas interesadas. Según ha podido saber este periódico, al menos una de ellas sería extranjera y pretende los activos de Edesa, repartidos entre Basauri, Eskoriatza y Garagartza, para reforzar su producción en el norte de África. La fábrica vizcaína ha incorporado recientemente maquinaria nueva y tecnológicamente avanzada.
En todo caso, la empresa catalana señaló que cualquier venta de maquinaria se ajustará al procedimiento concursal y asegura que abrirá la puerta si llega un inversor dispuesto a mantener una parte de la plantilla. “Incluso se les ha ofrecido esta opción a los trabajadores que, hasta el momento, no han presentado ninguna propuesta”, indicó CNA.