BILBAO - El grupo polaco Amica se postula como posible salvavidas para Edesa Industrial, la empresa resultante de la quiebra de Fagor Electrodomésticos. El actual propietario de la firma vasca, CNA Group, ha llegado a un acuerdo con Amica para evitar la liquidación que incluye la inyección de cerca de 27 millones de euros y el mantenimiento de 140 empleos, que podrían ascender a 200 en tres años y que se repartirían entre las plantas de Basauri y Eskoriatza. La entrada del fabricante de electrodomésticos polaco está sujeta a poder obtener los permisos para utilizar la marca Fagor, una cuestión nada sencilla de resolver y que está pendiente de la negociación entre Edesa, la administración concursal y la Corporación Mondragon (MCC).
Por tanto, es pronto para asegurar que Edesa Industrial ha sellado su salvación. De momento ha dado un buen primer paso con este acuerdo para financiar parte de su deuda, que en el momento de entrar en preconcurso ascendía a 100 millones de euros, al que deberá dar su visto bueno el juez concursal. Ayer fuentes de la compañía explicaron que el acuerdo con Amica, que ya pujó por Fagor en 2014, tiene como objetivo mantener la actividad industrial, aunque como se esperaba a cambio de un importante ajuste.
En el momento de entrar en preconcurso, el pasado mes de octubre, Edesa Industrial aun contaba con 350 trabajadores en Euskadi, de los que ahora quedan únicamente 160. En principio la oferta de Amica pasa por dar otro tijeretazo a la plantilla, que quedaría en 140 personas, si bien la idea es ir aumentando la cifra hasta los 200 operarios dentro de tres años. Será la realidad del mercado y los números los que terminen por diseñar la hoja de ruta en el plano laboral, pues ya ocurrió que el grupo nunca llegó a alcanzar las cifras de empleo avanzadas por CNA cuando la firma catalana se hizo con Fagor Electrodomésticos en el anterior proceso concursal.
garagartza, sin opciones Lo que sí parece claro es que Amica llegaría con la firme intención de potenciar las fábricas de Basauri y Eskoriatza en perjuicio del centro de Garagartza, en Arrasate, que ya ha estado en la picota durante el concurso y que sigue abocada al cierre definitivo. La empresa polaca podría recuperar una cierta actividad en Garagartza durante unos meses, aunque a medio plazo la idea es volver a bajar la persiana y concentrar las fuerzas en las otras dos fábricas del grupo, una situada en Bizkaia y la otra en Gipuzkoa.
Según informó Edesa, los cerca de 27 millones de euros que pondría Amica se repartirían entre la adquisición de la unidad productiva de línea blanca y la financiación necesaria para crear una filial que se encargará de la comercialización de productos. Aunque en la nota se mencionan las divisiones de hornos y cocinas, frigoríficos, lavadoras y lavavajillas, en principio no se renuncia a ningún producto con lo que se mantendría también la fabricación de termos eléctricos. Esta se ha concentrado hasta ahora en Basauri, una fábrica a la que avalan sus buenos resultados y que ha ido esquivando todos los cierres proyectados por la dirección. En los últimos meses ha ido recuperando plantilla y en estos momentos cuenta con unos 40 trabajadores.
La compañía polaca advierte, aun así, de que habrá ventas de “activos no esenciales”, lo que apunta a que habrá una reordenación de la producción que podría repercutir positivamente en el volumen de plantilla de Basauri, aunque desde Edesa Industrial se indicó que aun es pronto para adelantar detalles sobre el nuevo ciclo que se abriría en la factoría vizcaina.
el uso de la marca, la clave Primero es necesario que el juez acepte el plan de Amica, que a su vez pone como condición poder utilizar la marca Fagor. Ahí está la clave del proceso. Sin el uso de la emblemática marca la operación no tendría lugar y fuentes cercanas al proceso informaron de que la cuestión no va a ser sencilla de resolver en favor de los intereses polacos. La dirección de CNA se encuentra en estos momentos negociando con la Corporación Mondragon el uso de la marca, mientras que la cooperativa vasca, propietaria de la misma y que la utiliza en otros segmentos como la máquina herramienta o la automoción, está “valorando las principales líneas de viabilidad de esta propuesta”, explicó Edesa. Según la nota de Edesa, Amica garantiza el pago de los royalties -el coste del uso de la marca- y “las inversiones publicitarias necesarias para relanzar la marca Fagor”.
Sin embargo, el problema es que el conflicto no se reduce únicamente a una negociación económica. En pleno proceso concursal entra en juego además una tercera voz como es la del administrador, con los intereses de los acreedores de fondo como otro elemento central a tener en cuenta. El pago por el uso de la marca, aunque tenga como objetivo el éxito del proyecto industrial, puede toparse con las urgencias que genera una deuda tan abultada. Incluso aunque haya buena voluntad por parte de MCC pueden surgir complicaciones legales. En definitiva, Edesa ha dado con una puerta, pero es pronto para saber si podrá abrirla y caminar hacia su salvación.
Líder europeo en el sector. El grupo polaco Amica, que ya pujó sin éxito por Fagor Electrodomésticos en el proceso concursal de 2014, es uno de los principales fabricantes de electrodomésticos de Europa y cuenta con unos 2.500 trabajadores.
26,8 millones. Ofrece casi 27 millones para hacerse con la fabricación de productos de línea blanca y crear una nueva filial para comercializarlos. En todo caso, pone como condición poder usar la marca Fagor.
200
El plan de Amica incluiría mantener 140 empleos en Basauri y Eskoriatza que podrían superar los 200 puestos de trabajo dentro de tres años.