gasteiz - El Gobierno Vasco presentó ayer el anteproyecto de Presupuestos de 2018, que serán los más elevados de la historia con 11.486 millones de euros. La capacidad de gasto crece sobre el papel en 426 millones, es decir, un 3,9% más. Sin embargo, si se descuenta el lastre de la amortización de la deuda y las partidas destinadas al tren vasco de alta velocidad y a la variante sur ferroviaria entre el Puerto y Bilbao, el incremento real es del 2,9%.

Ese repunte estará muy centrado en las inversiones destinadas a incentivar la economía, la creación de empleo y la obra pública, así como a departamentos como Educación y Osakidetza. También tendrá un notable impacto en las Cuentas la subida salarial del 1,5% de los funcionarios y la reactivación de las aportaciones del Ejecutivo a los planes de pensiones de sus empleados. Como viene siendo habitual los últimos años, el capítulo del endeudamiento crece con fuerza precisamente para atender los pagos de la deuda contraída en años anteriores.

En resumen, como ya había avanzado el consejero de Hacienda y Economía, habrá que esperar hasta 2019 para ver unos Presupuestos “con alegrías”. De momento, toca seguir dedicando parte del gasto a tapar los agujeros de la crisis. Pedro Azpiazu protagonizó la tradicional comparecencia de finales de octubre -el año pasado se retrasó a febrero porque la investidura del lehendakari fue en noviembre-. Es el momento en el que el Ejecutivo presenta públicamente su proyecto de gasto, como paso previo a su registro en el Parlamento Vasco, que se producirá el próximo lunes. Cuando, como es el caso, el Ejecutivo no tiene mayoría absoluta una de las preguntas obligadas al consejero es si considera posible atar los votos necesarios para su aprobación.

Azpiazu también tiró de manual en su respuesta. No hay socios preferentes y habrá reuniones con todos los grupos del Parlamento. Los partidos no tendrán el detalle de la Cuentas hasta la próxima semana y el proceso de negociación no madurará hasta mediados de noviembre.

la negociación El consejero pasó con delicadeza sobre esa cuestión, casi siempre sujeta a la actualidad política y en este caso contaminada por el conflicto catalán. El alejamiento del PNV respecto al PP por las decisiones que está tomando Mariano Rajoy en relación a Catalunya podría complicar la reedición del pacto que permitió la aprobación de los Presupuestos actuales.

El Ejecutivo de PNV y PSE necesita el apoyo de un solo parlamentario y eso abre el campo a toda la oposición. A ellos se refirió Azpiazu, que apeló a la “responsabilidad” de los partidos y les pidió que no actúen con la vista puesta en otras variables, como la catalana o la búsqueda de un proceso similar en Euskadi, y se centren en analizar unos Presupuestos que son “buenos” para Euskadi y que negocien en conciencia.

Como ya hizo el año pasado, el consejero de Hacienda se puso ayer mismo en contacto con todos los partidos para mantener reuniones informales previas al inicio de la negociación. La idea es cerrar una primera ronda de encuentros el viernes de cara a explicar las líneas generales de las Cuentas Públicas de 2018 antes de que los partidos dispongan de los tomos que las componen y puedan analizarlos de forma pormenorizada.

Si los plazos que maneja el Gobierno Vasco se cumplen, el Pleno de aprobación de los Presupuestos se celebrará el 22 de diciembre. De modo que quedan por delante dos meses de intensa actividad parlamentaria y el Ejecutivo confía en que se traduzca en un acuerdo.

Azpiazu, que aseguró que no contempla un escenario de prórroga presupuestaria, advirtió que si el proyecto no ve la luz, entre otras cuestiones, no será posible subir el salario de los 70.000 funcionarios de Lakua el próximo año.

Los ejes principales de la política de gasto serán de nuevo “garantizar las políticas públicas e impulsar el desarrollo económico y el empleo”. Al mismo tiempo, el Gobierno de Urkullu tendrá que seguir manteniendo un complejo equilibrio entre el perfil social de sus Presupuestos y la exigente senda de consolidación fiscal que conduce al déficit cero y que obliga a recortar constantemente el peso de la deuda.

De este modo, el techo de gasto récord de casi 11.500 millones estará condicionado por un endeudamiento bruto de 1.543 millones, con el que se hará frente a las amortizaciones de la deuda contraída en los ejercicios anteriores.

baja el gasto en la ‘y’ vasca Se produce sin embargo un incremento del gasto social, que pasa de suponer un 75% del total del presupuesto al 77%. En esa dinámica es clave el “ajuste a la programación prevista” de la inversión en la Y ferroviaria vasca, que cae más de la mitad porque baja el ritmo de la construcción de la infraestructura. La reducción del gasto en el TAV afecta tanto al capítulo de inversiones reales como al Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras, el único que baja.

Sin contar la deuda y el tren de alta velocidad, el proyecto de Presupuestos crece en 299 millones de euros y de ese incremento 128 millones van a parar al Departamento de Salud. Otros 101 millones se los lleva el aumento de sueldo de los funcionarios. El gasto en Educación aumenta en casi un 2%.