BILBAO - La economía marcha bien a pesar de las sombras que proyectan los problemas de algunas compañías y las estrecheces de los márgenes empresariales. Sin embargo, es necesario seguir trabajando para recuperar los niveles previos a la crisis en cuestiones como el empleo o el número de sociedades mercantiles. Azpiazu defiende que la patronal está subiendo los salarios donde puede y subraya que los trabajadores vascos tienen los sueldos más altos del Estado.

Se acaban de conocer los datos de exportación de Euskadi hasta agosto. Todo apunta a que se superará este año el récord de 2014.

-Esos datos tienen que ver con la situación económica que estamos viviendo en Euskadi, que yo la definiría como buena. Llevamos tres años creciendo alrededor de un 3%, estamos creando empleo de forma importante. Y esto tiene que ver con factores internos y factores externos. Entre los externos, está claramente la política monetaria del Banco Central Europeo, que está ayudando de manera muy importante. Tenemos países clave con los que comerciamos -Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia o Estados Unidos- que están teniendo fuertes crecimientos. También desde el punto de vista externo está el precio de petróleo, que es todavía barato. Y en Europa tenemos una inflación baja y eso favorece enormemente la actividad económica y empresarial.

¿Cuáles son los factores internos?

-Esos factores externos se traducen en factores internos: fundamentalmente la confianza de empresas y familias. Como consecuencia de ello crece la contratación, crece el consumo y crece, o por lo menos se mantiene, la inversión. Sí veo en los últimos meses un dato algo más negativo, que tiene que ver con los márgenes empresariales, que este año se están constriñendo un poco, están rebajándose y eso influye en las expectativas empresariales.

¿Se confirma el cambio de ciclo?

-Sí, la situación económica es buena, pero muchas veces tenemos la percepción de que un crecimiento de PIB cercano al 3% significa que todas las empresas van bien, que todas las empresas están creciendo. Pero hay sectores y empresas que todavía lo están pasando regular y mal. Y a pesar de que existan momentos de crecimiento económico como el actual, siempre tendremos empresas en dificultades por cuestiones de competencia, por cuestiones de precio, por cuestiones de producto o de mercado.

Se percibe cierto excepticismo.

-Vamos bien, los datos son buenos, las perspectivas de confianza empresarial son buenas. Sin embargo, solo hemos recuperado 900 de las 7.900 empresas que perdimos en la crisis y nos quedan 48.000 empleos por recuperar. Hay mucho trabajo y hay que ser prudente. Los datos son buenos, pero lo importante es que seamos capaces en Euskadi de crear un ecosistema, de crear un entorno que permita a las empresas crecer, desarrollar su actividad económica con normalidad y, sobre todo, que nos permita crear nuevas iniciativas empresariales. El reto, o uno de los retos, es que los jóvenes, los chicos y chicas que terminan sus estudios y que entran en el mercado de trabajo, apuesten por un proyecto empresarial como elemento de guía de sus planes profesionales. Ése es el reto y las administraciones vascas tienen sensibilidad para poner en marcha políticas de creación y tracción de empresa.

En cuanto a los salarios, las administraciones vascas ya apuntan a que ha llegado el momento de subirlos.

-Llevamos muchos años sin hacer recomendaciones en materia salarial porque entendemos que es cada empresa, en función de su situación, de su entorno, de su competencia o de sus perspectivas, la que tiene que hacer un análisis sobre si debe subir o no lo salarios. Dicho esto, hay que decir que una parte importante de las empresas vizcaínas ya ha incrementado los salarios este año. Otras no han podido hacerlo y en torno a un 1% de las empresas los han bajado, seguramente por razones claras de supervivencia. Pero las empresas ya están tomando decisiones de subida salarial desde hace tiempo, desde la crisis.

Los sindicatos denuncian que la pérdida de poder adquisitivo se prolonga demasiado.

-Frente a quienes dicen que tenemos salarios precarios hay que decir que continuamos en Euskadi con los sueldos más altos y la jornada laboral más baja del Estado. En estos momentos, el 73% de los trabajadores de Bizkaia tiene contrato indefinido. Y un 80% tiene trabajo a tiempo completo. En los últimos años se han convertido en indefinidos 300.000 contratos. Hay mayor porcentaje de crecimiento en los contratos indefinidos que en los temporales. Por tanto, el salto ya se está dando, porque el empleo depende de si hay actividad en las empresas o no, depende de las perspectivas de la empresa y también depende de las condiciones sociolaborales que tenga un país, me refiero a condiciones de contratación y de negociación colectiva.? El empleo no se genera por generación espontánea. Lo generan las empresas. Es importante que la sociedad recuerde estas cosas, porque a veces pensamos que los empleos se generan en los sótanos de las diputaciones o de las instituciones públicas.

Esta semana la consejera vasca de Desarrollo Económico ha señalado el déficit de inversión privada como una debilidad competitiva de la industria vasca, ¿qué opina?

-Los empresarios vascos han mostrado desde siempre un compromiso importante con su país, con Euskadi. Me parecen relevantes las cifras de inversión que tenemos. Todo es mejorable.

La consejera hizo esas declaraciones precisamente en la presentación parlamentaria de la estrategia industrial del Gobierno, ¿qué valoración hace?

-Yo lo que diría respecto al plan industrial que presentó la consejera Arantxa Tapia, a la que ya trasladamos en julio nuestro apoyo a ese programa, es que es un reto importante para el país que podamos llegar a un 25% del PIB industrial. La industria te da tecnología, te da exportación, te da conocimiento, todos los países están tratando de orientar su actividad económica hacia sectores industriales. Aquí en Euskadi tenemos un poso industrial que no lo tiene nadie en todo el Estado. Es un reto ilusionante y los ejes que está planteando el Gobierno Vasco son acertados. Es un reto ambicioso y estamos dispuestos a colaborar en que esto se cumpla.

Las últimas semanas se ha vivido un intenso debate en Euskadi sobre el Impuesto de Sociedades y la fiscalidad.

-Una fiscalidad orientada a recaudación pura y duramente está mal orientada en líneas generales. El Impuesto de Sociedades es un impuesto menor en cuanto al volumen de recaudación de las haciendas vascas, algo más del 9%. Tenemos un gravamen de Sociedades sustancialmente mayor al que tiene la Hacienda estatal y a la media europea, y el tipo de gravamen es relevante a efectos de utilizar la fiscalidad como instrumento de política económica. Aquellos inversores que quieren fijarse en un entorno determinado a la hora de situar sus empresas miran cuál es el tipo nominal de Sociedades. El 83% de las empresas vizcaínas aplican el tipo de gravamen sin deducciones.

¿Qué regusto le ha quedado a la patronal vizcaína tras el intento fallido de bajar el Impuesto de Sociedades?

-Hemos perdido una oportunidad muy importante para contar con una fiscalidad atractiva, no solo para las empresas que están radicadas en Bizkaia y Euskadi, si no para ser capaces de atraer empresas de fuera a nuestro territorio. La fiscalidad tiene un elemento de atracción indudable, pasa en todo el mundo, y desde luego, en estos momentos, desde el punto de vista fiscal somos menos atractivos que otros territorios a la hora de mantener la actividad y atraer nuevos proyectos. Creo, y lo digo personalmente como reflexión, que si hubiéramos tenido en Euskadi un tipo nominal de Sociedades cercano al 24%, que es lo que nosotros habíamos planteado, empresas como Caixabank o Banco Sabadell se habrían planteado venir a Euskadi. Yo no tengo ninguna duda. No sé si hubieran venido, pero estoy convencido de que se lo habrían pensado.

Han quedado en evidencia las diferencias entre los dos socios de gobierno en las instituciones vascas, PNV y PSE.

-A veces tengo la impresión de que algunos partidos políticos y algunos representantes institucionales ven a las empresas solo como un elemento recaudatorio y se equivocan. Las empresas son las que crean empleo, riqueza y bienestar en cualquier país, también en Euskadi. Y el debate sobre la reforma fiscal ha estado demasiado en los medios de comunicación y menos tiempo del que debería haber estado entre partidos, instituciones, agentes sociales y económicos. Ha habido demasiado ruido, no digo que la gente no opine, no digo que las instituciones o los partidos no digan lo que piensan, pero nos ha faltado un debate constructivo y con datos.

¿Cree que será posible hacerlo en un futuro cercano?

-No sé cuándo tendremos la próxima oportunidad para hacer una reforma integral de la fiscalidad. Lo que nos ocurre a veces es que cuando vemos que alguna empresa decide instalarse en otro sitio nos llevamos las manos a la cabeza. Estas reflexiones hay que hacerlas con datos en la cabeza, pensando, porque creo que la política fiscal y el Concierto Económico tiene que ser en Euskadi un instrumento enormemente importante a la hora de fomentar actividad empresarial y atraer proyectos.

¿Se han sentido los empresarios señalados?

-Nosotros no queremos no pagar impuestos, queremos pagar impuestos porque sabemos que se garantiza el sostenimiento de este país. Los empresarios vascos jamás hemos cuestionado las políticas de redistribución de la renta. Jamás hemos cuestionado las políticas de bienestar social. Entendemos que hay que tenerlas y que hay que ayudar a quien lo necesita en los momentos en los que sufre, cuando está desempleado, cuando tiene problemas médicos... Euskadi tiene una infraestructura de protección social muy potente en la cual creemos. Pero nos olvidamos de utilizar la fiscalidad como un elemento tractor de la actividad económica y no podemos perder esa perspectiva. Las empresas con las que competimos tienen en sus países una fiscalidad más favorecedora de la actividad empresarial. Por ello hemos pedido a las instituciones y a los partidos que tengan en cuenta esta reflexión. Ahora no ha sido posible, queremos que tengan esa reflexión siempre en la cabeza, para que haya otra oportunidad de poner en marcha una fiscalidad dinamizadora de la actividad empresarial.

Ocurre que el tipo nominal se ha convertido en un tótem inamovible para algunos.

-Es mejor tener más bases imponibles que menos bases pagando más impuestos. Tener una fiscalidad más alta no significa recaudar más. En cambio, si tienes una fiscalidad atractiva es posible que se incremente la actividad empresarial, que haya nuevos proyectos y que se recaude más.