GAsteiz - Los futuros pensionistas del Estado español, el colectivo menor de 50 años de edad en la actualidad, tendrá problemas para poder cotizar como las generaciones precedentes, por lo que una buena parte del colectivo accederá a pensiones de jubilación más bajas, según se desprende de un informe de la OCDE.
El estudio describe una situación cuando menos preocupante y la argumenta en base al rápido envejecimiento de la población española -recuérdese que en 1964 nacieron casi 700.000 niños en el Estado, una tasa de natalidad del 22 por mil y el pasado año solo nacieron algo más de 400.000, un 8,7 por mil-, y al hecho de los problemas que tienen los jóvenes actuales para incorporarse al mercado laboral.
Si a ello se le suma, siempre según la OCDE, las dificultades para mantener una carrera profesional de larga duración, se puede prever que las perspectivas de los futuros pensionistas españoles no sean especialmente optimistas con el actual sistema de pensiones pues sufrirán una creciente desigualdad. Esta será peor en el caso de las mujeres, que renuncian al trabajo ajeno en épocas de su vida para cuidara hijos y padres, y que además están en muchos casos en segmentos del sector servicios de menor retribución, y en el de los trabajadores poco cualificados, con unos salarios menores, lo que les dificultará cotizar los suficiente para poder acceder al cobro de pensiones decentes en el futuro, según advierte la citada Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
País de viejos Según la institución internacional, España se convertirá en 2050 en el segundo país más envejecido del club que agrupa a las 35 economías más desarrolladas del mundo, solo por detrás de Japón, con una ratio de dependencia que alcanzará los 76 jubilados por cada 100 personas en edad de trabajar -otra cuestión es que estas tengan empleo- frente a la actual proporción de 30 mayores de 65 años por cada 100 personas de entre 20 y 64 años de edad.
En el caso del Estado español, si a la escasa tasa de natalidad se le suma la incidencia especialmente aguda de las dos “megatendencias globales” que suponen el referido envejecimiento de la población y las crecientes desigualdades, particularmente en el caso de los jóvenes, el panorama futuro es especialmente desalentador. “Lograr carreras laborales completas y con salarios adecuados se ha convertido en algo cada vez más difícil en general y, particularmente, en el caso de los jóvenes con bajos niveles de preparación”, señala la OCDE en el informe sobre retos del envejecimiento.