bilbao - CCOO-Euskadi denunció ayer que ha habido “bastante oscurantismo” en la política industrial desarrollada por el Gobierno Vasco en los últimos años, y reclamó la participación de las organizaciones sindicales en el diseño de las distintas fórmulas de apoyo y ayudas al sector.

La responsable de Acción Sindical de la central vasca, Mari Cruz Vicente, criticó ayer la existencia por parte del Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad de Lakua de “bastante oscurantismo durante estos años en su política industrial”. “Con las organizaciones sindicales no ha tenido ningún tipo de contacto más allá de cuando se han dado problemas puntuales en empresas concretas”, dijo.

En este sentido, Vicente lamentó que no haya habido “un trabajo previo” con los sindicatos para ver “cómo solucionar los problemas que se pueden vislumbrar en el mercado de trabajo y en determinadas empresas”. “Y eso el Gobierno Vasco lo tiene que modificar”, señaló la responsable de CCOO-Euskadi, central que hace tiempo que viene reclamando la apertura de una mesa de diálogo social de corte industrial que coordine mejor las políticas formativas con las necesidades del mercado de trabajo.

Tras recordar que, en la reunión del 18 de julio de la mesa de diálogo social, el Ejecutivo se comprometió a “abrir un espacio de diálogo” permanente en el que estén las centrales sindicales, subrayó que “las personas en la política industrial han estado un poco abandonadas”. “Y es fundamental que, para que las personas formen parte de ella, las organizaciones sindicales participen en el desarrollo de la política industrial, algo que no ha ocurrido”, remarcó la sindicalista vasca.

empresas en dificultades En cuanto a las empresas vascas que se encuentran en dificultades, apuntó que, a veces, se producen estas situaciones “en dos o tres empresas con significancia en el territorio, y eso puede producir una especie de alarma”, explicó en relación al cúmulo de sobresaltos que acumuló el tejido industrial vasco el pasado mes de julio. Entre otras, se conoció la entrada en preconcurso de acreedores de Edesa Industrial, la antigua Fagor Electrodomésticos, que ha anunciado alrededor de 150 despidos, o la intención de General Electric de cerrar su planta de Ortuella, donde trabajan 147 personas.

Otras grandes plantas atraviesan serios problemas de financiación, casos de La Naval o de CEL, que se mantienen a la espera de un inversor que aporte capital y permita mantener la actividad.

“Quienes estamos en la arena sabemos que esas cosas se producen con asiduidad, no por estar en una situación de crisis, sino que hay empresas que por distintas razones, por no hacer inversiones a tiempo, por no haber hecho una apuesta empresarial por ellas, por ser sectores delicados... más pronto que tarde ves que no tiene futuro”, indicó Vicente. “Llega un momento, fundamentalmente por la falta de inversiones y modernización, en que no pueden competir”, lamentó. - E.P.