bilbao - El acero vive un momento difícil en Europa. En el caso de Nervacero, fábrica del grupo Celsa situada entre Sestao y Portugalete, el sindicato USO advirtió ayer de que el futuro de la planta puede estar en peligro si en la subasta eléctrica de la semana que viene no logra mantenerse en la franja con costes más asequibles. Desde la dirección se asegura en cambio que la continuidad de Nervacero está garantizada y que se prevén nuevas inversiones enfocadas a lograr una mayor eficiencia energética.
Desde la federación de Industria de LSB-USO se advirtió ayer de que “es imprescindible” que Nervacero se mantenga en la subasta del lunes en la franja de 90 megavatios para evitar un incremento del coste de entre el 10 y el 20%. Si no se logra un precio asequible la planta podría estar en peligro, advierte la central, que participó ayer junto a otros sindicatos europeos en la marcha convocada en Bruselas para pedir medidas que aseguren el futuro de la siderurgia ante competidores más baratos.
El grupo Celsa, que negocia con los bancos para refinanciar su deuda, lanzó un mensaje de tranquilidad y afirmó que no tiene previsto ningún ajuste de plantilla en Bizkaia y que el futuro de la fábrica, con 350 empleados, está asegurado. De hecho, la dirección indica que en los últimos meses se han realizado inversiones en el horno de la acería, que tendrán una segunda fase en el verano de 2017, enfocadas a mejorar el ahorro energético y la competitividad. - A. Legasa