BILBAO - Las nuevas tecnologías de producción como la fabricación aditiva y la impresión 3D “no vienen a sustituir a las tradicionales sino que las complementan”, señala la ingeniera de IK4, María San Sebastián, pero el interés por la mismas ha disparado la asistencia a la Bienal de Máquina Herramienta (BIEMH) que ayer, a media mañana, tuvo que cerrar el parking al estar totalmente lleno con las 4.000 plazas ocupadas, confirmando la recuperación de la feria y la del sector industrial en Euskadi.

IK4 La doctora en ingeniería del centro tecnológico vasco IK4, María San Sebastián, señala en relación a la fase de desarrollo actual de la fabricación aditiva que “ahora se está analizando donde aplicarla”. Para la técnica guipuzcoana, y siempre hablando de producción en metal, con esta nueva tecnología “se pueden fabricar piezas de geometrías muy complejas y casi cualquier cosa. Otra cosa es que sea rentable”.

En opinión de la ingeniera de IK4, la fabricación aditiva facilita crear “piezas más ligeras que las actuales, sin tantas limitaciones de diseño, y fundamentalmente para pequeñas series”. En la actualidad se estudia cómo industrializar los procesos e “integrar esta tecnología en un proceso de fabricación en serie”. Además, recuerda María San Sebastián, se trabaja en desarrollar nuevas aleaciones, por ejemplo en aluminio compatibles con este tipo de fabricación.

En relaciones a las ventajas de esta tecnología, María San Sebastián señala que “abre un nuevo campo porque se pueden rediseñar todas las piezas, y se pueden hacer piezas con mejores prestaciones, con funcionalidades añadidas etc. Entre las desventajas, y en la actual fase de maduración de tecnología, todavía están los precios”. La profesional de IK4 considera que esta tecnología puede abrir nuevos nichos “pero no está pensada para hacer grandes series de producción, es complementaria con los sistemas tradicionales”.

Sus campos de aplicación más avanzados son “el aeronáutico y el biomédico, porque en automoción serviría para prototipos pero en las grandes series, en la fase actual de desarrollo, todavía no lo vemos”.

Mizar Si los centros tecnológicos como IK4 están trabajando en desarrollar estas innovaciones, empresas como la alavesa Mizar ya fabrican con estas tecnologías. El presidente de Mizar Additive, Gaizka Grajales, compañía distinguida con el Premio a la Innovación de la Biemh en fabricación aditiva, reconoce que “hay mucha curiosidad por nuestro mundo tecnológico y además en esta edición de la feria hay más gente y se ve que el mundo industrial se mueve”. Grajales señala que “somos una empresa especialista en fabricación aditiva. Queremos ser líderes en el mundo de la impresión 3D en la gama más alta. En vez del arranque de viruta tradicional de Euskadi, nosotros trabajamos con una tecnología para fabricar capa a capa partiendo de la mayor libertad de diseño, piezas de mucha complejidad, piezas que sean difíciles de fabricar en el mundo industrial convencional”.

El máximo dirigente de Mizar destaca que “tenemos un concepto de empresa para ser líderes, buscando parámetros de diferenciacion en tecnologías, máquinas, materiales, y dimensión”. Gaizka Grajales ve mucho futuro por delante para esta tecnología en sectores como “el aeroespacial y el biomédico, y en el área industrial en series cortas, personalizadas o en serie de apoyo en las fases de desarrollo”. Para ello, el responsable de Mizar recuerda que en la compañía “ya trabajamos titanio, aluminio, aleaciones especiales etc”. En todo caso, todos coinciden en que “el objetivo de esta tecnología no es la gran serie y pese a sus actuales limitaciones en dimensiones da mucha agilidad y menos coste y tiempo en el desarrollo”.

ADDIMAT Naiara Zubizarreta, de la asociación del sector Addimat, destaca que para estas tecnologías “las previsiones de crecimiento son potentes, sobre todo a nivel industrial”. La dirigente de Addimat reconoce que el principal reto hoy “es dar con las aplicaciones industriales en las que esta tecnología aporte una ventaja competitiva y diferencial”.

En la parte positiva, indica, “permite producir con una serie de ventajas respecto a la fabricación convencional, destacando la libertad de diseño, ya que la geometría deja de ser una barrera permitiendo la fabricación de geometrías que antes se consideraban imposibles. Además, destaca por su gran eficiencia en el aprovechamiento del material. Esta ventaja es especialmente interesante para el sector aeronáutico en su constante búsqueda de soluciones para el aligeramiento de aeronaves”.

Zubizarreta reconoce en la parte negativa “la limitación del tamaño de las piezas que se pueden fabricar así como la falta de perfiles cualificados necesarios para implementar esta tecnología”.