gasteiz - El lehendakari saludó ayer la reciente aprobación del plan financiero de la Fundación BBK, la herramienta con la que la antigua caja de ahorros vizcaina ha probado que tiene músculo suficiente para mantener el control de Kutxabank y al mismo tiempo dotar de liquidez al banco para blindarlo ante hipotéticas contingencias. Iñigo Urkullu recordó que el visto bueno al protocolo de gestión de BBK por parte del Banco de España supone que el accionista mayoritario seguirá teniendo el 57% del capital social del banco y que junto a sus otros dos socios -las fundaciones de Caja Vital y Kutxa- “tendrá el control de Kutxabank” y podrán seguir garantizando el “arraigo” del banco con Euskadi.
Lo cierto es que, aunque esperada, la aprobación del esquema financiero de BBK ha permitido respirar a los accionistas del banco y a las administraciones vascas. Se despeja definitivamente el horizonte y cada pata del proyecto podrá dedicarse a partir de ahora a su papel. Kutxabank, a generar negocio y trasladarlo en forma de dividendo a sus accionistas. Mientras éstos, las fundaciones bancarias, podrán mantener la obra social de las antiguas cajas de ahorro de la CAV.
Por ello, durante unas jornadas financieras organizadas en Gasteiz por la revista Dato Económico, el lehendakari destacó esta “decisión clave” que “permite” garantizar el control de Kutxabank por parte de las fundaciones bancarias, y mantiene “el compromiso de arraigo” del banco. En ese punto, Iñigo Urkullu subrayó que esa implicación con el territorio no solo afecta a la obra social, también a su participación en carteras industriales e incide “por tanto en la economía productiva vasca” en general.
el fondo de reserva Durante los dos años largos que ha durado el diseño del nuevo marco regulatorio y el proceso de adaptación de la Fundación BBK a la normativa se llegó a plantear la posibilidad de que la antigua caja vizcaina tuviera que realizar una dotación de más de 700 millones de euros o, en caso contrario, vender parte de Kutxabank para tener una cuota inferior al 50% del capital social.
Ello habría supuesto la entrada de nuevos accionistas y, sobre todo, la pérdida del control del banco por parte de BBK. Al final, la dotación definitiva es bastante inferior, unos 240 millones, y lo más importante es que la hoja de ruta con la que la histórica caja de Bilbao y Bizkaia realizará las aportaciones anuales hasta cubrir ese volumen cuenta con el beneplácito del regulador.
La cifra, con todo, es muy elevada ya que obligará a la fundación bancaria a reservar cada año 50 millones de euros, al tiempo que mantiene un presupuesto de 30 millones destinados a obra social.
Por ello, Urkullu quiso poner en valor el “trabajo ímprobo” que tiene que hacer BBK para crear el citado fondo de reserva y avanzó que Caja Vital y Kutxa “están dispuestas a adaptar sus estructuras” y a mantener su participación en cartera industrial, precisamente para seguir impulsado el crecimiento del conjunto del país. - DNA