BILBAO - Los sindicatos vascos celebraron ayer el Primero de Mayo en Euskadi, separados, pero coincidiendo en denunciar el trato a “los refugiados”, como los sirios, que pretenden llegar a Europa y en cuestionar el “recorte de derechos de los trabajadores” y la “precariedad laboral”.
En ello coincidieron también con el papa Francisco, que expresó en Roma su deseo de que se promueva un “modelo de desarrollo que tenga en cuenta la dignidad humana y el pleno respeto de la normativa sobre el trabajo y el medioambiente”.
Los sindicatos vascos denunciaron la precariedad laboral y los recortes neoliberales introducidos por los diferentes gobiernos durante la crisis económica, pero esta vez hicieron autocrítica al señalar, como Unai Sordo, que aunque “el sindicalismo es insustituible en la transformación social de un país, tiene que reflexionar y aprender a acercarse a nuevos colectivos desfavorecidos como jóvenes en precario, emigrantes y parados de larga duración”.
CCOO de Euskadi y UGT concentraron a sus máximos dirigentes en Bilbao en una marcha bajo el lema Contra la pobreza salarial y social. Lana eta Eskubideak, precedida por la de las centrales minoritarias LSB-USO, Stee-Eilas, ESK, CGT y CNT.
El secretario general de CC.OO. Euskadi, Unai Sordo, inició su discurso recordando a los “miles de personas refugiadas” a las que no se les permite entrar en territorio europeo, en una decisión que muestra “la quiebra moral de Europa y la fragilidad de la memoria, en un país donde muchas de sus gentes se tuvieron que exiliar a Perpignan, México DF o Caracas”, con motivo de la guerra civil de 1936.
Sordo criticó a la patronal vasca por dejar en “vía muerta” la negociación colectiva y lamentó el “abandono de la negociación sectorial” por parte de ELA y LAB. El dirigente de Comisiones aseguró que “no va a haber un proceso de transformación profunda en una sociedad, si no va acompañado de un proceso de transformación en su modelo de relaciones laborales”.
En este sentido, pidió “más democracia pero empezando por los centros de trabajo, y criticó el nuevo modelo de relaciones laborales de Confebask, que considera un “pitorreo” porque venden lo “que ya tienen que cumplir por ley como es informar a los trabajadores de la evolución de la empresa”. En este sentido, Sordo cargó contra Confebask porque “ha renunciado a ser un agente social y se quiere convertir en un lobby”.
El secretario general de UGT de Euskadi, Raúl Arza, también criticó a Confebask por su propuesta de relaciones laborales que dice buscar “que pasemos de estar trabajadores y empresarios enfrentados en sokatira a remar juntos en una trainera aunque nos parece que lo quieren es que pasemos a ser parte de una galera, esclavizados”.
Sordo denunció la alta precariedad laboral, algo que han impulsado, “de forma muy importante, las empresas a través de procesos de externalización, de subcontratación, que muchas veces esconden situaciones de explotación pura y dura”. El dirigente de CCOO criticó las reformas laborales pues “se han modificado las normas para generar empleo más precario y más barato”. “La precarización de la vida de la mayoría social tiene culpables económicos, empresariales y políticos”.
Por su parte, el líder de UGT, Raúl Arza, afirmó que para los poderes económicos “los sindicatos sobramos y estorbamos pero somos la última línea de defensa a quebrar”. También pidió que la política recupere su papel y defendió el votar para propiciar un cambio de Gobierno, ejecutivo al que pidió que no base la recuperación “en empleo precario y bajos salarios”.