gasteiz- ¿Es Euskadi una buena plaza para la robótica?
-Euskadi, históricamente, siempre ha sido un lugar tecnológicamente destacado por muchas razones. La robótica no está especialmente mal vista, pero tampoco vamos a engañarnos: no hay muchas empresas de robótica en Euskadi. Como tampoco las hay en España. Creemos que Euskadi está suficientemente dotada, tecnológicamente hablando, como para empujar la robótica y ser un referente a nivel europeo. Hay gente muy relevante con muchos conocimientos, con puestos muy importantes a nivel internacional, que están deseando tener una oportunidad para volver a casa, empujar algo en lo que creen y apoyar algo que nace de aquí. ¿Es Euskadi un buen sitio para la robótica? Sí, lo creemos. ¿Hay suficiente apoyo para esta clase de nuevas tecnologías? Está empezando a haber, pero nos gustaría que empezaran a apoyarnos más. Todo el mundo habla de la industria 4.0 y de la nueva tecnología robótica, pero a final de año no son tantas las acciones que vemos en este sentido.
¿Qué objetivos tiene Erle Robotics a corto y medio plazo?
-A corto plazo nos gustaría consolidarnos como una empresa referente en la robótica a nivel internacional. Ya lo hemos conseguido a nivel estatal y mantenemos muy buena relación con los referentes en robótica en España. Pero a nivel internacional nos falta un poco. A medio plazo buscamos que nuestra tecnología esté en cada uno de los robots que se construyan en el mundo.
¿Cómo va a ser la robótica del futuro?
-Nosotros tenemos una visión que suele chocar con la opinión de muchos expertos. Aunque yo no creo que existan expertos en robótica. Me doy cuenta de que todavía estamos en pañales en cuanto a robótica, así que hablar de expertos me parece un poco excesivo. Pensamos que el futuro de los robots no va a estar en esos humanoides al estilo de Terminator, de cientos de miles de euros. Pensamos que en el futuro más cercano la robótica estará más presente en dispositivos de uso común y de bajo coste, probablemente por debajo de los mil euros. Estos robots nos suplirán en tareas muy puntuales. Un ejemplo de esto está en el aspirador que se ve ya en muchas casas y otros dispositivos. Nos ayudarán a utilizar nuestro tiempo, a ser más eficientes y a hacer mejor uso de nuestros recursos. Así vemos el futuro. Pero la robótica no es cosa del futuro, la robótica es el presente.
Hay un debate moral sobre la inteligencia artificial. ¿Cuál debe ser el límite de la inteligencia artificial?
-Soy bastante escéptico frente a aquellos que critican la inteligencia artificial abiertamente. Hay nombres más relevantes que los nuestros que lo hacen, pero no por ello tiene más sentido lo que dicen. Si revisamos la literatura, vemos que los expertos en inteligencia artificial realmente no tienen ese temor. La razón principal es que, en primer lugar, la inteligencia artificial está todavía muy lejos de la inteligencia humana. En segundo lugar, esa tecnología puede tener un cambio en nuestras vidas para bien, puede ayudarnos a solucionar problemas muy difíciles y complejos. Van a ayudar a mucha gente de forma más sencilla. Aquí utilizamos la inteligencia artificial casi a diario.
¿Cómo la utilizan?
-Utilizamos algoritmia que simula un cerebro humano, redes neuronales artificiales. Mucho de nuestro trabajo se basa en eso. Poco a poco estamos viendo como nuestros cerebros se amplían en cuanto a capacidad y en cuanto a inteligencia. A medida que introducimos más inteligencia, vemos como tareas que para los humanos son especialmente difíciles, para los ordenadores resultan sencillas. Mientras que las tareas que para los humanos son muy sencillas, como andar o hacer que mi mano coja la pierna de mi hermano, son terriblemente complicadas para un robot. Vemos un potencial brutal en un montón de áreas que a día de hoy no están explotadas a través del uso de la inteligencia artificial. Estamos convencidos de que la robótica va a tener un papel relevante en los próximos diez años. Estamos convencidos de que para 2025 va a haber un robot en cada hogar del planeta, en el primer mundo. Será una revolución como lo fue en su día la implantación del PC. En diez años van a cambiar nuestras vidas a nivel global.
¿Erle Robotics tendrá que trasladarse a California o algún otro punto de interés para la robótica?
-Nosotros viajamos constantemente. En las últimas semanas hemos estado en Budapest, Alemania y Estados Unidos, pero eso no tiene que hacer pensar a nadie que Erle Robotics se vaya a ir de Euskadi. Erle Robotics se va a quedar en Euskadi. Es un punto crítico para nosotros y lo llevamos diciendo desde el principio. A veces se ha malinterpretado como que nos podríamos ir y no es cierto. Hemos sacrificado posibles trayectorias en nuestras carreras por volver aquí y seguir con esta idea. Necesitamos apoyo en muchos sentidos, pero Erle Robotics se queda aquí. Es posible abrir otra oficina en otro sitio porque nos interese por cuestiones estratégicas o comerciales, o para exportar de forma más sencilla. Eso puede pasar, porque estamos en un mundo globalizado. Pero la base de Erle Robotics va a seguir estando en Euskadi.
Precisamente acaban de abrir una oficina en Bilbao.
-Sí, aunque Gasteiz es la cuna de Erle Robotics, Bilbao está mejor posicionada por comunicaciones, por recursos o por líneas aéreas. Por eso Bilbao es un punto estratégico para nosotros. Podíamos habernos ido a Madrid, que tuvimos ofertas, pero nuestra decisión fue esa y cumplimos con nuestro deseo de crecer aquí. Esta nueva apertura en Bilbao nos va a permitir crecer en el área comercial, en el área de ventas, separando lo que no necesariamente tiene que estar junto.