Gasteiz - “Una provocación y un chantaje”. El Gobierno Vasco cargó ayer con dureza contra la dirección de Aernnova, que ha iniciado esta semana en Euskadi contactos con los sindicatos para recortar 133 empleos en Berantevilla al tiempo que confirma que abrirá otra planta en Toledo para casi 150 trabajadores. En Lakua han dolido tanto el fondo como las formas ya que la compañía aeronáutica ha ligado la nueva fábrica de La Mancha a las ayudas del Ejecutivo local y ha dado a entender que en la CAV el apoyo a los empresarios es menos firme.
Además, pese a la intensa relación del Departamento de Desarrollo Económico con la dirección de la compañía, el Gobierno ha conocido “a través de la prensa” la inversión del grupo en Toledo y se ha quedado “sin margen de maniobra” para “buscar una solución”. La consejera Arantza Tapia no ocultó su malestar con el grupo aeronáutico, porque considera que está intentando presionar al Gobierno para recibir más ayudas.
“El Ejecutivo vasco no va a admitir chantajes por parte de quien trate de responsabilizar a la Administración de semejantes decisiones”, aseguró la responsable de industria de Lakua en la inauguración en Eibar de un centro de innovación del sector eólico.
En la nueva planta de Toledo se fabricarán puertas para Airbus, mientras que Berantevilla está especializada en aeroestructuras: alas y secciones de fuselaje, entre otras. Son segmentos distintos pero desde la administración vasca se echa de menos que Aernnova no haya buscado fórmulas para utilizar el excedente de mano de obra que supuestamente hay en Araba en otras labores. Y que no haya llamado a la puerta de Lakua y la Diputación de cara a buscar fórmulas de financiación para esa reconversión.
Además, no solo no se ha sondeado al Gobierno, si no que el presidente de la compañía, Iñaki López Gandásegui, ha puesto el dedo en la llaga destacando la implicación de Castilla-La Mancha con el sector industrial. En un momento en el que se plantean en Euskadi más de un centenar de despidos y una rebaja salarial del 10% para los trabajadores que continúen, el mensaje que trasciende ha caído a plomo en el Ejecutivo de Gasteiz.
La empresa confirmó ayer sus decisiones al Departamento en un encuentro celebrado a primera hora de la mañana, pero las explicaciones no calmaron las aguas y Tapia denunció poco después lo que considera una provocación.
Mientras, solo un día después de iniciarse la negociación del ERE, la plantilla acordó un calendario de movilizaciones por la “absoluta prepotencia” de la multinacional y confía en que el Gobierno Vasco emita un informe contrario al ERE de extinción, aunque tras la reforma laboral es un juez el que decide si se aprueba o no. El comité se reunió con representantes de la consejería de industria, que se ofrecieron a “intermediar” con la compañía.
La movilizaciones, de “perfil bajo”. empezarán la semana que viene, con un paro de tres horas el miércoles, cuando los trabajadores se concentrarán ante la patronal alavesa SEA, y de dos horas el viernes 20 para que participen en dos caravanas de coches en Berantevilla y Mendizorroza.