GASTEIZ - El Gobierno Vasco aprobará esta mañana la primera relación de puestos de trabajo (RPT) de Lanbide, el esquema laboral sobre el que se asentará a partir de ahora el servicio público de empleo de Euskadi. Tras casi tres años de negociación con los sindicatos, el Ejecutivo ha puesto punto y final al proceso, a pesar de no haberse alcanzado un acuerdo total, para poner en marcha ya la nueva arquitectura del organismo y colaborar en la reactivación del mercado laboral vasco.
Para ello, el número de efectivos de Lanbide aumentará respecto a los 870 trabajadores actuales -sumando funcionarios e interinos- y la plantilla fija se situará cerca de las mil personas. Lo que supone además un salto muy importante desde los 557 puestos indefinidos contemplados en el inicio del proceso.
El Departamento de Administración Pública, que ha llevado el peso del diálogo de la mano del Departamento de Empleo y Asuntos Sociales, retiró en mayo la anterior RPT en busca de un punto de encuentro con los sindicatos. Con ELA al margen prácticamente desde el arranque, la negociación se ha centrado en Comisiones Obreras, UGT y LAB, con quien se ha trabajado fuera del foco de la opinión pública en comisiones técnicas los últimos meses. Se han acercado posturas, pero no hasta el punto de que las centrales sindicales estén dispuestas a estampar su firma en el texto.
Los detalles se conocerán hoy al término del consejo de gobierno, pero, según ha podido saber este periódico, la RPT recogerá algunas peticiones de los representantes de los trabajadores y las próximas semanas se introducirán otras porque el documento seguirá abierto para plasmar en él futuros acuerdos. La idea es que la nueva arquitectura de Lanbide se ponga inmediatamente en marcha dinamizar la búsqueda de empleo en la CAV, pero sin cerrar en ningún caso la puerta al diálogo.
base de entendimiento Las principales aristas de la negociación han sido los salarios y la continuidad de los trabajadores sin plaza fija. Son cuestiones en las que incluso los sindicatos han tenido planteamientos diferentes y, por ello, el margen para el acuerdo ha sido limitado. Con todo existe una base mínima de entendimiento suficiente para que el Gobierno haya decidido no esperar más para reforzar la estructura del Servicio de Empleo.
Lanbide avanza con la relación de puestos de trabajo hacia un nuevo escenario casi cinco años después de la transferencia de la competencia, firmada definitivamente el 22 de septiembre de 2010. El papel del consejero de Empleo y Asuntos Sociales, Ángel Toña, ha sido clave en los últimos movimientos. Su cercanía con los sindicatos propició el clima para el entendimiento y se decidió retrasar por parte del Ejecutivo la aprobación de la relación de puestos para acercarla lo máximo posible a las peticiones de los sindicatos. A la espera de la letra pequeña que se conocerá esta mañana, al igual que la valoración de los sindicatos, la plantilla definitiva podría incluso superar los 950 trabajadores, la última cifra que hizo pública el Gobierno. Justo antes del verano, el Ejecutivo accedió a elevar la plantilla hasta ese nivel frente a los 918 puestos previstos en el primer borrador, que estuvo a punto de aprobarse. De este modo, el personal fijo que atenderá las necesidades de las personas sin empleo en Euskadi rondará el millar, casi el doble de la cifra inicial prevista porque a día de hoy el personal interino se acerca a las 380 personas, según los cálculos de los representantes sindicales. La situación de este colectivo ha sido el principal punto de fricción de la negociación. Los sindicatos defienden que son personas con experiencia, ligadas a Lanbide desde su puesta en marcha en enero de 2011, y que deberían mantener su plaza. Sin embargo, el Gobierno recuerda que no puede consolidar “por decreto” empleo público y pondrá en marcha una oposición para cubrir las vacantes. Los interinos podrán participar en la OPE en cualquier caso y tendrán además cierta ventaja por su conocimiento de la tarea.
sindicatos La presión de los sindicatos ha bajado de intensidad a medida que se reforzaba el diálogo. Las huelgas de principios de este año dejaron paso a partir de mayo a un nuevo clima de entendimiento. El primer paso fue la retirada de la RPT anterior y el segundo la negociación que ha dado luz al texto que se aprueba hoy en un punto intermedio de ambas posiciones.
En junio, los sindicatos ya advirtieron de que el acuerdo “estaba muy lejos” precisamente por las diferencias en materia salarial y de consolidación de empleo, pero también se puso en valor la voluntad del Ejecutivo de estudiar sus planteamientos. La decisión de ELA de descolgarse de la negociación continuará siendo en cualquier caso un elemento de tensión dentro de Lanbide, aunque el resto de formaciones sindicales opte por una posición hasta cierto punto neutra ante una RPT que consideran que no colma sus aspiraciones.
El sindicato de Adolfo Muñoz está empatado con UGT en número de delegados, pero tiene mayor porcentaje de voto de los trabajadores. Gestionar ese escenario será uno de los retos del consejero Toña de aquí a final de legislatura el próximo año.