MADRID - La cara oculta de la crisis de China es una amenaza cada día más real para la economía mundial debido al impacto en los países emergentes de los problemas de la segunda economía mundial. Advirtiendo los riesgos, la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, señaló ayer que el crecimiento global será este año “más débil” de lo estimado y no se alcanzará el 3,3% que se estimaba a principios de año. Lagarde participó en Yakarta, capital de Idonesia, en una jornadas sobre el potencial económico de ese país. En su lectura, no pudo obviar las turbulencias que genera el gigante chino. Así, la cabeza visible del FMI culpó a los problemas de China y al contagio de los emergentes de la lenta recuperación de las economías más avanzadas. La espiral, con todo, solo ralentizará los ritmos de crecimiento en el planeta. Según el Fondo, Asia seguirá siendo el continente más activo, lo que implica que el ajuste de la economía china no provocará una nueva recesión.

Al menos esa es la lectura que se hace en estos momentos desde la institución que dirige Lagarde, quien dijo que el tránsito de China hacia un nuevo modelo será “complejo y podría convertirse en un camino de baches”.

En ese escenario, “las economías emergentes necesitan estar atentas para manejar los posibles efectos secundarios de la desaceleración y el ajuste de las condiciones financieras globales”, añadió.

Son las debilidades generadas por los países que, como Brasil o la propia Indonesia, han desarrollado un modelo de crecimiento basado en la exportación de materias primas al gigante asiático. El resfriado de China es gripe para estos países, si bien el Fondo estima que la enfermedad no irá más allá.

batacazo bursátil Otra cosa son los síntomas de los mercados financieros, que ayer sucumbieron de nuevo al pánico. En esa dinámica, la bolsa española bajó el 2,59% y perdió el nivel de 10.000 puntos perjudicada por el retroceso de las plazas internacionales, la banca y constructoras al conocerse la contracción de la actividad industrial en China. Mientras la prima de riesgo subía a 134 puntos básicos (el viernes cerró en 131), el principal indicador del mercado estatal, el Ibex 35, cayó 266,20 puntos, el 2,59%, hasta 9.992,80 puntos. Con estos datos, el mercado de valores cede ya el 2,79% en lo que va de año.

La pérdidas fueron la constante tanto en Europa como en Asia. Las caídas fueron respuesta a dos noticias. La producción industrial china bajó en agosto para situarse en el nivel más bajo en tres años y, por otra parte, el Banco Popular de China inyectó casi 21.000 millones de euros al mercado interbancario para facilitar los movimientos de capitales en esta complicada situación.

Las dudas sobre la economía china viajaron hasta Wall Street, que mantenía a media sesión las fuertes pérdidas del 2% registradas desde la apertura del mercado. - DNA