BILBAO - El lunes la organización empresarial vasca Confebask elegirá a su nuevo presidente al finalizar el mandato de cuatro años del hasta ahora máximo representante del empresariado de Euskadi, Miguel Angel Lujua. Una vez más, la elección de la persona que tiene que dirigir la cúpula empresarial viene precedida de polémica por las reticencias de la mayor organización territorial patronal vasca, la vizcaina Cebek, hacia el candidato propuesto por el SEA alavés, el empresario de la construcción Roberto Larrañaga.

La Confederación Empresarial de Bizkaia (Cebek) ha decidido escenificar hasta última hora su desacuerdo con la propuesta de la patronal alavesa SEA, tanto por las formas en que se ha gestionado y comunicado al resto del mundo empresarial vasco, como por considerar que Larrañaga, independientemente de sus cualidades, no es la persona más idónea para estar al frente de un cargo tan “complicado” como es la presidencia de Confebask.

Así, la organización vizcaína que preside Iñaki Garcinuño no tiene previsto hacer pública hasta la misma hora de la votación en que se oficializará el nombramiento del nuevo presidente, el lunes 20 de julio, su posición.

La forma de comunicar la designación por parte de SEA de Roberto Larrañaga para dirigir la organización vasca los próximos cuatro años, en sustitución de Miguel Ángel Lujua, ha desatado enconadas críticas desde la patronal vizcaina al considerar impropio enterarse por un medio de comunicación, como un hecho consumado, de la candidatura cuando tenían previsto una reunión con la organización alavesa para tratar el tema.

El malestar de los empresarios vizcainos se agranda dadas las serias dudas existentes en Cebek sobre el que la persona propuesta por el SEA reúna las habilidades necesarias para un puesto de representación que obliga a hacer encaje de bolillos con las tres territoriales empresariales vascas, dadas las especiales características de Confebask, una organización cúpula sin afiliados empresariales propios. Larrañaga, -una persona al que en los varios años que lleva en los órganos de Confebask, nadie recuerda haberle oído expresar una opinión sobre los temas tratados, y que no se caracteriza por su capacidad de comunicación-, tendrá que abordar en caso de ser elegido presidente, entre otros, temas tan complejos como la situación de bloqueo de la negociación colectiva, con diferencias territoriales notables, que será necesario encauzar, o la financiación de las patronales tras la intervención del Gobierno español en temas como el de la formación. Por no hablar de sus profundas reticencias ante los medios de comunicación.

Como se recordar, la presidencia de Confebask es rotatoria entre las tres agrupaciones territoriales que la componen: Cebek, SEA y Adegi. En esta ocasión corresponde a la organización empresarial alavesa realizar la propuesta y un posible rechazo de su candidato crearía un conflicto sin precedentes en las más de tres décadas de vida de la patronal vasca. Para nadie en el mundo empresarial vasco es un secreto que el actual presidente de SEA, Pascal Gómez, barajó el presentarse él mismo como candidato a Confebask pero, aquí sí, el rechazo frontal de los empresarios vizcainos aconsejó al SEA buscar otra alternativa.

Entre los muchos motivos para las desavenencias con Gómez está el hecho de que los empresarios de Bizkaia y Gipuzkoa no olvidan que mientras ellos apoyaron al vasco Antonio Garamendi para la presidencia de CEOE, los dirigentes de SEA se desmarcaron del principio de acuerdo y votaron a Joan Rosell.

Fuentes empresariales vascas consideran que es muy difícil un bloqueo de Cebek al candidato del SEA, -la guipuzcoana Adegi sí lo apoyará-, aunque la tensión se mantendrá hasta el último momento como expresión de un malestar notorio en la organización vizcaina, que en el mejor de los casos se podría limitar a abstenerse el lunes, algo que no sería la primera vez que ocurre.